Cap 22

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Todos los medios de comunicaciones estaban plagados de noticias sobre aquella "entrevista" que di ante todo el mundo, en el portal de nuestra casa, en pijama, con fiebre, debía de verme como un dios griego, nótese el sarcasmo. Al día siguiente de todo aquello la cosa se calmó un poco, vinieron los chicos de la banda a ver cómo estábamos y aproveché para limar asperezas con Evan; no podía llevarme mal con el mejor amigo de mi novio, no me convenía.

Para entonces ya la fiebre había desaparecido casi por completo, contaba con el mejor médico de la ciudad, aunque con métodos un poco..."distintos".

- ¡Ryan te he dicho que no te acerques! Te voy a contagiar la gripe imbécil - Me quejaba mientras intentaba huir de él, aún con las muletas andaba rápido el maldito.

- Pero si ya hicimos intercambio de saliva ayer y estoy bien, ¿qué más da? - Respondió con obviedad, yo aún así me rehusaba.

- Mira, hagamos una cosa - Dije intentando parar con la persecución antes de que se acabara lastimando - ¿Por qué no nos damos un baño? - Sugerí.

En unos segundos pasaron muchas expresiones distintas por su cara: sorpresa, alegría, confusión... Para al final decantarse por una mueca pervertida.

- Está bien, pero tú lo sugeriste, no me haré responsable si tu trasero deja de ser virgen en una bañera - Alzó las manos queriéndose hacer el inocente.

Yo refunfuñé como de costumbre solía hacer y no le hice caso, estúpido. Lo acompañé en dirección hacia el baño y, una vez allí, lo ayudé a desvestirse.

- Puedo hacerlo solo, ¿sabes? Los brazos aún me funcionan.

- Puedo parar si no te gusta que te saque la ropa - Inflé mis mejillas con molestia.

- No, no, quiero decir, no me desagrada - Corrigió con urgencia.

No pude evitar comenzar a reír a carcajadas mientras le quitaba la camiseta.

Realmente nunca había visto a Ryan desnudo, o quizás alguna vez, pero en ese momento ni siquiera lo recordaba. Era algo nuevo, algo que muchas veces había imaginado y que ahora tenía delante de mí, tan perfecto. Tenía el torso tan trabajado que se podían notar perfectamente cómo sus músculos se contraían y se relajaban a su gusto. No pude evitar enrojecer.

- ¿Te estás sonrojando? Me harás ponerme tímido también - Dijo con tono burlón.

- Cállate o te bañarás tú solito - Murmuré desabrochando su pantalón.

Estaba agachado bajando sus pantalones hasta los tobillos y cuando miré hacia arriba me topé con una mirada furtiva y deseosa, tragué saliva. Por mucho que me hiciera el duro por dentro estaba al borde de un ataque de nervios, al fin y al cabo nunca había visto a Ryan desnudo.

- Tómate tu tiempo - Comentó acomodándose en el sitio.

Entonces me levanté, me acerqué al grifo para ir preparando el agua caliente y comencé a desvestirme yo primero: si yo tenía que estar nervioso que lo estuviera él también, igualdad de condiciones.

Me quité la camiseta, los calcetines, el pantalón... Todo bajo la atenta mirada de Ryan, quien estaba reprimiendo una sonrisa satisfecha. Al bajar mis bóxers puse una mano sobre mi miembro, ocultándolo, todo aquello me estaba dando mucha verguenza.

- Hey no te tapes - Me dijo agarrando mi mano, pese a eso la mantuve ahí.

Volví a agacharme de nuevo hasta quedar entre sus piernas y agarré el borde de su ropa interior.

- Levantate un poco, haz algo útil - Él alzó una ceja - ¿"Amorcito"? - Ambos reímos y el ambiente se relajó por completo.

Hizo como le pedí y me dejó el espacio suficiente para deslizar sus bóxers hasta dejarlos sobre el montón de ropa sucia. Algo temeroso dirigí lentamente su mirada hacia "su cosa", o mejor dicho, "su cosota".

Yo miraba el suyo y luego miraba el mío, ¿por qué rayos mi miembro se veía tan pequeño al lado del suyo? Yo que siempre había  estado orgulloso de mi cosita y ahora ya no... Él se comenzó a reír de nuevo cuando adivinó lo que estaba pensando, yo lo miré con el ceño fruncido.

- ¡Oye no te rías! No es justo, a ti Dios te dió de todo y mira yo, valiente mierda - Exclamé claramente irritado.

- Pero si eres la cosa más linda que he visto en mi vida - Él extendió sus brazos alrededor de mi cintura y me aproximó hacia él, abrazándome, con la cara en mi vientre me miró - ¿Entramos a la bañera? - Preguntó con una sonrisa bobalicona.

Asentí mientras sentía mi cara arder, se veía tan jodidamente adorable así que sentía que me iba me iba a entrar diabetes. 

Fue difícil, sí, y más porque al no poder mojar la escayola tenía que tener la pierna fuera con un plástico a su alrededor. En un momento casi lo golpeo con el grifo de la bañera, pobre novio mío, pero al fin todo salió bien y conseguí que se quedara tumbado sin abrirle de nuevo la cabeza, un logro más para apuntar.

- ¿El agua está bien de temperatura? - Pregunté metiendo un dedo para comprobarlo.

- Sí, está genial, vente aquí conmigo niño - Abrió los brazos para alentarme a meterme con él.

Yo, dudoso, metí una pierna en el agua y luego siguió la otra, me senté con cuidado de no lastimarlo y me recosté sobre su pecho, que bien se sentía estar así. Él con un poco de shampoo comenzó a enjabonarme el pelo, haciendo caricias con la yema de los dedos.

- ¿Te gusta? - Preguntó aún con esa especia de masaje.

- Hmm demasiado - Dije con gusto. 

- Mira, te puedo hacer una cresta con la espuma.

Moldeó con sus manos mi pelo para que pareciera que tenía una cresta como la suelen llevar los punkis. Cuando vi mi reflejo en la mampara de la bañera me pareció que me veía muy gracioso. 

- ¿Me queda bien? Capaz podría hacérmela - Pregunté dándome la vuelta para mirarlo.

Él se echó a reír mientras negaba con la cabeza.

- Te queda horrible, mejor que no - Continuó riéndose.

Inflé mis mejillas con enfado y, a modo de venganza, cogí parte de mi espuma y la puse en su pelo a modo de tupé, como lo llevaba John Travolta en Grease. Quise reírme, pero la verdad es que le quedaba demasiado bien, no pude evitar quedarme mirándolo.

- ¿Tengo algo en la cara? - Preguntó con una leve sonrisa, yo asentí - ¿Qué cosa?

- Una mirada muy tentadora - Dije con una mano jugueteando con su labio inferior.

- ¿Y caerás en la tentación o serás un niño bueno? 

Yo acerqué mi cara a su rostro, a escasos centímetros de su boca, sentía su respiración sobre mis labios.

- Quisiera ser malo - Dije con tono seductor - Pero tengo gripe así que se siente - Entonces me aparté y comencé de nuevo a reír cuando vi su cara de decepción.

- Si juegas con fuego te quemas - Me advitió para, con una mano en mi nuca, atraerme hacia él con ímpetu.


Ryan 2 (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora