Phone number [Michael Clifford]

25. Contigo.

Llevaba fuera de casa desde 2:53 más o menos, ya casi eran la seis, tres horas atrás exactamente habia salido de casa. Me habia quitado los audífonos, quería conservar la batería, las personas se iban y venían, mientras yo miraba distraídamente las olas del mar, que yo recordara nunca habia venido hasta acá, nunca habíamos tenido oportunidad.

-¿Andy?

-No me digas. Mi hermano te dijo.

-¿Decirme qué?

-Nada importante.

-¿Qué haces aquí?

-Nada- Conteste nerviosa.

-¿Segura?

-¿Porque dudaría de mi?

-Yo jamas dije eso.

-Usaste otras palabras pero si lo dijiste. Rosita.

-No me digas así.

-Ya se te hizo costumbre seguirme, ¿Eh?

-De hecho pasaba por aquí con Luke y Ashton...

-Y me viste y vienes a hacerme compañía, típico de ti.

-Eres lista.

-Eso a ti no te importa.

-Tú me importas. Toda tu me importas.

-Pues tu a mi no. Clifford.

Me levante de la arena, me quite la arena del trasero y por primera vez desde que lo conozco mire hacía abajo para poder verlo.

-Tengo que irme.

Yo solo quería estar sola, estaba sola, perdida, desorientada... Y otra vez sola. Michael seguía ahí, sentado,mirándome, su teléfono sonó, contesto y puso el altavoz.

-Hey.

-¿Michael?

-¿Qué pasa Cal?

-¿Has visto a Andy? Su hermano la esta buscando como loco.

Él me miro, yo comenzé a hacer señas para que dijera que no.

-Oh, ¿Enserio? No, no la eh visto pero si la veo yo te digo.

-Gracias Mike, cualquier cosa me dices bebé.

-Si mi amor. Adiós.

-Adiós.

Lo mire con una sonrisa, reprimiendo una carcajada, eso habia sido bastante gay.

-¿Qué?- Me preguntó.

-Nada, nada...

-¿Qué pasa? ¿No me digas que te perdiste y no sabes a donde ir?

-Es muy gracioso, ¿Sabes? Es exactamente lo que paso- Dije riendo nerviosa.

-Ven, te llevo.

-Ese es el problema, no quiero volver... No aún.

-Puedes quedarte conmigo, mamá entenderá.

-Tú mamá es genial- Le dije honestamente.

-Lo se, es la mejor.

-Talvez odio admitirlo, pero aveces me gusta estar contigo.

-Lo se, soy genial, guapo...

-Colorido- Bromeé.

-Eres mala.

-Solo aveces- Dije como si fuera cierto-. Solo contigo.

-Entonces... Te gusta estar conmigo ¿ah?

-Igual, eso no te da derecho de besarme.

-Tampoco quita las ganas.

Entonces me puse roja cual tomate.