Whims of fate.

Nueva "familia" (parte 3).

Unas trompetas sonaron a la vez que se habrían las puertas, las inmensas puertas. La escolta que nos había seguido desde la frontera (donde me despedí de Jeff) se colocó junto al resto de los soldados que estaban en el lugar. Dos de los cuatro que encabezaban la fila abrieron la gran puerta y una vez pasamos esta la cerraron quedando fuera de la gran sala los otros dos se quedaron dentro, los cuales también habían venido en la misma nave que nosotros, me había enterado de que eran los primeros oficiales, aún no se que es eso pero no tardaré en averiguarlo. 

Me fije en todo mi entorno, tiene pinta de caro. Me estremecí al sentir la mano del rubio en mi espalda, frené, al igual que Angí pues aún estábamos agarradas de la mano.

-Hemos pensado que como a partir de ahora tendrás cuarto propio, puedes decorarlo a tu gusto, pero hasta entonces dormirás en el cuarto de los invitados.

-¿Qué te parece dormir conmigo?- propuso mi hermana mirando al anterior hablante.

-¿Qué te parece?- repitió él.

-La verdad no me importa dónde dormir- contesté.

-Pues conmigo- sentenció ella-. Yo si quiero dormir con mi gemela- se la notaba muy ilusionada.

Yo sonreí y apreté un poco más su mano. En eso mis abuelos se acercaron a un guardia y le dijeron lo siguiente [como supongo que se os habrá olvidado os recordaré que en mi mundo el japonés es importante entre las altas clases tanto del cielo como del inframundo].

-Kore de shukkin dekimasu [Ya os podéis retirar]- dijo Frigga.

-Shikashi, kanojo wa kikendesu, kanojo wa meikai kara kite ori, watashitachi wa kanojo ni tsuite nani mo shirimasen [Pero ella es peligrosa, viene del inframundo y no sabemos nada de ella]- replicó el guardia.

-Kanojo wa watashitachi no kazoku kara kitanode, watashitachi wa kanojo o shinrai suru hitsuyō ga arimasu [Es de nuestra familia, por ello tendremos que confiar en ella]- sentenció Odín.

Mi supuesta abuela se acercó a nosotros y al ver que yo aún cargaba con la mochila dijo en un tono que no era el adecuado.

-Que alguien lleve el arapo ese al cuarto de los invitados. Allí te quedarás hasta que esté listo tu cuarto.

Dos muchachas se acercaron apresuradamente a mí, no deben de sacarme mucha edad.

-Sin animo de ofender, pero debo declinar su ayuda- dije sonriendo dulce-. Además me encontraría mil veces más cómoda si soy yo quien sostiene mis- miré directamente a la vieja esa, ¿se nota que me enfada que haya dicho arapo ese a mi mochila?- pertenencias. Bastaría con que me indiquen dónde se halla la alcoba de la señorita- señale a Angi-, pues estaría tremendamente agradecida si hasta que la mía esté lista pudiese descansar junto a ella.

La verdad es que hasta yo estaba sorprendida de no haberme reido en ningún momento, los que se hallaban en el lugar se quedaron congelados por verme hablar de manera tan respetuosa y adecuada. Y ese era mi objetivo desde la primera palabra que dije, darle un buen golpe a Frigga por subestimarme, cree que necesito protocolo tendrá suerte si la enseño algo. Por lo que como cumplí mi objetivo me felicité internamente.

-Claro, puedes dormir con mi nieta si ella está de acuerdo- contestó la vieja después de tragar saliva.

-Claro- contestó con una gran sonrisa.

-¿Puedes acompañarme un momento?- dijo Frigga a mi hermana.

-Te muestro el cuarto- me dijo Thor tras ver salir a ambas mujeres de la gran sala.

Caminamos por unos largos pasillos todos decorados con minuciosidad, todo con pinta de costar un pastón. Paramos frente a una puerta de gran tamaño pero pequeña comparado con las que había visto por aquí, estaba muy decorada con finas tallas en estas se veía un par de chicas mirando al horizonte en una puesta de sol y en este se podía apreciar una frase