Mientras bajaba por el ascensor tenía un nudo en la garganta. Aún me notaba caliente por la fiebre y de vez en cuando se me nublaba un poco la vista, pero no podía simplemente hacer como si el problema no existía porque estaba ahí. De hecho estaba en forma de muchedumbre furiosa frente al edificio, tan sólo faltaban las antorchas.
Cuando el ascensor marcó el "0" las puertas se abrieron y vi ante mí la gran masa de personas que había, no parecían tantas en la televisión. Aún así transformé mi miedo en ira y me alcé de valor para parar todo esto.
La gente al verme a través del cristal de la puerta se aparto un poco para dejarme salir, yo era la supuesta "víctima" y no parecían tener ningún problema conmigo. En el portal de la casa había una elevación con unas escaleritas, me quedé un momento allí arriba observándolo todo.
Hacía frío, apenas llevaba un pijama de rayas encima, por el furor del momento ni siquiera cogí una bata, mi inteligencia.
Ellos se callaron al verme, curiosos por lo que haría y, poco a poco, me fueron haciendo una especie de pasillo para dejarme pasar. Yo me encaminé con el ceño fruncido a una de las cadenas de televisión que había allí y le cogí el micrófono al reportero. Todo el mundo me miraba allí con expectación, como si fuera una criatura exótica, mientras tanto yo volví a la puerta del edificio y me paré frente a todos.
No había preparado un discurso, apenas sabía lo que iba a decir. En ese momento me estaban transmitiendo en directo y todo lo que dijera lo verían miles de personas, pero la única persona que lo vería y que me importaba era mi moreno.
- Quisiera reírme - Hice una pequeña pausa - Pero la verdad es que lo que está ocurriendo no es para nada gracioso y en gran parte es por mi culpa.
Di un barrido por todas y cada unas de las personas para comprobar que me estaban prestando atención y que vieran la seriedad en mi cara; además de tener un pequeño tiempo para pensar en qué decir.
- Si estáis aquí es porque visteis aquel vídeo, aquel vídeo grabado de forma rastrera de una conversación privada, ¿créeis que me hizo sentir bien que medio mundo supiera todo lo que viví en mi adolescencia? - Respiré hondo - Lo que dije fue cierto, Ryan cuando era más jóven fue un poco capullo, pero creo que la gente tiene derecho a cambiar.
Me cambié entonces el micrófono de mano, me sudaban tanto que sentía que en cualquier momento se me caería.
- Incluso después de todo lo que pasó lo he seguido amando, esperando ese cambio que yo esperaba y, por suerte, llegó. Cuando me encontré con él de nuevo sentía esas mariposas...bueno no, esa estampida de elefantes en mi estómago como si fuera un adolescente aún - La gente se rió un poco ante mi broma.
- Él de verdad cambió, pero yo seguía estancado en el pasado y no dejaba que nuestra relación siguiera.
Decir aquello en alto me revolvió muchos sentimientos. Después de todo lo que había pasado, admitirlo delante de todos fue como quitarme un peso de encima, y tal así fue que mis ojos se comenzaron a humedecer.
- Ryan ha sido el primero en apoyarme cuando me derrumbaba, el que arriesgó su vida por protegerme a mí - Me llevé las manos a la boca para intentar no llorar, no había acabado mi discurso - Si alguien se merece todo ese odio que lleváis dentro soy yo, no él, el que después de todo lo que le he hecho ha estado cuidando de mí mientras él estaba mucho peor que yo.
Con la manga me sequé las lágrimas que se habían escapado de mis ojos y respiré hondo.
- Yo sé que después de haber escuchado lo que dije podéis tener mala idea de él o incluso estar decepcionados, pero pondría mi mano en el fuego porque él se ha convertido en una persona increíble y que ama la música como a nada en el mundo, no me hagáis el responsable de destruir eso por favor.
Estaba a punto de derrumbarme, decir todo lo que había estado guardando todo este tiempo me hacía sentir tan vulnerable y agotado que pensé que me caería. Pero entonces todo el mundo, algunos con los ojos llorosos, miraron hacia detrás de mí.
Me giré y me crucé con sus profundos ojos negros y ahora enrojecidos, quien me miraba con la mayor ternura que he visto en mi vida. Él abrió los brazos, dejando caer las muletas sobre el suelo y yo, de igual modo, corrí hacia él.
Busqué refugio en su pecho y terminé de soltar todo lo que tenía dentro. Lloraba y lloraba y él me apretaba con fuerza para hacerme sentir seguro. Mientras tanto él lagarró el micrófono de mi mano y tomó la palabra.
- Quisiera disculparme públicamente por haberos decepcionado, yo soy un humano con mis problemas y si en algo me he estado preocupando estos años ha sido en convertirme en una mejor persona - Se refregó los ojos - Yo amo a Oliver con todo mi ser y esta vez no me voy a permitir perderlo. Al igual yo amo la música, y sé que tras lo que ha pasado habrá mucha gente que no quiera creer en mis palabras, pero yo quiero seguir haciendo música porque es mi pasión y espero que podáis perdonarme - Terminó con la voz temblorosa.
A mi espalda se produjo un pequeño silencio y luego una oleada de aplausos. Yo me giré levemente para ver lo que ocurría y en efecto, la mayoría de personas parecían haber entendido lo que queríamos decir.
- Muchas gracias a todos y espero verlos pronto - Dijo entre lágrimas - Y ahora volveré a casa que Oliver sigue enfermo y cogerá frío - Me miró a los ojos y me besó la mejilla.
Yo me agaché un poco y le di sus muletas, me despedí rápidamente de todos y entré con él hacia el interior del edificio. Una vez alejados de las miradas de todo el mundo nos volvimos a abrazar con fuerza, un abrazo más íntimo, y las lágrimas no dudaron en aparecer de nuevo.
- ¿En serio pensabas lo que dijiste? - Preguntó él sujetándome la cara con sus manos.
- Sí, siento no haberlo dicho antes - Él negó con la cabeza.
Nos fundimos en un ferviente beso cargado de todos aquellos sentimientos que sentíamos ambos el uno por el otro. Ya todo estaba bien, ya no había más obstáculos, tan sólo él y yo en la recepción de la que suponía sería nuestra casa a partir de ahora, no más "adiós".
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Ryan 2 (+18 - Gay)
RomanceHa pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, cada noche me acuesto pensando en cómo será nuestro reencuentro; lo que no me esperaba fue en todo lo que había logrado mientras yo no estaba.