Tú no eres mi rey

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Mi Pueblo se había asentado en la costa, comenzaron a levantar su campamento frente a la cueva de donde mis serpientes y yo emergimos, para ellos ese sería su templo de oración y mi castillo quedaba a su vista a lo lejos, en la punta de la montaña.
A una distancia lejana los observaba a todos y mi mente estaba con tantos pensamientos y mi ser con tantas emociones encontradas, ahora realmente me veían como un Dios, tenía súbditos y eso ni en mis sueños más locos lo imaginaba. Respiré profundo y con un movimiento en mis piernas hice que Hera continuara su camino hacia mi hogar. De un lado estaba Nervem y al otro Gorgon. Cuando llegamos a la cúspide a las afueras me esperaban Tae y los demás, me bajé del lomo de Hera y caminé hacia ellos. Noté que sus ojos estaban dirigidos hacia la costa y me cuestionaron sobre quienes eran todas esas personas, les respondí que eran devotos y creyentes del Rey Gorgón, pero en esos momentos me sentía agotado y sin ánimos de dar tantas explicaciones, sólo quería recostarme y descansar así que seguí mi camino dejándolos a todos con la palabra en la boca. Ingrese al pasillo y luego a la sala del trono, cundo escuché unos pasos con prisa tras de mi, así que me detuve. —¿Habla de una vez? Sabía quien era. De repente los pasos continuaron mostrándome su figura frente a mi, mis ojos lo vieron y esta me miraba de la misma manera.
—¡Jungkook! solo quiero saber si estás bien, me preocupas.
—¡No! ¡No estoy bien! perdí a uno de mis hijos, ¿cómo quieres que esté? Dije en un tono sarcástico, con enojo y a la vez tristeza.
—¡Jungkook! se que los ves como tus hijos, pero tú tienes una hija que te necesita, una hija humana de carne y hueso, ¿acaso no piensas en ella?
—¡Taehyung! no tengo ganas de discutir. Seguí caminando y tras mi espalda le escuchaba gritar que yo siempre huía de él, que no me atrevía a enfrentarlo y que era un cobarde, donde quedó todo el amor que teníamos gritaba a más no poder en ese momento con molestia me volteé hacia el y con mis ojos dorados y mis puños presionados le grité que yo era su Rey, debía tener cuidado de cómo me hablaba.
—¡Jungkook estoy harto de que me digas eso!tú eres mi esposo no mi Rey, tú no eres mi Rey y si vamos a jugar eso déjame recordarte que tú podrás gobernar la tierra y puedes tener personas que te ven como un Dios pero yo soy el Rey del océano y de cada criatura qué hay en el.
—¿!Entonces porque no vas a tu reino!?porque créeme que me encantaría que me quitaras esta carga, ve y pelea tú con los titanes.
—Actúas como un niño, eres un idiota. En ese instante con toda mi furia y sin pensarlo lo abofeteé
—Nunca más vuelvas a faltarme al respeto. Y de mi dedos quite la sortija que nos unía como esposos y se lance a los pies y le dije que este matrimonio ya era una farsa. Tae me miró con sus ojos húmedos.
—¿Entonces así acaba esto? Preguntó.
—Así es, yo soy el Rey y tengo una labor que cumplir y si pretendes estar acá me debes tratar como tú soberano y si no quieres pues puedes irte, pero esto que teníamos ya terminó. Di la vuelta y seguí caminando hacia la puerta tras mi trono y cuando entre a la siguiente habitación la cual era la biblioteca rompí en llanto y caí sobre mis rodillas, puse mis manos en mi boca, no quería que nadie me escuchara, pero las lágrimas no dejaban de brotar, sentía como si mi corazón se hubiese desecho y ahora en su lugar solo habían quedado cenizas.

Lamento la tardanza 🥺

Mermaid (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora