Cap 23

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Ryan me atrajo por la nuca hacia sus labios, no pude resistirme. Nuestros labios chocaron entre sí con cierta presión y no esperó invitación alguna para introducir su cálida lengua en mi boca. Para estar más cómodo apoyé mis manos en sus hombros y me senté sobre su pierna. Cuando ya me estaba quedando sin respiración, él se separó de mi boca y comenzó a besuquearme el cuello.

- Ryan... p-para, estoy enfermo - Dije en un suspiro.

Él seguía con su boca en mi cuello mientras recorría la amplitud de mi esplada ejerciendo cierta presión con las yemas de sus dedos. Yo dejé caer mi cabeza en su hombro rendido ante tanto placer, sentía como si mi cuerpo huiera dejado de ser mío. Me acerqué más para quedar pegado a su pecho sin darme cuenta de que, de esta forma, nuestro miembros comenzaron a tocarse, ahogué un grito de sorpresa. Me fui a separar pero él me agarró de la cintura y no me dejó moverme.

- De aquí no te escapas LeBlanc - Me ruboricé más si era posible.

No recordaba que me hubiera llamado nunca por mi apellido, aunque ahora que lo escuché salir de sus labios no entendí el por qué me puso tanto.

- ¿Cómo me dijiste? - Pregunté instándolo a repetirlo.

Él subió de mi cuello a mi oído y susurró "LeBlanc", me dio un escalofrío al notar su aliento en mi oreja. Cogí su cara y comencé a besarlo lo mejor que pude, tenía tantas ganas de él que me estaba volviendo loco. Bajé mi mano en un impulso y comencé a subir y bajar la mano sobre su miembro, su mandíbula se tensó. Sentí sus grandes manos apretando mis nalgas con fuerza.

- Ryan - Lo llamé entre pequeños gemidos.

- ¿Hm?

- No lo podemos hacer aquí en la bañera - Él se separó un poco de mí y me miró a los ojos - Se me va a llenar el culo de agua.

Él comenzó a reírse a carcajada limpia mientras yo lo miraba sin entender muy bien, ¿lo qué dije fue tan gracioso? Aunque acabé riendo también, su risa es jodidamente contagiosa. Él cogió la alcachofa de la ducha y me la puso encima, quitándome el rastro de shampoo que tenía en el pelo.

- Entonces terminemos rápido y vayamos a la cama, ¿sí? - Susurró de nuevo en mi oído.

Aparté la mirada avergonzado y asentí, al hacerlo el agua que caía de mi cabeza me entró en el ojo y me comenzó a escocer.

- ¡Ah! ¡Me metiste jabón en el ojo maldito! - Grité frotándome el ojo con la mano.

- Estate quieto - Dijo mientras se seguía riendo.

Me echó agua limpia sobre el ojo mientras soplaba un poquito para aliviar el picor. Mientras se me aliviaba él aprovechó para quitarse el champoo de su cabeza y enjabonar rápidamente su cuerpo para igualmente aclararlo.

Al abrir el ojo me comenzó a lagrimear, seguro lo tenía todo rojo.

- Oh sé que soy guapo pero no tanto como para que llores - Dijo Ryan con aire galán, yo rodé los ojos.

- Ojalá te haya pegado la gripe - Me levanté de la bañera.

- Oliver estás duro ¿Te gusta que te metan jabón en el ojo? - Yo me miré ahí abajo y luego lo miré a él con el ceño fruncido, él seguía ahí riéndose de mí.

- Me gusta que me metan otra cosa y no precisamente en el ojo - Él se dejó de reír - Y como te veo muy bien capaz puedas levantarte tú mismo, ¿no? - Sonreí ampliamente.

- Perdón, perdón, ayúdame - Lo miré alzando las cejas - ¿"Amorcito"? - Ambos reímos de nuevo.

- Bueeeno, te ayudaré, ¿ves que bueno soy? - Dije con cara inocente, él solo rodó los ojos.

No sé cómo lo hice para conseguir sacarlo de la bañera sin mojar su escayola, no fue una tarea para nada fácil. Lo senté de nuevo en la taza del váter y le acerqué una toalla grande, yo cogí otra y comencé a secarme.

