La noche del Dragón

265 29 6
                                    

Estaba en mi habitación, ya era de noche así que tenía velas encendidas para iluminar el dormitorio mismo en el que ahora me mantenía solo ya que Jimin ya había sacado sus cosas del mismo. Estaba sentado en mi mesa de lectura donde me encontraba perdido en el libro aquel mismo que había sido un obsequio de Kai. Cada línea me llevaba al mundo de los dragones aquellos que existieron hace tantos años, siglos para ser exactos.
—¡Toc, toc! Tocaron la puerta al voltear miré a Tae a un lado de la puerta, le sonreí, este cerró y camino hacia mi con una una bandeja con Té para poder beber, colocó la misma en mi mesa y luego se sentó a la orilla de la cama, no dejaba de mirarme. —¿Que sucede? Pregunté.
—Te vez tan hermoso. Me sonroje al escucharlo decir eso. —¿Que estás leyendo? Me levante y me senté a su lado mostrando mi lectura, respondí diciéndole que este libro fue un regalo de el elfo Kai, un libro donde hablaba del origen de los dragones. —Mira... estos fueron los grandes ancestros de mis hijos, llamados los primeros dragones, los indomables, nunca tuvieron jinete, ni pudieron ser atrapados, Zohar una dragona de escamas azules y blancas, dueña de la tormenta, Ebeloth de escamas negras y doradas con dos inmensos cuernos, señor de los vientos, Reirsyphys de escamas rojas y negras representaba la tierra, Tiamat de escamas blancas, el dragón del hielo, Eco de escamas negras y rojas pero se diferenciaba porqué tenía un largo cuello y un hocico pequeño, la dragona de la oscuridad y por último Buldrat el grande, el dragón macho más grande que se ha logrado ver y el más viejo, se dice que estos 6 dragones representaban los elementos de la naturaleza, nunca fueron domesticados y cuenta la leyenda que un día desaparecieron y nunca más se volvió a saber de ellos... ¿no es magnífico? Mis hijos son los únicos que quedan y debo hacer todo para mantenerlos a salvo, además ser dragones sin alas los vuelve más especiales, según lo que leí fueron los dragones más cazados en la antigüedad por su rareza, ellos no sólo son los últimos de su especie sino de todas las especies que una vez existieron. Tae tomó mi mano. —Tienen al mejor padre, se que estarán bien y yo también estoy aquí para protegerlos.
—Te lo agradezco. Puse el libro de vuelta en mi mesa ya era tarde así que debía dormir, pero cuando estaba de espaldas Tae se puso tras de mi y comenzó a besar mi cuello con delicadeza al mismo tiempo que lamía dejando así algunos chupetones en mi piel. Cerré mis ojos mientras mi respiración se comenzaba a agitar, enseguida me volteó y pegó su pecho contra el mío, me sujetaba de la cintura ejerciendo presión hacia el, uní mis labios a los suyos y con mis manos en su cuello el beso era más apasionado, su lengua delineaba mi boca y la mía la suya. En un beso me dejó caer sobre la cama poniéndose sobre mi, extendió mis manos hacia los lados y las sostuvo con las suyas, nos besábamos con tanta pasión que me faltaba el aire, al separarnos tuvimos un contacto visual donde pudimos leer nuestras miradas sin necesidad de palabras. Mordí mi labio inferior y este sonrió. Quito su camisa y mis manos recorrían sus torso desnudo, desabrocho su pantalón, se levantó para podérselo quitar dejándome su cuerpo completamente sin ropa frente a mi. En ese instante me levanté, di un tierno beso en sus labios y lo puse cómodo en la cama, después yo caminé hasta el frente de la misma y comencé a bailar con sensualidad mientras poco a poco me desvestía a sus ojos, sus expresiones me devoraban, su mirada me excitaba tanto que me hacía vivir el momento, me movía suavemente para que pudiese disfrutar cada paso y después de tanto jugueteó deje caer mi bata dejándome desnudo, sonreí y después de eso fui hacia el con mis ojos tornados dorados, iba tal cual gato hasta tener mi cara a centímetros de la suya, puse una pierna de un lado de su cuerpo y la otra del otro lado, estaba con mi trasero en su vientre, este se acomodó mejor para tener su rostro frente al mío y con cuidado acomodo su miembro justo en el lugar indicado, comencé a sentarme en el mientras gemía, una vez dentro aguarde unos segundos, Tae besaba mi cuello y mi pecho, lamía mis pezones y una vez que sentía la comodidad movía mis caderas en una sintonía sincronizada tornando mis ojos aún más dorados y mis gemidos más profundos, le sonreía pícaramente mientras me balanceaba delante hacia atrás, sus pupilas tomaron aquel color azul. —¡Vamos! Susurró y en ese instante comencé a rebotar sobre el con el rechinado de la cama y el sonido de mis glúteos chocar sus muslos. —¡Ahhh! Gemía fuertemente, ni siquiera me importaba que fueran a escucharme estaba esperando esto por mucho tiempo. Me deje caer sobre mi espalda y este se puso de rodillas frente a mi, volvió a introducir sus miembro y puso mis piernas en sus hombros mientras con sus manos sujetaba mis muslos teniendo así un mejor agarre para las embestidas que se escuchaban en toda la habitación... volteaba mis ojos, mordía mis labios, abría mi boca, arqueaba mi espalda, lo que estaba sintiendo era el placer más grande que me habían echo sentir. Sus embestidas eran más fuertes estaba sudoroso y algo enrojecido al igual que yo, sus gotas caían en mi piel, aumentaba más y más la velocidad, separó mis piernas dejándome abierto y puso sus manos en mis hombros, su rostro cerca al mío, daba algunos besos en mi boca junto a gemidos y pequeños mordiscos, comenzó a gemir y a estremecerse en ese instante no soporte más y llegue a mi orgasmo y segundos después le sentí venirse dentro mi. Su cabeza cayó en mi pecho estábamos exhaustos, acariciaba sus cabellos con mi respiración agotada. Salió de mi y se acostó a mi lado, volteé mi rostro y él, el suyo, sus ojos habían vuelto a la normalidad al igual que los míos, sonreí y el correspondió con un beso.
—¡Ufff! Nunca antes habías sacado esos movimientos, padre de dragones eres una bestia indomable, esta fue tu noche y yo estoy a tus pies. Reí al escucharlo.
—Tenía que dar todo de mi, hace un año que no tengo intimidad con nadie y te estaba esperando, me domaste con la diferencia que yo te monte a ti mi rey tritón.
—Bueno pues... estuvo fantástico ¿que dices si tenemos una segunda ronda alteza?
—¿Otra? Jaja están bien. Nos besamos una y otra vez con pequeños besitos tiernos.
—Te amo kook
—Y yo a ti Tae

Mermaid (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora