One Shots escritos por mi en la comunidad de Amino Sontails.
*Primero serán publicados en Amino antes de este libro*.
*Tendrá que pasar al menos dos meses en amino antes de publicarlo aquí*.
Disfruta de estos One Shots :).
Un erizo se ponía un corbatín, algo incomodo por el simple hecho de usar ropa, usualmente se la pasaba únicamente con sus zapatillas y sus guantes, sin embargo, tenia que probarse el traje de la ceremonia.
—¿En serio tengo que hacer esto... Puedo casarme como me gusta?.
El padre de Sonic veía al erizo algo cansado y su cara era de pesadez, por lo que debía levantarle el ánimo.
—Tranquilo hijo, te ves muy bien.— dijo acomodando el corbatín de Sonic.
—¿Sera tarde para decirle que me retractó?.— Pensó el erizo azul.
La reina salió de la habitación de junto, tenía una enorme sonrisa, tal parece que todo el momento era de su agrado.
—¡Te ves muy guapo hijo!— exclamó feliz la madre de Sonic.
—Te lo dije, ¿verdad que se ve bien?.— mencionó el padre del erizo.
—Vaya que si, ¡Tails sal para que te vean!.— grito la reina hacia la habitación de donde había salido.
—No quiero...— se escuchó la voz del zorro de repente. —Me veo ridículo...
—No creó, yo me veo más ridículo con traje y este corbatín estorboso.— dijo el erizo azúl tratando de darle confianza a su "pareja".
—Te reirás... — la voz del zorro se escuchaba baja, con vergüenza.
—¡sólo sal cariño!— exclamó feliz la fémina sacando a Tails con un jalón.
—¡N-no!— grito el menor sonrojado.
—¿Que te parece hijo?— preguntó con una gran sonrisa la reina.
—Yo...
La cara de Sonic se había trabado con un gran sonrojo y sus ojos completamente abiertos, ¿que tendría puesto el zorro para tener esa reacción...?
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Oh eso...
—¿Que te parece Sonic?, es el vestido que use cuando me case con tu padre.— la madre era la más feliz del lugar.
—Vaya... Te ves precioso Tails.— mencionó el rey.
El zorro tenía vergüenza, mejor dicho, pena, sin embargo, era obvia la mirada de Sonic, le había fascinado.
—¿Te encanto verdad hijo?, digo, miras con ojos de libinidoso a Tails.— mencionó la reina feliz.
—¡¿haces que?!— dijo el menor algo asustado colocándose detrás de la reina.
—¡¿Que?, n-no lo hacía!—se defendió el erizo azúl conservando su sonrojo.
—No mientas hijo, después de todo, es normal en un ser vivo. — dijo el rey.
