Mermaid (Taekook)

Dioses y Pasados

No podía creer que ya había pasado un año desde que Tae desapareció, el tiempo transcurrió tan rápido que ni siquiera me percaté. Durante todo este tiempo he fortalecido mi relación con Jimin, pero mi mente vive en aquel que alguna vez ame...
Ahora vivíamos juntos en un pequeño pero muy lindo apartamento, dejamos nuestras familias y formamos una propia, ahora éramos padres de dos lindos gatitos. Quien pensaría que mi vida terminaría a su lado, si miro hacia el pasado nunca hubiese imaginado que seríamos pareja, pero el destino siempre te da grandes sorpresas.
La alarma sonó a las 8:00 am, abrí mis ojos con dificultad aún estaba soñoliento, al mirar a mi lado la cama estaba vacía, Jimin ya se había ido ya que trabajaba en el negocio de su familia así que todos los días antes de que saliera el sol se despertaba para ir a su trabajo. Me puse en pie y fui al baño, me di una ducha, me vestí y cepille mis dientes. Al terminar tomé las llaves y salí del departamento. Conseguí un trabajo de medio tiempo en la biblioteca, aquella misma donde conocí a Tae... quien lo diría.
Al llegar salude a la bibliotecaria, la señora Teodora, fui a los pasillos a ordenar los libros, archivos y demás, estaba concentrado en mi trabajo hasta que mi estómago trono, lo sostuve, tenía hambre, no había comido nada, pero por suerte estaba cerca de la cafetería. Pedí permiso para desayunar, el cual fue concedido.
Llegue a la cafetería y estaba muy llena, había una larga fila pero de igual forma la hice, el hambre podía más que mi paciencia. Mientras esperaba miraba los alrededores, las mesas y las diferentes personas que bebían su café y comían un rico desayuno, al hacerlo me percaté con un chico me observaba, pero algo en el se me hacía extraño... lo miré fijamente y este no parpadeaba ni por un segundo, estaba confundido, se puso de pie y en medio de tantas personas le seguí con la mirada, hasta que sonrió sutilmente y sus ojos se tornaron por cuestión de segundos a azules claros como un cristal, mismos que le había visto a Tae.
Me sorprendí tanto que abandone la fila y me propuse a seguirlo, al salir del sitio mira a ambos lados y trataba de encontrarlo, hasta que lo divise a mi lado derecho, caminaba a lo lejos. —¡Espera! Grite. Corrí para alcanzarlo, cuando al fin lo logré lo tomé de su hombro para detener su caminar. —¿Te puedo ayudar en algo? Dijo el chico. Mire sus ojos pero estaban marrones, pero había algo extraño en el. —¿Quien eres?. Este sonríe, continúa su caminar. —¿Vienes o no? Respondió. Seguí su paso hasta que al final llegamos a la playa, el sonido de las olas y la marea me traía tantos recuerdos. El chico se detiene y nuevamente me mira a mi rostro. De repente con un movimiento de su mano derecha deje de escuchar las olas, al mirar al océano estas se habían detenido, todo estaba en calma y en completo silencio. Al mirarle sus ojos estaban azules cristalinos como el agua, el había detenido con su mano las olas del mar. En ese instante no pude hablar, no sabía que decir, el también era igual que Tae. —Mi nombre es Hoseok, ¿Y tú debes ser Jungkook, no es así? Asentí a su pregunta. —¿Cómo sabes mi nombre?
—Taehyung me hablo de ti.
—¿Tae?. Dije sorprendido.
—Así es... mira, lo conocí una noche en la que el océano mismo rugía con fuerza, había una gran tempestad, no entendí porqué, hasta que lo vi, tenía tanto coraje que dominaba el agua con fuerza, el domina el océano y este le obedece, me quede muy sorprendido ya que pensé que era el último de mi especie además nunca vi a alguien con tanto poder., logré tranquilizarlo, pero tenía un gran dolor, al momento no me dijo nada, pero con el tiempo nos volvimos más unidos, hasta que un día me contó que se había enamorado de un mortal, pero que este había roto su corazón, ese día juramos no volver a la superficie, sin embargo quise conocerte, dure mucho tiempo buscándote, recorrí millones de kilómetros y ciudades y al fin te encontré.
—¿Pero cómo?.
—Puedo ver los pensamientos más fuertes de una persona, es una habilidad que tengo, cuando Tae hablo de ti dio una descripción tan detallada que vi tu rostro en su mente. Comencé a derramar lágrimas, no lo podía creer.
—¿Está bien? Pregunte.
—El es un Dios en las profundidades, no debes preocuparte, al principio fue difícil sanar las heridas que tú le provocaste, pero con el tiempo se cerraron ya que encontró a alguien que si lo ama. Cuando dijo eso hubo un silencio, sentí como si todo se detuviera a mi alrededor. —Así es, ahora soy yo su pareja y juntos dominamos el océano...

Esta es la primera parte de este capituló, pronto subiré la siguiente 😘