Capítulo (28).

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¡ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS FUERTES QUE PUEDE SER INQUIETANTE PARA PERSONAS SENSIBLES. SI LO LEES A PESAR DE TODO QUEDA BAJO TU PROPIA RESPONSABILIDAD!.






GUERRERA

"Los abusos, aún en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan."

Habíamos llegado a esta estúpida mansión que alguna vez consideré casa

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Habíamos llegado a esta estúpida mansión que alguna vez consideré casa. En el camino ninguno dijo nada, pero yo ya había tomado una decisión.

Subí directamente a la habitación, Emirhan no me siguió y lo agradecí.

Guíe mis pasos hacia mi mesa de noche, busqué mi celular, el cual se encontraba ahí y me senté en la cama un instante, a reflexionar un momento lo que estaba a punto de hacer, solo un instante respiré profundo. Y solo me arme de valor para realizar lo que ya había decidido.

Me fui al baño y marqué a la única persona a la cual tengo un sentimiento genuino de cariño.

—Enver, soy yo.—Y antes de poder decirle cualquier otra cosa él había comenzado a hablar.

—Dios, estaba muy preocupado por ti, me alivia muchísimo que estés bien dentro de lo que se puede, amor de mi vida. ¿Que haría yo sin ti?.—Se escuchaba muy alterado.—Perdóname por llegar tarde, maldición. Se supone que no tenia que salir así.

—Idiota, igual eres el amor de mi vida y sé que te mueres sin mi—Una sonrisa nostálgica se dibujó en mi rostro—Pero ahora necesito que seas fuerte, más fuerte que yo.—Se armo un silencio.—Bueno este es mi verdadero número.—Me comencé a sacar la ropa con una mano, mientras me observaba al espejo.—Enver, este es el fin, por fin.—Solté un suspiro pesado— ¿Te acuerdas lo que te dije que haría si no podía más?, este es ese momento.

—¿Que estás diciendo?, déjate de hablar así.—Su voz se escucho angustiada, Me rompía el corazón escucharlo así, pero yo ya no podía.—Sabes que pasaría si tú ya no estás. Sabes que realmente yo me muero sin ti, sabes que tú eres la persona, eres mi persona. No tienes el derecho de hacerme esto.—Su voz se le escuchaba débil, rota.

—No puedo, Enver, no puedo más, soporte mucho, soporte esto por muchos años, pero supongo que por fin lograron romperme.—Sonreí, triste—Es horrible estar rota y vacía por dentro, yo no soporto esto.—Puse una mano en mi pecho, realmente dolía. Un sollozo se me escapó—Yo no puedo vivir así, aquí.

—Por favor, no lo hagas, sabes que podemos buscar otra forma, ¿verdad?. Esta es tu última opción.—Lo escuché sollozar.—Tengo miedo, Aydan.

—Lo sé, y la tomaré. Este será mi último intento de escapar, y espero que resulte, finalmente poder alejarme de todo lo que me daña. No tengas miedo, al final lo lograremos, tal vez algún día estaremos juntos y felices...—Una vez que estaba en ropa interior, prendí la ducha y la regulé a una temperatura perfecta.—¿Te acuerdas de niños que me decías para no tener miedo?, yo lo recuerdo muy bien. "cierra los ojos y piensa en tu lugar favorito, yo siempre estaré ahí".—No iba a negar que tenía miedo, lo tenia pero él sabrá que hacer sin mi.—Es justo ahora, Enver. Adiós..—Y colgué.

Mi Maldición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora