Mermaid (Taekook)

¿Donde está?

2 meses atrás...

Después de haber entregado a Jungkook a su destino, las hermanas regresaron por el cuerpo de Tae antes de que este fuese destruido por Leviatán. Aparecieron cerca de el y lo sacaron de inmediato de los ojos de la enorme bestia y su brujo, después de haberse desvanecido velozmente lograron desatar un poderoso rugido de desesperación del monstruo, la furia por no haber logrado su cometido...
Unos momentos más tarde reaparecieron en la casa de Tae donde Jin y Nam joon aguardaban, estos al ver cómo Infertirión traía el cuerpo de su querido amigo en brazos se sobresaltaron, rápidamente lo colocaron en uno de los sofás más cercanos, estaban muy alterados, nerviosos, con gran miedo al no ver ninguna respuesta de Tae, su cuerpo estaba frío y pálido, no había movimiento alguno.
—¿Que fue lo que sucedió? Preguntó Jin alterado.
—Fue atacado por el fuego de Leviatán. Respondieron las Diosas de los océanos. Debían actuar rápido, en ese instante Jin y Nam Joon utilizaron sus poderes curativos, colocaron sus manos en el cuerpo de Tae, específicamente en su pecho, sus ojos se tornaron dorados y comenzaron a absorber toda la magia oscura que había dentro de él. Era una batalla contra el tiempo ya que faltaba muy poco para que lo perdieran para siempre y por eso daban todo de sí para mantenerlo con vida. Al mismo tiempo las hermanas utilizaron sus poderes para mantener su alma en su débil cuerpo, debían hacer todo para mantener la poca vida que le quedaba dentro de él.
Pasaron varios minutos y quienes llevaban la peor parte eran Jin y Nam Joon ya que estaban consumiendo un gran poder, un poder oscuro, sin embargo su sangre curativa bloqueaba el daño de este, aún así debilitaba sus cuerpos, de repente ambos cayeron de espalda, habían logrado sacar el mal dentro de él y como un choque eléctrico Tae elevó su pecho de un golpe y al mismo tiempo Jin y Nam Joon comenzaron a vomitar una sustancia negra y mal oliente, toda la energía oscura debía ser expulsada, provenía desde sus entrañas, quemaba sus gargantas manteniéndoles aturdidos, con gran dolor y cuando terminaron, Jin sin pensarlo se acercó con dificultad hacia Tae, notando que este respiraba y que los latidos de su corazón habían regresado
—Aún está con nosotros. Sonrió y dio un profundo y largo suspiro, acción que provocó que todos respiraran aliviados.
Ya había caído el frío de la noche y las noticias en el televisor no paraban de hablar de lo que estaba sucediendo en el mundo, sobre el gran monstruo marino y cómo los mares en diferentes partes del mundo se comían la tierra después de la caída de una de las diosas del océano. Todos miraban preocupados, según los últimos reportes la gran bestia había desaparecido, aún así las fuerzas armadas trataban de seguir rastros para destruirla.
—¿Que vamos a hacer? El mundo es un caos. Comentó Infertirión. —Me siento inútil ya que ni siquiera mi poder puede controlar esta gran tormenta.
—No alcance a preguntarles pero dónde está Jungkook, ¿por qué no vino con ustedes, que fue lo que sucedió? Preguntó Jin con el respaldo de Nam Joon.
—El fue quien causó esto, destruyó a una de nuestras hermanas y por eso sus dominós se han descontrolado y fue él quien liberó a Leviatán de su presión, así que tuvimos que enviarlo a su destino...
—¿Su destino? ¿Donde lo han enviado?
—Esto es algo que nadie sabe, sólo nosotras, pero Jungkook no es quien ustedes creen que es, es un peligro mayor, pude sentirlo y además me lo demostró, pero sólo el tiene el poder para destruir a ese monstruo y traer un nuevo mundo aunque eso signifique nuestra destrucción, nuestra labor es velar por los humanos, así que el debe descubrir su poder y lo que es capaz, fue enviado hacia su madre.
Jin miró sorprendido, no creía que eso fuese real, parecía loco y descabellado, pero al ver la seriedad de las mujeres entendió que lo que decían era verdad.
—¿Que es Jungkook? ¿Que es capaz de hacer? Continuó Jin con sus dudas.
—Ni siquiera nosotras sabemos quien volverá en el futuro, pero debemos estar preparados, el hermano que conocieron no será el mismo...
Los días se convirtieron en semanas y luego en meses, aún Tae no despertaba pero se mantenía estable. Ese día Jin y Nam Joon estaban solos en casa, se sentaban cerca de él para vigilarle. Ambos estaban tomando una taza de té, cundo los ojos de Tae se abrieron.
—¿Tae? Ambos corrieron hacia el.
—¿Donde está? ¿Donde está Jungkook? Quiero verlo.