Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMin

17. "Doctor Park".

Después de aquella plática en símbolo de paz el tiempo corrió veloz, ambos realizando su parte del proyecto. El pelinegro había terminado todo el exterior incluyendo los bordes del interior, y el rubio había avanzado todos los muebles de la habitación y algunos de la pequeña sala.

Ambos veían lo desarrollado con buenos ojos, todo estaba quedando a la perfección, y a pesar de no ser una competencia ambos sentían su instinto competitivo elevarse, con el pensamiento de “este será el mejor trabajo que hayan visto”,  aunque tal vez estaban exagerando un poco.

-Y si… -dijo repentinamente el pelinegro mientras miraba la pequeña futura mansión -¿Le agregamos algunas bombillas? -preguntó en tono técnico, en su mente imaginando aquella casa con luces en cada habitación, sin contar que hallaría una forma para que se usaran con interruptores.

-Humm -murmuró pensativo el rubio, mordió ligeramente su labio y frunció el seño tratando de ver donde encajarían unos focos en aquella casa sin que se notaran fuera de lugar. -¿Con interruptores? -preguntó dudoso al final.

-Sí -dijo animado el pelinegro, para luego fruncir el seño al ver la expresión de rechazo en el rostro del rubio. -¿Qué? -preguntó algo molesto.

-Jeon, dime, ¿Cómo harás para instalar el cableado de los interruptores sin que rompamos la casa o luzca cual caja eléctrica? -explicó su disconformidad con aquella idea, era algo muy arriesgado e innecesario, la casa estaba bien así.

-¿Cómo? Yo sé como -en realidad no lo sabía, pero su orgullo había hablado antes de que el pudiera entablar conexión entre su cerebro y su parlanchina boca. -El lunes le instalaré las bombillas, debo conseguirlas primero -sí, sin duda no cerraba su bocaza, ¿era tarde para retractarse? “Sí” se respondió el mismo, quedaría como un estúpido y antes limpiaba el piso con su lengua que admitir una vez más que Park tenía razón, el día de hoy habían sido suficientes muestras para todo el año o la década, juraba que el siglo.

-Bien, pero como arruines la casa… -medio gruñó el rubio descontento por la terquedad y tontería del pelinegro.

-Nada, quedará mucho mejor, ya me agradecerás luego nuestro sobresaliente -interrumpió Jeon denotando una seguridad que no poseía, ¿Dónde conseguiría un buen electricista para su mini-casa? Debía googlearlo llegando a casa.

-Si tú lo dices, aunque podría funcionar… de hecho yo tengo unos foquitos que me quedaron de un proyecto de electricidad del año anterior, podríamos usarlos, también tengo los pequeños interruptores, sólo debes conseguir los cables positivo y negativo -comentó el rubio, quería ayudar un poco, además de que veía innecesario que se gastara más por implementos que el ya tenía y dudaba volviera a usar. -Ah, y también de encontrar la manera de que no se vea ridículo.

Jeon por su lado había casi gritado “gracias Dios” al oír que tenía ya los principales elementos, pero luego gruño un “joder” mentalmente al oír que debía hallar la forma de que la casa no se arruinara por el cableado.

-Entiendo, esta bien, de todos modos ya sé como hacerlo -contestó seguro, Park lo miró con los ojos levemente entrecerrados y decidió confiar. Mientras que Jeon se imaginaba la forma de pasar los cables por dentro de la madera y hacer que la batería o pilas no se notaran, tenía un arduo trabajo de ingeniería y arquitectura por delante…

El rubio dejó de mirar al pelinegro y empezó a terminar de pegar algunas cosas en el pequeño sofá que había creado, mientras que el pelinegro miraba la casa sin distracción alguna, analizando todas sus opciones y posibilidades.

-¿Terminaste? -preguntó el rubio de pronto, habían estado unos tres minutos cada uno en lo suyo. Cuando el rubio decidió que por ahora era suficiente mientras miraba su teléfono, observó al pelinegro sin hacer nada y le preguntó.