38. Sopa caliente.

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El olor a panqueques despertó los sentidos del pelinegro, quien con lentitud se levantó de la cama y se dirigió al baño a asearse.

Jimin por su lado miraba con un solo ojo su habitación, sentía una de sus fosas nasales siendo tapada por lo que sabía no era algo agradable.

Con pereza puso sus pies en el suelo, temblando por el toque de la fría madera. Torpemente se movió hasta encontrar sus blancas y esponjosas pantuflas.

A pasos de pingüino salió de su habitación después de lavarse los dientes y mojarse la cara.

-Oh, Jiminnie, estás despierto -el rubio se había encontrado con su hermano en la puerta de la habitación.

-Eso creo... -murmuró mientras se cubría mas con su manta amarrilla.

-Debo ir a dar clases a la universidad, tú y Jeon alístense para ir al instituto, el desayuno ya está listo -indicó el rubio mayor sin notar que el ojimiel apenas entendía lo que decía-. Nos vemos en la tarde Minnie, hoy no podré cocinar -informó para von un pequeño abrazo salir apresurado de la casa, se había hecho algo tarde.

-¿Eh?, ¿el instituto está listo y no vendrás para el desayuno? -murmuró Jimin con confusión.

Ignorando aquello avanzó lentamente hasta llegar a la primera planta, al ver su sofá sin pensarlo dos veces se tiró encima de este, acomodando su cuerpo de una forma extraña pero según él cómoda cayó dormido.

...

Jeon estaba listo, ya con su propia ropa (que había tomado de la secadora). Miró la hora en su teléfono, aún faltaba casi una hora para ir a clases, supuso que el rubio ya estaba abajo.

Tomando su mochila bajo la escalera y miró el vacío lugar. Antes de hacerse alunas preguntas vio como un bulto amarillo se movía sobre el sofá.

Caminó hasta ponerse frente al mueble y vio como de la manta amarilla salían unos cabellos dorados. Sin saber exactamente que hacer se puso a pensar unos segundos. Al final concluyó que si no levantaba al rubio se haría tarde, y luego no quería ser culpado por ello.

-Park -llamó suavemente sin recibir la mínima respuesta.

-Park -repitió mas fuerte mientras movía ligeramente al rubio, quien murmuró algo inaudible.

-¡Park! -gritó esta vez, teniendo una respuesta instantánea del rubio ahora en suelo por el susto.

-¿Qué-qué...? -soltó Jimin desorientado.

-Perdón, no te levantabas y te haces tarde para clases -justificó Jeon.

El rubio se quedó quieto en su sitio sin voltear a ver al pelinegro. Unos segundos después Jimin dejo su transe para soltar unos bajos y suaves hipidos.

Jeon totalmente impactado miró como los ojos miel se humedecían y el rubio comenzaba a sollozar si motivo alguno.

-Hey, ¿qué sucede? -preguntó con cautela.

-Me duele todo -hipo el más bajo cubriéndose con su manta en el suelo.

Jungkook observó la distancia del sofá hasta el suelo, midiendo mentalmente estimó que no podía medir más de sesenta centímetros de altura...

-No seas exagerado -soltó el alto.

El pelirrubio se giró a verlo con las mejillas húmedas y los labios apretados en molestia. Sin responderle se levantó torpe del suelo para volver al suave sofá encogiéndose sobre este.

Jungkook siguió con sus ojos todo lo que hacia el rubio, terminando con el otro completamente envuelto en aquella manta, dejando ver únicamente sus ojos y nariz.

Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora