Llegó el lunes y debía de volver al trabajo. Había decidido no volver a contactar con Ryan, al fin y al cabo ya me había sacado de su vida hace mucho tiempo y no sería yo quien estuviera ahí como un estúpido, esperando para desenterrar sus sentimientos hacia mí de nuevo.
Se me hacía complicado andar con muletas, por suerte no me había roto el tobillo, pero sí que me lo vendaron para que lo tuviera lo más quieto posible. No podía coger el coche, menos mal que Melody accedió a llevarme al trabajo hasta que se me curara mi pobre y amoratado tobillo.
Puntual como un reloj suizo Mel vino a recogerme en su coche negro, ese que tan elegante me había parecido siempre, y comencé mi trayecto habitual hacia el trabajo solo que, esta vez, en el asiento del copiloto.
Le pedí que me dejara un poco antes de la entrada porque vi un grupo de gente que sería complicado de cruzar, entraría por otra puerta. Me despedí de mi amiga y la vi marchar en su coche para luego comenzar a andar hacia el interior del edificio.
Escuché muchos gritos de repente, me volteé pensando que quizás alguien se había desmayado o había un atraco cerca, pero más me asusté cuando vi a una masa de personas corriendo hacia mí. No supe cómo reaccionar, debería haber huído como cualquier persona normal, pero con la pierna así no hubiera llegado muy lejos tampoco.
Había allí tanto niñas y niños como periodistas y cámaras, me hicieron un corrito para impedirme salir o algo así y comenzaron a aparecer muchos flashes de cámaras que me cegaban, me estaba poniendo muy nervioso.
- ¿Es cierto que es el novio del famoso líder de Swordsrain? - Me avasallaban con tantas preguntas que siquiera las escuchaba claramente, me apretujaban y estaba a punto de perder el equilibrio.
Hasta que me caí, todo la multitud se calló de repente y abrieron un poco el círculo, yo contuve un grito de dolor cuando mi tobillo tocó el suelo y les miré a todos con el ceño fruncido, ya estaba bien. Cogí mis muletas y me levanté torpemente, cogí el micrófono de una de las periodistas y miré directamente a una de las cámaras con gesto enfadado.
- Ryan y yo no tenemos NADA - Remarqué - él es un imbécil, y ahora déjenme en paz porque tengo que ir a trabajar - Exclamé bruscamente y con tono autoritario.
La gente, muda, abrió el círculo y me permitieron entrar al interior del edificio aún con el corazón a mil por hora, había sido horrible. Caminaba por los pasillos y los estudiantes volteaban a mirarme, sus miradas me incomodaban.
Nada más entrar a mi despacho me sorprendió ver la cara preocupada de Adrián, quien lucía agitado y jadeante, como si hubiera venido corriendo.
- ¿Estas bien? Te vi en la entrada - Exclamó viniendo hacia mí.
- No, pero no hace falta que te preocupes - Dije con sinceridad mientras dejaba el abrigo en la percha y me sentaba en mi silla.
- ¿Te duele? - Preguntó refieriendose a mi pierna, asentí levemente mirando hacia otro lado.
- Vuelve a clase, luego hablamos un rato - Con mirada lastimera dejó mi despacho y volví a suspirar.
Antes de terminar el suspiro se pudo escuchar claramente por los altavoces cómo el director me citaba en su despacho, su voz era fría y dura. Mientras caminaba los desiertos pasillo mi corazón latía con rapidez y se me secaba la boca, no podían despedirme, no ahora.
Toqué la puerta del despacho y entré aparatosamente, me costaba todo hacerlo con las dichosas muletas. Cerré la puerta tras de mí y me senté, el señor Kim se veía bastante enfadado.
- Creo que sabes el por qué te he llamado - Asentí, sumiso - Entonces supongo que entenderás que te despida - Apreté mis manos con fuerza, ahora debía de conseguir que no me despiediera.
- ¿Es por qué soy gay? ¿Por eso va a despedirme, por haberme enamorado de un hombre? - Dije con tono lastimero, un poquito de chantaje emocional.
- Nosotros aquí sabe que no permitimos ese tipo de gustos - Añadió.
- Pero si me despide por eso, ¿no creen que le tacharán de homofóbico? - Un poquito más - Además, estoy avanzando mucho con Adrián y con otros alumnos, si yo me fuera su familia no estaría muy contenta - Amenaza indirecta, ya casi lo tengo.
- ¿Me está amenzando? - Negué con la cabeza.
- No señor Kim, yo a usted le tengo mucho aprecio y estoy intentando que no haga las cosas en caliente, no creo que mi preferencia sexual influya en cómo hago o dejo de hacer mi trabajo, además prometo que solucionaré el problema con la prensa pronto, ¿por favor? - Terminé de decir, satifecho.
Pareció pensar por unos segundo, maquinando en su cabeza su próxima actuación, era una decisión decisiva para su intituto, él sabía que los estudiantes y sus familias estaban muy contentos conmigo.
- Está bien, pero solucionelo pronto porque no quiero periodistas en la puerta del instituto - Asentí con el rostro serio y salí de la sala, cuando caminaba de vuelta a mi despacho no pude evitar sonreir radiantemente, había conseguido que no me despidieran, eso era un punto a favor para mí.
El resto de la mañana fue bien, mis alumnos no tocaron el tema y los que lo hicieron no fueron mezquinos, agradecía esta "calma momentania" porque sabía que Ryan vendría a buscarme, hacía mucho tiempo que no lo veía, pero, las personas nunca cambian.
Cuando salí del trabajo como ya yo me esperaba vi un descapotable rojo aparcado en la acerca, seguí caminando. Él estaba dentro con un atuendo similar al que utilizó Tiago el otro día, supongo para que no los reconozcan, aunque con ese coche tan llamativo llamaba demasiado la atención.
- Oliver, sube al coche - Comenzó a conducir al lado mía, siguiéndome - Tenemos que hablar - Dijo.
- No tengo nada más que hablar contigo - Le respondí, impasible.
- Por favor, yo te quiero y necesito explicártelo - Paré en seco y le miré, con los ojos bien abiertos, decidí meterme en el coche, quería saber que me iba a decir.

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Ryan 2 (+18 - Gay)
RomanceHa pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, cada noche me acuesto pensando en cómo será nuestro reencuentro; lo que no me esperaba fue en todo lo que había logrado mientras yo no estaba.