Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMin

11. ¿Cuál caso?

Otro día más. Jungkook estaba aburrido ya de esto, no odiaba al rubio, no, la verdad tampoco era porque fuera gay, que si bien era algo que no le agradaba, tampoco era la razón principal, pero tampoco sabía cual era el principio.

Sacando su mochila metió en esta unas cuantas cosas. Y tal vez no podía negar, de que a pesar de no soportar al rubio, le agradaba su hermano, lo cual marcaba nuevamente el hecho de que la aversión a Park no era por su homosexualidad, tal vez él rubio era irritante en su sola presencia.

Esta vez decidió tomar su bicicleta, ya se había grabado el camino, y era mucho más práctico. Casi medía hora de pedalear y había llegado, si no fuera por su buena resistencia podría asegurar que mañana caminaría mal.

Suspirando miró la puerta, un sentimiento de pesadez llenó su cuerpo, estudiar era agotador, y ahora tendría que soportar a Park.

Tocó la puerta levemente, dándose cuenta en unos segundos de que había un timbre.

Pero al parecer si se habían oído sus pequeños golpes, un rubio serio le abrió la puerta.

-Pasa -dijo Park haciéndose a un lado para darle espacio, Jeon entró directo a la sala, siendo observado por el rubio, quien mentalmente se alentaba a soportarlo y no matarlo a la primera idiotez que soltara, el día de hoy fue la primera vez que hablaron en el instituto, después de la vez en que le dijo donde se reunirían, y se dio cuenta de lo insoportable que podía llegar a ser, además de idiota.

-¿Y bien? ¿Qué hacemos? -habló Jeon con las manos en sus bolsillos, en medio de la sala, medio sentado en el respaldo del sofá.

-El proyecto, vamos al garaje -le respondió Jimin caminando delante del pelinegro sin mirarlo, pensando en cada paso en el porque había aceptado este proyecto, a él no le hacían falta las notas, y a pesar de que el pelinegro fuera el que as necesitase, era el que menos cooperaba para una buena convivencia, Jimin antes creía que podría ser bipolar, pero ahora sólo tenia una palabra en la mente para describir al pelinegro, “imbécil”, remarcando aquella tilde.

Ambos ya estaban en el garaje, Jeon observó como los materiales seguían en el mismo lugar, sólo que ahora todo el polvo y aserrín de la madera había desaparecido. Acompañó al rubio cuando vio que este se sentaba en un extremo de la mesa, así que el hizo lo mismo en el otro extremo.

Con sus ojos aún en el rubio vio como  este en silencio tomaba los auriculares de los audífonos, que no había notado que llevaba, y se los ponía en cada oído, para luego empezar a tomar algunos materiales y hacer cosas extrañas con estos, sería mentir decir que Jeon no se sintió ofendido por la falta de atención del rubio, el era el invitado en su casa, y ni siquiera lo había visto, ni un vaso de agua, nada.

Sin ninguna expresión tomó su mochila y también sacó sus audífonos, si el rubio quería hacerse el interesante ignorándolo, pues el también lo haría, además era mucho mejor, no interactuarían mas de lo necesario y terminarían el trabajo mas rápido.

Absorto en la casa que estaba armando, Jungkook no notó cuando el peli-naranja extraño entró al lugar, pero ahí estaba él, hablando con el rubio, sin prestarle la más mínima atención, y no es que fuera un chismoso, pero apagó su música para poder oír lo que hablaban, curiosidad lo llamaba.

-Jimin, están pidiendo que cierren el caso -habló el peli naranja, Jeon sólo se preguntaba, ¿Caso?, ¿cuál caso?

-¿Qué? -dijo Park en un sonido casi ahogado, Jeon, sólo seguía con su trabajo, fingiendo no escuchar nada, no sabía si ellos creían eso, pero no planeaba decirles que los oía.

-Max está usando todos los recursos que posee y está tratando  de eliminar todas nuestras pruebas -dijo en voz baja el de naranjos cabellos, Jeon podría decir que sintió la mirada escrutadora  de este sobre él, pero la ignoró y siguió atornillando la bisagra, tratando de mostrar su cara de intriga por las palabras dichas por el peli naranja.