Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMin

8. "Me perturba".

-Bien, esto es incómodo, digan algo -habló Jin después de unos minutos que todo se puso incómodamente silencioso, y solo se oían loa cubiertos chocar con los platos. -Ustedes, niños, ¿Cómo les va con su proyecto?

-Pues… -habló el rubio menor.
-Ya he… -dijo al mismo tiempo el pelinegro.

-Vaya, uno a uno por favor, tú primero Jungkook -le dio la palabra al pelinegro.

-Ya he avanzado más del cincuenta por ciento de la casa, está quedando bastante bien, tendremos una excelente calificación -respondió un  Jeon algo emocionado, Jin le daba confianza, le recordaba en cierto modo a su primo cuando tenían una buena relación.

-Oh, me alegro mucho por eso, luego me pasaré a ver que tal -le respondió con una sonrisa leve al pelinegro, quien se la devolvió tímido.

Todo esto siendo observado por el rubio menor, quien miraba de un lado a otro, desde el rostro se su hermano, hasta el rostro del pelinegro. “Sospechoso”, pensó.

-Oh, sí, he visto la casa, esta muy bien hecha, hasta podría contratarlo para el taller -dijo bromeando el alto moreno, dejando ver sus hoyuelos.

-Vaya, tenemos un niño talentoso, ah, que bueno que hacen el trabajo juntos, mi Minnie es algo torpe con la carpintería -dijo Jin mirando al rubio menor, quien negaba con la cabeza.

-Un día, cuando estaba en primero de escuela media, estaba en la clase de carpintería y el tema era “casitas de mascotas” y el hizo un cubo sin puertas o ventanas, pero eso no es lo peor, sino que el muy ingenuo cerró el cubo con él adentro -dijo soltando una peculiar risa, haciendo reír a todos en la mesa, incluyendo al pelinegro, quien miraba burlón al rubio menor, quien miraba con las mejillas rojas a su hermano, se podría decir que su furia emanaba por sus pequeños ojos.

-Imagínate mi susto cuando me llamaron de la dirección para decirme que mi hermano se había encerrado en un cubo y ahora no podían abrirlo, porque torpe, pero muy bueno asegurando las maderas y los clavos. Ah… -suspiro entre sus risas- tuvieron que llamar a los bomberos.

Las risas volvieron a los presentes, y la vergüenza aumento en el cuerpo de Park.

-Ya, Jin-hyung, sabes que eso fue traumante -dijo con su voz dolida.

-Ah, sí, mi niño quedo con claustrofobia -dijo dejando de reír un poco. -Ven, no te molestes, tu hermano siempre estará para ti -lo abrazó, sacando un “aww” de los labios del peli-naranja.

-¿Por qué tú no eres así NamJoon-Hyung? -dijo con un tono infantil el de naranjas cabellos.

-Ah, ¿También quieres que cuente tus historias? -dijo el moreno mirando a su hermano, quien se puso rígido y negó con la cabeza.
-Pues bien, aquí el bebé naranja también tiene una historia muy parecida, debido a la claustrofobia de Jimin, casi siempre era TaeHyung quien se escondía, pero como Jimin ya se sabía todos sus escondites, y ese día los había llevado a mi taller, el niño decidió meterse en el armario que ya había vendido y se llevarían a sus nuevos huéspedes… -dijo dejando el “suspenso” en el ambiente.

-No me digas que… -dijo el pelinegro para sorpresa de todos.

-Sí, llegó el camión de entregas y se llevo el armario, y el no hizo ni un solo ruido, resulta que ese día estaba muy ocupado, y no me hubiera dado cuenta de no ser porque el señor que compró el armario me llamó molesto, porque, y cito, “Mi esposa fue a recibir el armario, y cuando lo abrió ese pequeño demonio saltó a asustarla, mi esposa se ha desmayado del susto, quiero que te lleves al mocoso y tu armario, ahora” -dijo cambiando su voz a la de un robusto señor  haciendo reír a todos nuevamente.