El Rey verdadero

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Pasaron semanas en los que no salí de mi habitación, tocaban a mi puerta cada día pero nunca respondía, necesitaba pensar y durante ese tiempo reflexioné sobre todo lo acontecido.
Imagine a mis madres, aquellas poderosas mujeres, eran mi raza y fui elegido como su heredero y hasta ahora las había decepcionado con mi debilidad.
Ese día me levanté y busqué un pequeño baúl en el cajón de la mesa cerca de mi cama, seguidamente lo puse en mis piernas, lo observé y lentamente lo abrí y vi el anillo de Euríale, la daga de Esteno y el collar de medusa. Puse el anillo en mi dedo, la daga en mi bolsillo y el collar en mi cuello, me puse de pie y salí de la habitación. Escuchaba voces en la planta baja, comencé a bajar las escaleras y cuando llegue al primer piso, todos estaban en el salón principal discutiendo sobre lo que ha estado pasando, la división que se había forjado, sin embargo cuando vieron mi rostro guardaron silencio, después de días por primera vez estaba de nuevo frente a sus ojos. Tae se levantó y corrió hacia mi sujetando mis manos, trataba de hablar pero no podía. Lo observé, no había expresión en mi, no en ese momento, así que solté su agarre y caminé hacia el centro donde todas las miradas estaban puestas en mi. Mi rostro era serio, algo en mi emanaba poder, podían sentirlo y notarlo. Entendían que algo había cambiado.
Cada silueta pasó por mi vista, respiré profundo y le piedra que decoraba mi collar, la de mi anillo y la del mango del daga se iluminaron. Las pupilas de mis ojos se tornaron naranjas como los ojos de una serpiente, pero esta vez el color era más llamativo ya que la mirada de los demás era de respeto y miedo.
—Durante este tiempo pude entender quien soy realmente. Hasta ahora he fallado a mi casa, he fallado en mi labor y no puedo permitirme decepcionar a mi familia, mi raza, la casa de las gorgonas, ustedes están aquí para ayudarme porque haya afuera hay un mal que se acerca, no volveré a ser débil, no me volveré a cegar por sentimientos, no me doblegaré ante nadie, es tiempo que el mundo merezca el rey que puede cambiar los escombros que por mi debilidad se han visto condenados a vivir... ¡Yo soy el rey! ¡Yo soy Jeon Jungkook Gorgon! hijo de Medusa, Euríale y Esteno y yo soy su rey. En ese instante mis piernas tomaron la forma al cuerpo de una serpiente, mi cabello se llenó de ellas y por el piso se abrió espacio Hera, mi fiel compañera que comenzó a subir por mi cuerpo hasta mi brazo, ella y las serpientes de mi cabello provocaban ese sonido tan escalofriante, sus ojos y mis ojos miraban fijamente a cada uno en la habitación. Note el temblor en sus piernas. No hubieron palabras, sólo acciones. RM se puso de rodillas e inclinó su cabeza, le siguió Jin, luego Hoseok, luego Tae, luego mi hija y por último Jimin quien derramaba una lágrima. Noté su arrepentimiento.
—¡Larga vida al rey! Gritaron en unísono. La mirada de Tae iba directo a mis ojos y la mía a los suyos pero en segundos aparte mi mirada y con mi gran cuerpo me arrastre hasta las afueras de la casa. Cuando todos salieron se toparan con  centeneras de víboras en los suelos, troncos, por dónde vieras ahí estaban. Su padre estaba ahí, por fin había emergido, por fin era el rey gorgon, el aniquilador de titanes y un futuro Dios. Sonreí, sentía mi poder por primera vez en tanto tiempo...

Mermaid (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora