Lights Out

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Capítulo 4: Unión de equipo.

—Bien, lastimosamente la puerta por donde entramos solo se abre por fuera, por lo que no podemos regresar por ahí.

Mencionó el erizo de forma tranquila, para no generar pánico, sin embargo, la cara de Tails y Amy lo decían todo.

—¿Sabes como salir?... — pregunto Amy.

—Tienes que seguir derecho en este pasillo hasta la sala donde conecta. — la voz de la sacerdotisa llegó de repente a los oídos del erizo.

—Debemos seguir por aquí hasta la sala. — dijo el líder.

—¡No!, es una locura, allá hay como 300 de esas cosas, eso es demasiado para nosotros.— dijo Knuckles de manera de réplica.

—Es la única forma de salir Sonic... Tu decides. — hablo la sacerdotisa.

Sonic se quedó en silencio, pensando, debía actuar rápido, no debía demorase.

—Amy, ayuda a Knuckles a caminar, debemos ir a la sala principal. — dijo el erizo comenzando a caminar.

—¿Estas loco? — cuestionó molesto el equidna y dolido.

—No, simplemente tomo las decisiones que debo tomar.— dijo avanzando con Tails en la espalda.

—Tails, dile algo, sólo te escucha a ti. — dijo firme la eriza.

—Cállense y caminen, no deberiamos delatar nuestra posición a esos seres. — mencionó el erizo esperando a sus compañeros.

No les quedaba de otra, debían buscar la salida de ese santuario, y debían hacerlo bien, no había lugar para margen de error.

La caminata debía ser lenta, el pasillo era oscuro, no obstante, el zorro lograba ver algunas cosas mejor que sus compañeros.

—Detente Sonic, están en frente.— dijo el menor susurrandole al mayor.

El holor a podrido era horrible, además de la fetides a amoniaco debido a la sangre fresca del equidna.

—Tengo miedo... — suurró la fémina haciéndose para atrás.

El zorro se aferro al cuello del mayor, escondiendo su rostro en su hombro.

—Ahora, debes exterminar a los άψυχα όντα, para poder deambular por la sala. — la indicación de la sacerdotisa era clara, matar.

—Bien, debemos limpiar la zona...— suurró el erizo bajando a Tails y llendo con sus amigos.

Los cuatro se reunieron en un círculo, para poder hablar susurrando y evitar que los seres los escucharan.

—Bien, este es el plan, yo iré enfrente y los atacaré, Amy necesitó qué con tu Piko Piko les destroces la cabeza a cualquiera qu me intente atacar a Tails y a Knuckles, ellos están heridos y debemos protegerlos. — susurro con ese tono de líder qué le caracteriza.

—E-entiendo, lo intentaré. — mencionó de forma insegura.

—No lo intentes, hazlo, no hay margen de error aquí. — susurro serio.

El erizo se encaminó a la horda, los gruñidos eran fuertes, algunos chasqueaban los dientes, ese sonido de los dientes chocando uno sobre otros.

El erizo no era tonto, busco algo con que poder defenderse, por más fuerte que sés y por más rápido, ellos eran muchos y podían derribarlo o tropezar por correr a ciegas.

Cerca de dónde estaba esas criaturas, había una daga y un escudo, los tomo cuidadosamente, listo para empezar.

—Es hora de comenzar. — suurró para si mismo el erizo.

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