De todas las cosas que me podían pedir esto era lo que menos me esperaba. Como buen iluso que soy pensé que quería que me separara de Ryan, al fin y al cabo parece que los famosos cuando no tienen pareja son cuando son "más deseados" o al menos esa idea tenía.
Me quedé mirándole con la boca formando una línea recta y apretada, por dentro tenía una lucha interna conmigo. Por una parte quería decir que sí, porque esa era una gran oportunidad para estar cerca de Ryan y volver a enamorarlo, pero por otra parte mi débil orgullo me decía que me alejara de él, que ya me había rechazado y había sido suficiente, además del hehco de que me volvería una imágen pública.
Sin saber qué decir miré hacia atrás, quería intentar ver en sus ojos lo que él pensaba, pero tras tanto tiempo separados su mirada cambió mucho, no tenía ni idea de qué hacer.
- Sí, la teoría suena muy bonita pero Ryan qué piensa sobre esto - Comencé a decir - Porque en el remoto caso de que lo haga no comenzaré una relación con él si no quiere - Miré al director, si no quería tenía la excusa perfecta para rechazarlo.
La habitación estaba en silecio, muchos pares de ojos miraban a un Ryan indeciso y nervioso, sabía perfectamente que su respuesta condicionaría la mía, aunque esperaba que fuera sincero.
- Mmm, no es la idea de mi vida pero tampoco me parece tan mal, además, Oliver y yo tenemos confianza - Me guiñó un ojo y apreté los puños.
"Que tenemos confianza" Maldito Ryan, la confianza en ti la perdí cuando me rechazaste tonto, joder, a cada momento tengo deja vus con ese engendro. Mi adolorido corazón me decía que aceptara pero mi mente que eso era una locura, ¿le hacía caso a la mente o al corazón? ¡A la mierda!
- Vale - Vi sonrisas ensancharse - pero tengo mis condiciones, haré un contrato y se lo daré cuando esté listo - Añadí con una mirada malévola.
- Por supuesto, me alegro de tu decisión - Agradeció.
En ese momento no podía ver la cara de Ryan y él no podía ver la mía porque estaba de espaldas a él, me giré un poco, lo suficiente para que viera mi rostro. Él puso cara de espanto, veía perfectamente mis intenciones en mi mirada, la mía no cambió tanto como la tuya.
- Y ahora, si me disculpan, me voy - Comencé a andar, él estaba estático frente a la puerta - Hasta mañana, Ryancito - Le dije con tono malicioso cuando pasé por su lado, se le pusieron los vellos de punta, y continué mi camino.
Escuché risas en la habitación y comentarios que ya por la distancia no entendía bien, pero me fui de aquel lugar con una gran sonrisa en la cara, quizás no te fuera a enamorar otra vez, pero te haría pagar todos estos años de amor no correspondido, a fin de cuentas, ha sido culpa tuya.
Esa noche me senté en la cama, frente a mi ordenador, pensando en qué era lo que podía escribir en ese contrato para fastidiarlo. Sí es cierto que aún le quería, los sentimientos no desaperecen así por que sí como un truco de magia, pero había cambiado ese amor por odio y venganza, una forma muy común de no sentir tanto dolor.
La primera condición que se me ocurrió era que debía de llevarme a una cita al menos dos veces a la semana, a sitios diferentes, para ponérselo más difícil; además de darme entradas vip para ir a sus conciertos, si era mi pareja era más que necesario que fuera a sus conciertos, o al menos eso pensaba.
Mordía el culo del bolígrafo mientras seguía pensando, esto era más complicado de lo que me había parecido en un principio. "Tendrá que llamarme todos los días para darme las buenas noches", sonreí satisfecho con ésta, al menos tendría que pensar en mí antes de irse a dormir, jódete.
Puse algunas cosillas más: como ser caballeroso, estar pendiente de las llamadas en caso de que necesitara algo, recogerme del trabajo.... Y la última, y no por ello menos importante: "Mientras estés conmigo no padrás salir con nadie más", me parecía algo básico, pero aún así lo puse. Todas estas condiciones finalizaron con una pequeña advertencia, en caso de que no cumpliera alguna de éstas el contrato finalizaría y tendría que anunciar públicamente nuestra ruptura, complesible.
Ah, apunté lo último que se me había ocurrido para finalizar el contrato de una forma más divertida "Está prohibido que me beses si no es delante de las cámaras".
Esa noche al acostarme me imaginé la cara de Ryan al ver ese papel que acababa de escribir, si estaría sorprendido, si se lo tomaría mal, si suspiraría con cansancio. Quizás era demasiado y me estaba comportando como un niño herido, no me avergonzaba admitirlo, pero la madurez en estas cosas no es mi punto fuerte. Él me dejó tirado, y yo ahora le pagaría con la misma moneda, quizás podría conseguir enamorarlo y abandonarlo después, dependiendo de cómo se desarrollaran los acontecimientos.
Al día siguiente, al salir del trabajo, tomé un taxi hasta la empresa para entregarle el contrato al director, obviamente habiendo avisado antes de ir, quería que ese moreno de fuerte presencia estuviera allí para ver su reacción en primer plano, pantalla grande.
Entré al despacho con mis muletas, ya me había acostumbrado un poco a usarlas. En la sala estaban tan sólo Ryan y el señor Anderson, me había imaginado que habría un poco más de compañía, pero tampoco me suponía un problema.
Pasé frente a Ryan para entregarle el documento impreso sin mirarle a los ojos, eso sí, con una pequeña sonrisa pilla que no era capaz de ocultar. Wilson hojeó la hoja por unos segundos y asintió dándole el visto bueno, él se acercó claramente nervioso y pasó la mirada por la hoja con rapidez, pareció relajado.
- Wow, veo que no has cambiado mucho, sigues siendo todo un romántico - Me sonrojé contra mi voluntad, no era tan romántico - Yo lo habría hecho mejor - Dijo él.
Dejó el papel en la mesa y se encaminó hacia la puerta con aire burlesco, parecía divertido con la situación.
- Hasta esta noche amor mío - Este hombre siempre conseguía sorprenderme.
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Ryan 2 (+18 - Gay)
RomanceHa pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, cada noche me acuesto pensando en cómo será nuestro reencuentro; lo que no me esperaba fue en todo lo que había logrado mientras yo no estaba.