Cap 4

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Miré a mi alrededor buscando una forma de evadir la pregunta, no podía decir que tuvimos algo pero tampoco que éramos amigos, dos amigos no hacían lo que nosotros.

- Emm, yo..¿dónde está Ryan? - Pregunté desviando la mirada, ese tipo daba un poco de miedo.

- Ryan, Ryan, Ryan, ¿no ves que soy yo el que te está hablando? - Gritó, retrocedí un poco por acto reflejo.

- Evan, no le grites, ¿no ves que está asustado? - Otro chico entró en la sala, un chico con el pelo rojo oscuro intenso que portaba una sonrisa relajada en la cara.

- Tú cállate Tiago - Lo miró con rudeza.

Me ponía incómodo estar entre personas que no conocía y encima estaba muerto de frío por tener el pantalón mojado, no podía sentirme más desubicado.

Entonces, para mi salvación, vi a Ryan entrar en la habitación mientras se reía con otro chico, debía de ser Charlie, el bajista. Él, al percatarse de mi presencia se acercó a mí de inmediato y me miró los pantalones.

- Se me derritió el hielo encima - Dije con una sonrisa nerviosa.

Él pareció pensar en algo por un momento, luego me miró de arriba a abajo y dijo algo que me sorprendió de sobremanera.

- Mi apartamento está cerca de aquí, ven a darte una ducha, podrías resfriarte - Sus compañeros le miraron confundidos y yo asentí con una gran sonrisa en la boca.

- ¿Vas a llevar a ese tío a tu casa? - Preguntó Evan encarándose con él.

- ¿A ti que más te da? Y él es Oliver, vamos - Me empujó un poco hacia la salida del edificio donde había una camioneta con el logo del grupo.

Nos subimos, dentro y había un hombre con gafas y un poco delgaducho sentado en el asiento del conductor, estos dos se saludaron y hablaron de algo mientras los otros integrantes ingresaban en la camioneta.

El resto del camino estuve callado, me sentía muy raro en ese ambiente, quizás no había sido muy buena idea venir al fin y al cabo. Era un "entorno hostil" para mí y, si en algo había cambiado, es que me había vuelto un poco más tímido en estos años.

Cuando me bajé de esa camioneta al fin pude respirar con un poco de tranquilidad, estaba frente a un alto complejo de edificios donde, al parecer, vivían los cuatro ya que todos se bajaron.

- Vivo en el último piso, sígueme - Él puso una especie de cosa en la puerta y ésta se abrió, qué moderno.

Nos metimos en el ascensor, los otros fueron por las escaleras. Me sentía nervioso y miraba constantemente mis manos, en aquel ascensor había un silencio denso que tendríamos que romper en algún momento.

La puertas del ascensor se abrieron cuando llegamos a la planta indicada y Ryan se encaminó por el largo pasillo hasta la única puerta que había en este.

- Esta es mi casa - Abrió la puerta y entramos.

Era una casa increíble, el techo era muy alto y había grandes ventanales por los que se veía toda la ciudad, había además unas escaleras que subían a un saliente donde había una cama y abajo estaba el resto de áreas de la casa.

- Es enorme - Dije asombrado mirándolo todo, no me sorprendió mucho ver una montaña de platos sin fregar en el fregadero.

- Está un poco desordenado, dúchate mientras - Me señaló el camino hacia el baño y me metí.

Cuando salí de la ducha me puse mis bóxers y mi camiseta, pero los pantalones seguían mojados, me abroché el cárdigan que como era largo al menos me cubría un poco.

Dejé los pantalones en una silla cerca de la ventana para que se secaran mientras me dirigía al fregadero a lavar los platos.

- No hace falta Olvier - Rió por lo bajo, yo negué.

- Me sorprendió mucho saber de ti a través de la televisión, te has vuelto bastante conocido - Comenté.

- Sí bueno, yo tampoco me lo esperaba - Se quitó los zapatos y se tumbó en el sofá - Es agotador.

- Tus canciones son muy buenas, escuché algunas antes de venir a buscarte - Terminé con los platos y me sequé las manos con un trapo, fui a sentarme junto a él al sofá.

- Gracias, desde siempre me ha gustado la música, ya lo sabes - Asentí - ¿De qué trabajas tú? 

- Soy psicólogo en un colegio privado, cerca del parque de la avenida principal - Asintió con la cabeza -  yo...siento haberte besado antes de la nada - Dije al fin, nervioso.

- No pasa nada, hace mucho tiempo que no nos vemos - Me dijo sonriendo, le devolví la sonrisa.

Me acerqué para besarlo, quería volver a sentirlo junto a mí, esa mezcla de sentimientos que me recorrían todo el cuerpo cuando uníamos nuestros labios, quería recordar como se sentían sus manos sobre mi cuerpo.

Pero, para mi sorpresa, apenas me dejó probarlos porque se echó hacia atrás, dejándome confundido y avergonzado. Me volví a sentar en el sofá mirando a la nada.

- Lo siento Oliver, pero yo... - Comenzó a decir, me daba miedo lo que iba a decir - ya no estoy enamorado de ti - Le miré a los ojos, suplicante.

- ¿Cómo? - No sabía si estar triste o enfadado, tenía una mezcla de emociones muy contradictorias.

- Ha pasado mucho tiempo y yo he rehecho mi vida Oliver.... - Me decidí por el enfado, no podía creer lo que me estaba diciendo.

- Te esperé - Me miró deconcertado - Me pediste que te esperara y así lo hize Ryan, seis putos años, y ahora me dices que te has olvidado de mí - Me levanté y me comencé a poner el pantalón, me daba igual que aún siguiera húmedo.

- Oliver, espera por favor - Comenzó a decir intentando frenarme.

- Gracias por la ducha - Dije con tono neutro mientras, con la cabeza gacha, me dirigía hacia la puerta.

- ¡Espera! - Me giró del brazo para que le mirara.

- Dije que gracias por la ducha - Solté al mismo tiempo que una lágrima surcaba el contorno de mi mejilla.


Ryan 2 (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora