Mermaid (Taekook)

Apaciguala

Abrí mis ojos ya que la luz del sol daba a mi rostro, al voltear Tae estaba profundamente dormido. Sonreí al verle para después morder mi labio inferior al recordar la noche que vivimos juntos. Hace tanto tiempo que no me sentí de ese modo, pero es el quien me da vida, no puedo negarlo. De repente miré hacia el suelo y vi a Hera mirándome fijamente, en ese momento supe que no era ella y mi expresión cambio por completo, di un Fuerte trago de saliva y con cuidado me levanté, busque mi ropa y me vestí. Tomé a Hera y este se enrollo en mi muñeca.
Antes de partir me acerqué a Tae y le deposite un beso en su cálida frente para luego salir de la habitación con prisa. Debía ir donde mis madres ya que estás me estaban esperando.
Salí del edificio y cundo llegué a la calle Hera se soltó de mi muñeca y cayó hacia el suelo, no entendí porqué lo hizo, preste atención y frente a ella se abrió un portal, caminé hacia el y entré, cubrí mis ojos por el resplandor, al abrirlos nuevamente estaba en el templo de las Diosas de los océanos, pero ni una de ellas estaba, al final del salón en los tronos que solían ser suyos vi a mis madres sentadas, todas con gran seriedad, al mirar hacia atrás ya el portal no existía, este mismo fue abierto con el poder de Medusa mediante Hera, su puerta hacia cualquier lugar...
Guarde silencio y agache la cabeza, al final sabía lo que sus expresiones significaban, simplemente estaba esperando su regaño. Hasta que Medusa se levanto de su sitio, se acercó hacia mi y gritó fuertemente provocando que el suelo se estremeciera al igual que mi piel, sus ojos estaban encendidos y al gritar lograba ver sus afilados colmillos, cuando finalizó con gran fuerza me dio una abofeteada haciéndome caer fuertemente contra el suelo. Le miré con sorpresa y nerviosismo, nunca la había visto tan molesta. Sus ojos y el de las docenas de serpiente en su cabeza se dirigían hacia mi.
—¿Cómo te atreves a revolcarte con ese hombre? ¿¡Que no te dije que no había tiempo para sentimientos!?
—Lo...lo lamento madre.
—Deberías concéntrate en tu propósito tal como nosotras lo hemos hecho... no comprendí muy bien lo que quiso decir, miré a mis otras dos madres pero ninguna de ellas intervenía, al contrario desviaban sus miradas con decepción. —Hemos destruido el reino de los dioses es hora de nuestra era. Volteé a verla nuevamente y me levante, la confronté diciéndole que si ella había asesinado a las guardianas de este templo. Esta sonrió, en ese instante mi cuerpo tomó mi forma monstruosa y con furia me encare a la antigua reina de las gorgonas, Euríale y Esteno se levantaron de su sitio con sorpresa.
Medusa sonrió nuevamente y me tomó del cuello con gran fuerza, trataba de tomar aire ya que lo estaba perdiendo, segundos después y me lanzó contra la pared, el golpe me hizo regresar a mi forma humana, estaba adolorido y me costaba reponerme.
—Podrás ser el nuevo rey, pero jamás permitiré impertinencias de tu parte, ¡Yo soy tu madre! Me debes respeto que quede claro y lo mejor será que esto no vuelva a repetirse porque si no quien pagará por tus berrinches será ese a quien le llamas el amor de tu vida.