Sontails One Shots

Mi héroe

Capítulo 1.

En el mundo se pueden encontrar diferentes tipos de personas, en general a lo largo de mi vida me encontrado con personas malas, yo no conocí a mis padres, deambule por el mundo sin saber que hacía aquí, sin embargo, tengo una característica peculiar, mejor dicho, dos… La gente lo denominaba mal genético, eso hizo que fuera el foco de burlas, maltratos, hasta que la gente me desprecio a tal punto de echarme de la ciudad.

Eso no detuvo a las personas de irme a buscar al bosque para irme a golpear, lo único que me mantenía cuerdo era el inventar, me gusta ser inventor, el innovar y mostrarle al mundo de lo que soy capaz, no obstante, había tres niños que me rompían todo lo que hacía, pedazo a pedazo podía ver mi trabajo reflejado hecho trizas, llego el punto de dejar de lado mi estúpido sueño y concentrarme en sobrevivir, privado de todos y aguantando las burlas y golpizas diarias.

Cerca de donde viva existía un basurero, ahí llegaban los desechos de todo el reino, de ahí conseguía el metal para trabajar y algunas veces, escarbando entre la basura podía encontrar algo que comer, pero, un día buscando entre la basura recién llegada encontré una revista, pensé: “Genial, algo nuevo que leer”.

Le faltaban varias hojas, pero, me conformaba, conforme fui leyendo las noticias y hablaban de un héroe, un tal Sonic, lo describían como un erizo azul que corre a una velocidad inimaginable, la gente hablaba maravillas de sus aventuras, lo aceptaban a pesar de su velocidad irreal.

Leí entre una entrevista al héroe la siguiente frase: “No importa si eres flaco, gordo, enano o alto, debes aceptarte tal y como eres, recuerda que siempre tendrás a tu amigo Sonic para cubrirte la espalda”. El tenía razón, debía aceptarme tal y como soy, además de que según sus palabras el acepta a las personas tal y como son, en verdad es un héroe.

Conforme fui indagando más el articulo me di cuenta de sus travesías, sus grandes victorias contra el doctor Eggman, cada día buscaba entre la basura la edición mas reciente de la revista que hablaba de Sonic, guardándolas en una pequeña caja de plástico que encontré en el basurero, el día de mi cumpleaños numero tres encontré un pequeño peluche de Sonic entre los desechos de comida, fue el día más feliz de mi vida hasta la fecha, por fin tenia a alguien con quien pasar las noches frías en el bosque, lo llame; ”Señor Sonic”.

Ese peluche se convirtió en mi confidente, en mi mejor amigo, tenia la imagen de mi héroe, después de todo, estaba sucio, pero, aun servía, me entristecía que todo lo que me encontraba de valor para mí lo habían desechado otras personas, ¿por qué la gente hace eso?, yo muero de hambre aquí en el bosque, y ellos desechan diario la comida que me gustaría probar, desechan las revistas del héroe que tanto admiro. No entiendo a las personas.

Aun así, tenia el sueño de conocer a Sonic en persona, pero, también tenia miedo de que no me aceptase, que me despreciara como todos los demás.
En la revista que me encantaba leer sobre mi héroe, le hicieron otra entrevista, me fascinaba y me emocionaba el que le hicieran entrevistas, ya que siempre daba consejos que me ayudaban a seguir, en esta ocasión respondió una pregunta con lo siguiente: “Si tienes un defecto, no te abrumes, todos tenemos uno, simplemente busca sacarle el máximo provecho. Todos somos perfectos tal y como somos”.

El tenía razón, debía buscar algo en lo que me sirvieran mis colas además de cubrirme en las noches frías en el bosque y recurrentemente en el invierno. Fue entonces que diario buscaba como aprovechar este mal genético, y hice varios descubrimientos, en mis colas podía guardar cosas entre el pelaje, y el mas emocionante en mi opinión, el poder volar.

Literalmente cuando descubrí que podía volar con mis colar grite de emoción, lo primero que hice fue contárselo al señor Sonic, mostrándole como lograba girar rápidamente mis colas para poder elevarme, no podía hacerlo por mucho tiempo, debido a que gastaba mucha de la energía que me hace falta debido que no como a diario, aun así, era un avance. Debí parecer un idiota, exclamando: “Mire señor Sonic, ¡puedo volar, ya no soy un inútil!, bueno, se que me canso muy rápido, pero, es porque tengo hambre, ¿no seria genial poder encontrar algo de comida para ambos?”, todo a un peluche que estaba sentado frente a mí, aunque era seguro que ese peluche no se burlaba de mí y me golpeaba.