- Que envidia, ya quisiera ser yo esa toalla - Miró con cara tentadora a la toalla.

- Pues no entiendo porqué - Le miré confuso.

- Para poder acariciarte todo el cuerpo - Respondió, yo solté una pequeña carcajada.

- ¿Osea que solo quieres tocarme después del baño? Voy a dejar de ducharme entonces - Yo no pude evitar reír a pleno pulmón cuando vi la cara de estúpido que se le quedó.

- Yo aquí queriendo decirte cosas bonitas y me respondes así  - Dijo con falsa tristeza.

Cogí la toalla que estaba usando para secar mi cabeza y la puse sobre la suya, secándole así el cabello.

- Si quieres decir algo bonito di mi nombre - Él me miró alzando las cejas y yo asentí con una sonrisa traviesa.

Me fui al cajón del lavabo y cogí el secador de pelo, lo enchufé y comencé primero con Ryan, él al principio quiso hacerlo él mismo, pero cuando sintió el aire caliente y las leves caricias que le daba dejó de resistirse, inclusó cerró los ojos.

Aprovechando que tenía los ojos cerrados deposité un beso rápido en sus labios. Él se apresuró a mirarme, con la cara ciertamente sorpendida. Ambos nos quedamos mirándonos por unos segundos que se me hicieron eternos, segundos en los que nos quedamos perdidos en los ojos del otro.

Deslicé la toalla que rodeaba mi cuerpo hacia el suelo y me senté sobre Ryan sin romper esa conexión de nuestras miradas. Él me miraba expectante sin saber muy bien qué es lo que estaba haciendo, tan sólo se dejaba hacer. Metí mis dedos índice y corazón en mi boca y los fui introduciendo con cuidado en mi trasero. Ryan comenzó a acariciar mi cuerpo y a depositar tiernos besos desde mi oreja hasta mi clavícula.

- ¿Estás seguro Oliver? - Preguntó cerca de mi oreja.

Entonces me levanté un poco y, con una mano, alineé su miembro con mi entrada y fui bajando poco a poco.

- Oliver pero - Fue a decir, pero le frené con un beso.

- Sshh, te amo y quiero sentirte dentro de mi, ¿de acuerdo? - Dije mientras sostenía su carita entre mis manos. 

Unas lagrimillas salieron de sus ojos y se perdieron entre mis manos, se la aparté con cariño.

- Se supone que el que debería llorar soy yo, siento como si me partiera por la mitad - Ambos reímos - ¿No me llores, sí? - Él asintió con la cabeza y me abrazó, ¿quién era el niño ahora?

Por última vez acabé de bajar y, pese a que me sacó todo el aire de los pulmones, conseguí relajarme un poco, dolía y mucho. Ryan me agarró por mis caderas y comenzó a moverme lentamente, acercándome a él para luego alejarme un poco.

Cada vez se iba sintiendo más y más bienr, hasta el punto que dejó de doler. Ambos comenzamos a besarnos apasionadamente al mismo tiempo que me movía más y más rápido. Llegó un momento en el que, buscando más placer, comencé a dar pequeños saltitos, los cuales Ryan acompañaba con sus manos apretándo con fuerza mis caderas. Yo arañaba su espalda a punto de perder el control,

- Ryan - Gemí su nombre en alto, sintiendo cómo estaba llegando al clímax.

- Oliver, me vengo - Anunció entre jadeos - Levanta - Dijo casi en un gruñido, yo negué con la cabeza.

Tras una última bajada en la que mis nalgas y su pelvis chocaron sentí mi interior lleno y caliente. Ambos acabamos sudorosos y jadeantes con la frente en el hombro del otro.

- No me creo que nuestra primera vez haya sido encima de un váter - Dije con ironía.

- Qué mejor sitio que este - Me siguió el juego - Por cierto, yo también te amo mi niño - Me dio un beso rápido en los labios.

Ciertamente podría acostumbrarme a esto.

Ryan 2 (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora