Mermaid (Taekook)

Navío

En un rincón de la habitación abrazando mis piernas me encontraba con la nariz congestionada y mis ojos irritados debido al llanto, fue un torbellino de emociones ese día, ataba al exhausto, con tantas ideas en mi cabeza, un rompecabezas que no lograba terminar. Llamo mi atención una voz: —¡Kook! Ábreme por favor. Escuche la preocupada voz de Tae tras la puerta. Respire profundo y me puse de pie, caminé hasta la puerta y abrí la misma, di la vuelta brindándole la espalda a Tae, no quería que me viera, no en estas condiciones. Pero tomó mi brazo y me volteó hacia el, conectando mi mirada con la suya, mi quijada temblaba al igual que mis manos. De repente vi como una lágrima caía por su mejilla.
—Perdóname. Fue la palabra que salió de su boca. —Todo esto es mi culpa. Da un trago de saliva antes de continuar. —Si hubiese sido consciente de la maldición, jamás te hubiera puesto una mano encima, creo que todo sería más fácil si aquella vez que me aleje, me hubiera mantenido así, lejos de ti, sin regresar. Mis ojos se abrieron en n asombro, puse mis manos en sus mejillas y le miré sin parpadear.
—Nunca vuelvas a decir eso, que vivir sin ti es el dolor más grande que puedo sentir, creo que puedo vivir con esto, pero contigo a mi lado, orientándome, tendiéndome la mano cuando esté flaqueando, estamos en el mismo navío, de eso se trata una relación, ¿no es así? Sonreí. Este suelta una leve risa. —Tae, tú eres lo único que tengo ahora, eres mi fuerza y jamás pienses que esto es tu culpa, porque no la es.
—Te amo. Respondió.
—Y yo a ti. Besamos nuestros labios con dulzura y suavidad. Al despegarnos, miró cómo este saca de su bolsillo un collar, era muy bello de color dorado, lo que más llamó mi atención fue su dije, era una serpiente y tenía dos rubíes verdes que simulaban sus ojos. Tae dijo que Atena se lo había dado, sería un amuleto de protección y me ayudaría a controlar mis poderes, este lo puso en mi cuello, para luego terminar diciendo: —te vez hermoso. Asentí.
—Ahora vamos a dormir, hoy fue un día muy complicado. Ambos estábamos de acuerdo en ese punto, cambiamos nuestra de ropa por algo más cómodo, luego fuimos a la cama, nos acotamos y arropamos con la cobija, este me abrazo y me acurruqué a su lado, su calor, su respiración y el palpitar de su corazón me relajaban, apagamos las luces para luego cerrar nuestros ojos en un profundo sueño...
Al día siguiente, me levante muy temprano, me bañe y me vestí muy bien, tome un bolígrafo y un papel, dejándole una nota a Tae, la cual decía que llegaría tarde y que no se preocupara por mi. Lo único que quería era estar solo, necesitaba concentrarme y ordenar mis pensamientos, pero para hacerlo necesito tiempo conmigo mismo, basta de lágrimas y lamentos, si tengo un nuevo ser dentro de mi debía adaptarme y vivir con ello, además ser una serpiente no suena tan mal después de todo, terminó con un sutil sonrisa ladeada en mi rostro mientras bajo las escaleras de la casa hasta la puerta principal...

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