¡Buenas, amores! Aquí les traigo lo prometido, espero disfruten el capítulo y me expresen su opinion. les aviso que estaré subiendo el siguiente en media hora. No olviden de votar o comentar si les está gustando la historia, les mando muchos besos.
La/los dejo con él.
Aquel día podía esperarme cualquier cosa menos encontrarme con ella. Frente a mis ojos la delgada silueta de Stella figura con debilidad, se movía con lentitud como si todo su ser le pesara.
Inclinada de rodillas a duras penas podía sostenerse de ellas mientras vomitaba. Estaba ejerciendo una fuerza impresionante al expulsar de su cuerpo lo que sobraba. Mentiría si afirmaba haber escuchado lo que intentó decirme, las arcadas le llegaron un instante después.
De pie contra el lavado observaba lo que no podía evitar, por lo que veía se encontraba diferente, más que eso, destruida. Débil, golpeada y muy mal alimentada. El impulso por preguntarle quien la custodiaba me nace desde la boca del estómago pero no tengo otra opción que contenerme. Se notaba la pérdida de peso y la limitada ingesta de agua. No era la chica que hace un mes atrás disfrutaba comer sentada sobre la cama, no era Stella.
Ella limpiando su boca con el antebrazo volteó a verme. Sus ojos cargados de lágrimas, la expresión de susto destaca en sus rasgos la palidez que porta... no sé qué es exactamente lo que siento porque aunque noto como busca alguna respuesta de mi boca nada sale, nada en mi quiere emitir ni un sonido por mas vago que pueda ser. Sin moverme ni parpadear el odio que está ahí clavado en mi pecho se manifiesta. Mi entrecejo se frunce mientras negaba con total desaprobación ni siquiera sabía porque estaba arriesgando mi cabeza una segunda vez por su maldita presencia.
—Cuando vengan por ti, verás cómo son las cosas aquí, niña.
La mujer de avanzada edad y carácter podrido habló, y no dudé en voltear en dirección donde la escuché, dentro de la ducha estaba con Luna apartada de lo que frente a mi ocurría. Con el riesgo soplándome la nuca tuve el impulso de ir a buscar a Luna pero antes de intentarlo Stella ya estaba llorando. Abrazada a sus piernas dejaba fluir cualquier cantidad de lágrimas sin dar sonido alguno solo escuchaba su respiración agitada. Contenía en su garganta gritos desesperados, sus ojos rojos y en su rostro el color rojizo de sus mejillas se extienden por su piel.
Caminé hasta su lado y sin aviso ni verla la rodee con mis brazos apretándola contra mi pecho cerrando los ojos, respirando con pesadez me acomode de rodillas cerrando la puerta del cubículo con mi hombro.
—¿No dirás nada? —preguntó esta vez rozándome con su aliento el oído—Cedric, creo que estoy embarazada... por favor dime algo.
Si me quedé sin respuestas con verla así, oírla hablar de un bebé me desorientó. Bajé la mirada a su rostro.
—Dime ¿Qué esperas que diga? —mi tono de voz no era el mejor, pero si hablaría sería con sinceridad. No estábamos solos, y teníamos como recurso solo los susurros.
Ella se mantuvo en silencio mirando mi rostro. Tampoco sabía que decir o reclamar, yo no tuve la culpa.
—Que vas ayudarme... que no me dejarás sola —una sonrisa de desgano se mostró en mi boca quitando sus brazos de mi cuerpo— Por favor...
—¿Dejarte sola? Stella, yo no te dejé, tú eres la única responsable de esto —buscando ponerme de pie ella cubrió su rostro con las manos. Quizá estaba actuando como un insensible pero mentir no es lo mío—. Buscaré la manera de darte una prueba, tú toma un baño, y relájate.
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LOBO (+18) [Noches oscuras 1#]
Genç KurguDos puntos opuestos, un día en especial. Una deuda por saldar los hará encontrar de la forma más oscura e impensable. Stella sabrá desde el primer momento que Cedric es todo lo que tiene. El peligro sucumbe su vida ahogando cada referencia de esp...