¡¡¡Nuevo personaje!!!

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Vaya me he quedado asombrada de como, no se para que te mides fuerzas con un demonio, es de cajón que gana. Creo que la tal Samantha es algo tonta, no se puede ser guapa y lista, no, ella tenía que elegir.

Recuerdo.

Es de día y estoy en una casa de paredes blancas y suelo de madera. Se escuchan pasos, juraría que de la escalera uno de los escalones crujió y por si quedaran dudas se escuchó.

-Puto escalón, cualquier dia le das una alegría a la plana [si os preguntáis porque tengo esa obsesión con tropezar por las mañanas, yo me uno cuando encontréis la respuesta me la hacéis llegar, porque todas las mañanas tropiezo y eso que en mi casa no hay escaleras].

Me rei del comentario y unos brazos me rodearon.

-¿Y tú de qué te ríes tanto ehh?

-El día que te mueras Jane se aburrirá jajajaja.

-Eso tardará mucho- me dio una nalgada y cogió galletas .

-¿Tortitas?

-Bien.

Aparte la cafetera del fuego y él sacó los vasos sirvió el líquido oscuro y añadió leche y azúcar en uno de ellos. Cogí todos los ingredientes para hacer tortitas y cuando las tuve listas Jeff ya se había terminado su café y se levantó a ponerse otro.

-Jeff.

-Mmm.

-Coge la nocilla.

-El día que se te acabe...

-Voy a por más.

Negó con la cabeza, riendo.

-No se de que ries, cuando se acabe cojo más y así no se acaba.

-Tienes unas ocurrencias.

-No me pienso quedar sin nocilla.

Terminamos de desayunar hablando de tonterías, él riéndose de mí y yo dejandoselas pasar me senté a ver la tele, hoy le toca fregar a él así que. No tardó mucho en sentarse a mi lado, yo me recosté sobre él y entonces me reto.

-¿Duty al mejor de cinco?

No respondí, me levanté y encendí el cacharro, cogio los mandos y me dió uno, pusimos el juego.

-Ja, te gane.

-Vale viciado- le tiré el mando y me levanté.

Camine a la cocina para beber pues tenía la garganta seca y cuando tenia el agua en la boca, justo antes de tragar algo o mejor dicho alguien me agarró de los hombros.

-Qué te ahogas!- chillo al mismo tiempo.

Por lo que escupí todo el agua y le miré enfadada, me saco la lengua y echó a correr, posé el vaso y le seguí intentando alcanzarle, hasta que tropezó y yo me tiré sobre su espalda.

-No, no me ahogo, tu me ahogas.

No se como pero se giró haciendo que quedase sentada sobre sus costillas, me dio pena y me eché hacia atrás, a lo que él inhaló y exhaló un par de veces el oxígeno que debí quitarle cuando me tiré sobre él. Rei por la cara de muerto que tenía.

-¿Qué graciosa andas no?

-Puede- me encogí de hombros.

Este gesto lo aprovechó haciéndome cosquillas por lo que caí al suelo y el se puso encima, para que no pudiese escapar, agarro mis manos y las puso sobre mi cabeza para que no le pudiera quitar. Cuando conseguí dejar de reirme empezó él, poco a poco apoyó su frente en mi clavícula.

-Puto bipolar.

Levantó la cabeza y me miró a los ojos, me perdí un momento en ellos, son preciosos.

-Puta tu.

Se acercó a mis labios y entonces soltó mis manos, a lo que yo le acerque más a mí y él rodó sin deshacer el beso, bajo sus manos por mi cuerpo y entendí lo que quería, se lo hubiese dado de no ser por el golpe al que le siguió un llanto que resonó en mis tímpanos y todo en todo el bosque. Me separe de él.

-Tu también lo has oído verdad?

-Creo que viene de allí- contestó levantándose.

Caminamos hacia el llanto hasta que casi en la cueva de Smile había un niño de unos cinco años más o menos, tenía el pelo blanco y rojo, intentaba hacerse el fuerte y no llorar. Finalmente se sentó bajo un árbol, se remangó el pantalón hasta la rodilla, tenía toda la pierna morada, se golpeó la nuca con el árbol y cerró los ojos.

-Okiagaremasen [No podré levantarme]- quise ayudarle pero Jeff lo impidio.

De nuevo lloro aunque solo unos segundos, después ya solo había un pequeño, herido y acostado bajo un árbol. Entonces Jeff me soltó el brazo y me acerque al pequeño, me agache a su lado y le mire el moratón que tenía.

-¿Crees que se pueda haber caído por el barranco?- pregunto el ojiazul acercándose a nosotros.

-No se pero habrá que curarlo- respondí poniendo cara de cachorro abandonado.

-Puede que no hayas caído pero somos asesinos, no superhéroes, se asustará en cuanto se despierte.

-Si le dejamos aquí no despertará.

-¡¿Y qué?!

-Es un crío no le ha dado tiempo a ser hipócrita.

Resopló y miró a la criatura.

-En cuanto se recupere se va.

Le abracé emocionada, no estoy segura pero mi intuición me dice que no es un humano normal. Jeff cargo al pequeño y le llevamos a nuestra casa [portada]. Al llegar le metimos en la cama, una que teníamos para cuando Sally y Lazzari venían, por lo que la cama es grande, pero toda la habitación es rosa pastel, con juegos de niñas y un armario donde ellas tenían ropa de cambio. Salimos del cuarto y bajamos al salón, él se sentó primero y yo sobre él dándole un beso en los labios, después apoyé la cabeza en su hombro, me sobaba la espalda y cuando estaba apunto de quedarme dormida habló.

-¿Cómo crees que llegó hasta ahí?

-Supongo que caeria por el barranco y se arrastró hasta donde le encontramos.

-Sí pero cómo llegó hasta ahí? ¿Cómo es que no vio el barranco?

-No lo sé- me pilló totalmente desprevenida.

-Yo tampoco.

Me volví a apoyar en su pecho y todo se quedo negro. Desperté por un beso en mis labios, sabía perfectamente quién era así que solo lo seguí, entonces noté como sonreía. Nos separamos y sonreí, se levantó y yo giré para verle vestirse.

-¿Habrá que ir a ver al niño no?

-¿Miraste que anoche siguiera dormido?- conteste en lo que se ataba las zapatillas.

-Claro, ¿por quién me tomas?

-¿Tengo que responder?- me miró muy mal.

Me tiro un cuchillo (que debía estar en el suelo o entre la ropa) se clavó en mi hombro hice aspavientos pero paso de mi. Saque el cuchillo de mi cuerpo, me cambié de ropa interior y me puse un vestido azul y unas sandalias de flores. Baje camino de la cocina, pero pare en el corredor [pasillo] donde vi como el mapache buscaba algo muy inquieto.

-¿Qué buscas tan preocupado?

-Le arde la frente.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste, entre en el cuarto a ver como estaba y le vi muy rojo, le toque la fiebre y me quemo, literalmente, parecía aceite hirviendo.

-O no esto es malo, muy malo.

(1167 palabras).

Whims of fate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora