13. Receso + persecusión = Nada bueno.

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Maratón 5/6

Primera parte

Normalmente esperaba con ansias el receso, porque bueno: comida y descanso es la mejor combinación en el mundo, además de el helado napolitano, que hasta se me hace agua la boca de tan solo pensarlo. Pero hoy era la excepción, Michael podría estar afuera, no se como supo mi nombre, ni porque tuve un sueño con él... O porque no puedo sacarlo de mi mente, talvez mi mejor amiga tenga razón, como ella decía:

"Solo tienes miedo, deja que las cosas sigan su curso, las cosas buenas siempre llegan, tarde o tempano, solo deja que pase lo que tenga que pasar."

Como la extrañaba, nota mental: Ir a visitarla un día de estos.

Mire el reloj, la manecilla se movía cada vez más lento desde mi perspectiva, podría envejecer aquí y la manecilla no se movería de ahí, ¿Y cómo no? Dudo que desde que se descubrió América no han cambiado esas pilas...

¡Ring! Resonó por todo el edificio, «Es ahora o nunca, tú puedes» me animé, en la cafetería compre lo más decente, de mi gusto, y menos asqueroso: un sándwich, que en realidad en pan con mayonesa y jamón, y un jugo de manzana, que aunque era más pequeño que la palma de mi mano sabía bien, en una mesa me apure a terminar todo «Sí se puede, por Michael James Edward William West» reí por el nombre de mi hermano, era muy largo, aunque él prefería su primer nombre a los otros tres, cuando tiré el jugo a la basura vi a Billy buscar algo con su mirada, y cuando accidentalmente hice contacto visual con él, pude leer de sus labios "Estas muerta", y eso fue todo, se echó a correr hacía mi, y como sí él fuera el coyote y yo el correcaminos salí en dirección contraria hacia él, sentía como si mis piernas se fueran a salir, mi desventaja era que él no iba muy lejos, la ventaja era que era pequeña y podía esconderme fácilmente, el problema era: ¿Dónde?

Para mi suerte, había corrido casi en círculos, rodeando el primer piso, al ver la puerta de la cafetería aceleré mi paso, abrí la puerta y entré llamando las miradas de algunas personas, entre ellas, cuatro en especial, mi corazón se pudo haber detenido al momento en el que Billy me acorraló a la pared, sentí que comenzé a temblar como chihuahua, y estoy más que segura que me tensé cuando con su mano puso mi fleco detrás de mi oreja, mis ojos lanzaban miedo, y juraría que mi labio inferior comenzaba a temblar, así como mis ojos a cristalizarse.

-Eh esperado tanto tiempo esto- Susurró en mi oído para luego besar mi cuello, hice una mueca de asco, no podía hablar, mi voz parecía haber salido de viaje, y mi miedo era enorme, a tal grado que me pegue más a la pared como si pudiera atravesarla.

-Dejame ir, no me hagas nada, por favor- Susurré, si hablaba mi voz se quebraría y él sabría cuanto miedo le tenía.

-No lo creo.

-Por favor- Susurré mientras una lágrima corría por mi mejilla.

-No seas una...

-Me parece que ella te dijo que la dejaras- Pude no haber hablado mucho con él, pero su voz ya estaba dentro de mi cabeza.

Billy se hizo a un lado, para ver mejor al chico que frustraba sus planes de agregar una víctima a su lista.

-Clifford, que alegría verte- Dijo con ironía.

-Lo mismo digo, ahora si me permites- Dijo haciéndolo a un lado y tomando mi muñeca como si fuera de porcelana.

Billy no se lo tomó bien, empujó a Michael y le dio un puñetazo en la cara, ahogué un grito, miré hacía los lados buscando ayuda, para ver a tres chicos correr hacia acá: Ashton, Calum y Luke. Mientras tanto Billy golpeaba a Michael.

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¿No es tierno Mike?

Phone number [Michael Clifford]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora