Cap 10

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Aunque los muy astutos de los periodistas habían atacado, ahora nos tocaba a nosotros contraatacar, mejor dicho, a mí, porque Ryan se veía demasiado aturdido como para responder. Eché a un lado el nudo de mi garganta y las ganas de vomitar y fingí estar perfectamente, eso si sabía hacerlo.

- ¿Qué significa eso? - Preguntó un hombre joven de una famosa cadena de televisión.

- Déjame a mí responder a eso - Me aclaré la garganta, Ryan me miró asustado por lo que pudiera decir - Verán, ese día tuvimos una pequeña discusión, ya saben, típica de dejar el tarro de las galletas abierto y esas cosas - Escuché unas risas por el fondo - Estaba muy nervioso y me pudo el enfado, lo siento cariño - Le miré con ternura - Aunque no negaré que a veces eres un pequeño idiota - Reí levemente.

- ¿Cuántos años tienes? - Dijo una del fondo.

- ¡Uy! Eso no se pregunta - Reí de nuevo - Tengo un año menos que el señorito - Ryan me miraba con una pequeña sonrisa.

- ¿Cómo se conocieron? - El aire de la sala era ya más divertido que tenso.

- Mira, pues eso es una larga historia, ¿tenemos tiempo? - Miré mi reloj - Bueno, Ryan y yo nos conocimos en el instituto, y estuvimos separados hasta hace un mes o así que conseguí contactarlo de nuevo.

- ¿Cómo era el lider de Swordsrain en el intituto? - Ryan frunció el ceño y fue a abrir la boca, le mandé callar.

- Sshh, déjame hablar - Le dije, él me advirtió con la mirada - Físicamente era casi igual, un poquito más bajo, eso sí, él era el típico chico malo que daba un poco de miedo - La gente escuchaba con atención - Aunque a mí no me importaba demasiado, yo lo trataba como un rival, era muy orgulloso en aquellos tiempos.

"Siempre andábamos discutiendo y peleando, pero poco a poco nos dimos cuenta de que nos gustabamos el uno al otro, aunque en aquel entonces nos hacíamos daño. Así que nos separamos, cuando escuché de él me puse muy feliz, al fin nos tocaba nuestro momento, y cuando nos vimos después de tanto tiempo fue...realmente increible"

Terminé de hablar, con voz temblorosa, toda la sala estaba en silencio, Ryan me miraba con los ojos abiertos. Cuando volví en mí me toqué las mejillas estaban húmedas, me las sequé con la manga del jersey y sorbí el agüilla que se deslizaba pos mi nariz.

- Perdón, me puse un poco sensible - Reí para restarle importancia y esbocé la sonrisa falsa más realista que pude - Me hace muy feliz estar con Ryan, de verdad es un hombre increíble - Dije para finalizar - ¿Alguna pregunta más? - La gente estaba muda - Gracias por la entrevista y espero poder verlos en otra ocasión.

Me levanté de la silla y salí de la habitación, intentando aguantar de pie. En cuanto estuve a salvo de las miradas de todo el mundo me desplomé en el suelo, me miré las manos, las cuales se movían frenéticamente. "Hombre increíble", me daba tanto asco haber dicho eso, debería haberle hecho caso por un maldita vez a mi cabeza y no haber aceptado, este dolor lo podría haber evitado, parezco masoquista.

Escuché unos pasos apresurados en mi dirección y luego una mano en mi hombro.

- ¿Oliver, estás bien? - Dijo él con urgencia, aparté su mano brúscamente.

- Sí - Obviamente era mentira, pero no necesitaba su preocupación.

- Déjame ayudarte - Me hice más bolita.

- He dicho que estoy bien - Le espeté con la voz temlorosa.

Me levanté despacio, tenía vértigo, pero me levanté, anduve como pude hasta llegar al baño y vomité en el primer baño que vi; tiré de la sinterna cuando terminé, la boca me sabía fatal. Al salir del cubículo vi de reojo a Ryan recostado sobre el marco de la puerta, no le hice caso, me lavé la boca y las manos.

Estaba pálido, parecía un copito de nieve, pero no era la primera vez que me pasaba y estaba acostumbrado a esta situación.

- Te vas a caer, déjame ayudarte - Me tendió un brazo.

Después de haber contado nuestra historia con el final ideal, el que yo me había esperado por años, de cómo era tan feliz a su lado. Decir eso sabiendo que era mentira, que no había llegado a ocurrir, me había dolido, y mucho, lo menos que quería hacer era ver al culpable de todo ese dolor.

- Apartate de mi vista, ni que te importara - Le miré con todo el odio que pude, pareció pillar mi mensaje.

Pasé por delante suya, tambaleándome, y me senté en un sofá. Llamé a Melody y accedió a venir a buscarme en cuanto me escuchó la voz, me dijo que no tardaría más de cinco minutos. Esperé sentado en un sillón, Ryan salió del baño al rato y se acercó a mí de nuevo, lo que me faltaba.

- ¿Te he hecho algo? - Le miré, él sabía perfectamente la respuesta - Estuviste genial en la entrevista - Cambió de tema, vio que el otro no le convenía.

Le hice completa pared, suficiente tenía con aguantarme las ganas de vomitar como para tener que hablar con este sujeto.

- Háblame al menos - Dijo con tono suplicante arrodillado ante mí, yo me sujetaba la cabeza con las manos.

- Te odio, ¿te vale? - Le miré, con la mirada cansada y volví de nuevo a agachar la cabeza, sollozando.

- ¡Oliver! - La voz de Mel resonó en la habitación, levanté la cabeza.

Ella, al ver la situación frunció el ceño, sabía perfectamente todo lo que había ocurrido sin necesidad de decírselo, siempre había sido lo mismo.

- Me alegro de verte Melody - Dijo él poniéndose de pie.

- Ahora mismo no es mutuo - Le miró con los ojos entrecerrados.

Ella se agachó a mi altura y me abrazó, la apreté con fuerza para aliviar un poco la presión que sentía en el pecho y después me ayudó a levantarme. Se pasó uno de mis brazos por sus hombros y nos encaminamos a la puerta de salida trasera.

Le di una última mirada a Ryan, éste al verme miró al suelo.

Ryan 2 (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora