Capítulo 18: Oírte una vez más 3/3

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¡Hola, bellezas! Lamento mucho la tardanza, no andaba muy bien de animo para continuar la historia, pero ya regrese. Espero disfruten mucho el final de maratón y sigan apoyando esta novela para que muchas mas personas puedan conmoverse y enamorarse como ustedes de ella. 

Besos. 



No se detuvo, Cedric seguía vociferando el daño que había causado, no solo para mí. Entre mis dedos sostenía con torpeza la prueba, y la restante la toalla que me cubría. Estábamos distanciados pero aun juntos, frente a frente escuchando las verdades que tiene para decirme.

Las palabras pueden ser doloras pero las suyas queman, arden y desgarran. Él lo hace, aunque solo parece desahogarse conmigo.

—¿Por qué no dejas de mentir? No iban a dejarme ir —un brusco chillido me abandonó— solo me hacías creer eso.

—Nunca dije o insinué nada, Stella. Fue tu maldita locura que te hace creer cosas —gruñó llevando una de las manos a su frente tomando parte del cabello.

—¿Locura? ¿Qué demonios sabes tú de eso? Nada, no pasas encerrado en una habitación peor que un animal —continúe arrojando la caja a su pecho. No aguanto un segundo más lo que estoy sintiendo, odio, lo estaba odiando—. Si me escapé fue porque ya no aguanto, no quiero ver más cuatro paredes, no quiero. ¡Ponte en mi maldito lugar!

—Aun en tu lugar no me acostaría con quien se me ponga en frente, mucho menos con ese jodido don nadie.

Cargada de enojo perdí la paciencia, azoté su mejilla de una bofetada con el último esfuerzo que daría en esta batalla.

—¿Ves esto? —apunté a mi rostro hasta la parte visible de mis clavículas— Se llama sacrificio, soportar cada golpiza evitando ese animal me haga más daño —con un hilo de voz hablaba—. Estos golpes que ves son el resultado de resistir, pero nunca lo entenderías—suspiré tomando distancia, ya no quería seguir viéndolo. Camine por su lado hacía la salida—. Si te consideras un jodido don nadie, sí, me revolqué con uno —aquella respuesta fue la más cruda que pude dar. Él quería saber y yo se lo dije.

Contra el pecho mantenía la mano izquierda sosteniendo la toalla que más de una vez amenazó con caerse. Un silencio se formó entre los dos aun así no voltee a mirarlo.

Dos pasos resonaron en el suelo húmedo y sus dedos el vuelven mi muñeca derecha jalándome hacía su cuerpo, resbale por la superficie inestable tuve la reacción de evitar caerme encima.

Sus brazos me envuelven por la cintura y aunque quiero apartarme no puedo, las palmas de sus manos se abren en mi espalda invitándome a reposar contra su pecho. En medio del silencio su pulso comenzó acelerarse de forma intensa, su corazón golpea sus costillas resonando en mis oídos. Un suspiro me abandona mientras con cansancio intentó ver el rostro— Escapé por mi libertad, y contigo estuve porque así lo quería.

Su mirada estaba en mi rostro, inexpresivo y espeluznante, sus azulados ojos con heterocromia reflejan un vacío profundo como inmenso. Me estremecí entre sus brazos dejando de oír su corazón antes con latidos frenticos.

—No tenemos tiempo. Ve hacerte la prueba.

Acompañando sus palabras se apartó de mí a una distancia grande como si le diera malestar tenerme cerca. No lo entendía, no logro comprender como pensó siquiera que podía meterme con ese hombre, como podía preguntar si estoy mejor ahora que antes con su compañía... si solo supiera cuanto deseo volver a su lado.

Bajé el mentón con la intención de ver la prueba cerrada en el suelo, se inclinó pasándomela otra vez. Cargando de aire mis pulmones me esforcé por tomarla sin comenzar a temblar en el proceso.

LOBO (+18)  [Noches oscuras 1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora