23. ¿Y si vemos una película?

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Llegando al lugar el pelinegro suspiro pesadamente, sintiendo sus músculos relajarse, aún cuando no sabía que se habían tensado.

La escena que se imagino en su cabeza del rubio siento atacado por algún ladrón o alguna persona rara de las que abundaban por las calles se borró al instante en que sus ojos miraron lo que realmente sucedía.

El rubio estaba trepado a un gran contenedor de metal, siendo “atacado” por un… perro, el cual trataba de alcanzarlo.

-¿Qué haces? -habló con burla el pelinegro acercándose más. -Es sólo un…

No pudo terminar la frase cuando fue tacleado por aquel animal, el cual hizo que doblara sus piernas y por consecuencia cayera al suelo, soltando un quejido por el golpe de su espalda con la fría superficie.

-¿Decías? -preguntó el rubio entre dientes.

Por su lado Jeon sólo estaba acostado en el suelo recibiendo el “cariño” de aquel animal, tratando sin éxito de alejarlo.

-Basta…  ¡Ya basta chucho! -le gritó al animal al ver que este no quería dejarle libre.

El animal soltó un pequeño gemido lastimero y se separo de él, aullándole con resentimiento.

-¡Hey!, No le grites así, lo haces sentir mal -defendió el rubio al triste animal-. Vamos cacao, calma, él es sólo un tonto, no llores chiquito -decía el rubio al ahora mimoso animal, el cuál al oír al rubio recobró su energía y volvió a intentar alcanzarlo.

-Ay no… ¿qué he hecho? -dijo para si el rubio, volviendo a pegarse mas al contenedor, tratando de alejarse del juguetón animal.

-Si lo conoces y defiendes ¿Por qué estás tratando de que no te atrape? -preguntó confuso el pelinegro, quien ahora estaba en pie sacudiendo sus ropas mientras miraba la curiosa escena, ignorando el hecho de haber sido llamado “tonto”.

-Soy alérgico a Cacao… -respondió triste el rubio, quien miraba a los ojos del inocente animal.

-Entiendo… -murmuró el pelinegro. -¿Por eso gritaste como si estuvieras siendo atacado? -preguntó esta vez con algo de desconcierto, si se hubiera dejado guiar únicamente por el tono de aquel grito, hubiera esperado todo menos esta escena.

-Estaba siendo atacado -defendió el rubio con molestia.

-Es un perro -refutó el pelinegro.

-Soy alérgico.

-Son solo algunos estornudos -desestimó Jeon, no sabiendo el porque el rubio simplemente no había ido a su casa corriendo, estaba bastante cerca.

-No, no son solo unos estornudos, si Cacao se acerca mucho a mi son estornudos, pero si toca mi piel me saldrán unas ronchas muy feas y  dolorosas -el rubio hizo una mueca de dolor, recordando la primera y única vez que había jugado con Cacao, había ido al hospital por aquella reacción en su piel.

Desde ese momento veía al cachorro de TaeHyung desde lejos, pero hoy había cometido un error, había llevado las herramientas donde su amigo, pero cuando había cerrado la puerta y dado unas cuantos pasos, escuchó un ladrido resonar tras él, al ver atrás vio al perro corriendo hacía él, asustado también corrió pero el animal fue mas rápido y lo alcanzó antes de llegar a su casa, trepándose en él y empujándolo contra el contenedor de metal, haciéndole soltar un quejido. Con susto grito un “Déjame” y se trepo a duras penas al gran bloque de metal.

Llegando a este punto, el rubio aún trepado con el animal esperando por él, y un pelinegro mirando la absurda escena.

Negando con la cabeza el pelinegro se dispuso a regresar al garaje, pero cuando había dado media vuelta y dos pasos, escuchó la voz del rubio.

Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora