El humano y el Tritón

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Seguíamos caminando por la ciudad creada por mi pueblo, atendiendo a quien lo necesitará, saludaba a todos y pasaba tiempo con mi gente junto a Tae y Denali, que poco a poco se ganaban la simpatía del gentío con su calidez y cordialidad, siempre sonreían, daban su mano cuando alguien la requería, sin embargo habían algunos que no estaban contentos con su presencia, podía oírlos tras las paredes, nadie más podía hacerlo más que yo y eso me atemorizaba, no quería que hubiese una revuelta o un levantamiento a causa del conflicto que se vive en palacio que aunque nadie lo presenciara si notaban la tensión que había en el ambiente, además que muchos de mis guardias tenían familias por ende la historia se propagaba rápidamente por los alrededores, el rey que le es infiel en la cara a su esposo solían decir.
—¡Padre! Voltee a ver a mi hija al escuchar su voz llamarme. —Volveré a palacio, estoy algo cansada. Asentí a su petición, le dije a dos de mis guardias que la escoltaran y así fue. Mientras tanto Tae y yo salimos de la ciudad para poder caminar por la playa, le pedí a mis damas y escoltas que volvieran de la misma manera al castillo, quería tener un momento a solas con Tae, al principio se negaban a dejarme solo pero después de insistir aceptaron mi orden.
Paseábamos por la arena, escuchando las olas de un lado, mientras la brisa marina nos azotaba, era helada con nieve entre ella, pero estábamos abrigados. Ninguno de los dos decía nada, había un silencio entre nosotros.
—Esto me recuerda a los paseos que dábamos hace unos años, ¿lo recuerda? Tae rompió el hielo y con algo que me daba nostalgia y alegría.
—Como olvidarlo, si eran los tiempos donde todo parecía normal, donde yo era un simple humano con una vida normal a excepción de que una "sirena" reí al decirlo. —Un Tritón apareció en mi vida.
—¿Extrañas esos tiempos? Preguntó
—Mucho, aveces pienso en que hubiese sido mejor seguir siendo un simple mortal y no esto en lo que me convertí, tener una vida en las sombras, yo era el chico que todos pasaban por alto en el instituto, pasaba horas en la biblioteca y nadie me notaba pero ahora deseo eso, deseo despertar en mi cama con mi madre llamándome para desayunar, salir a la calle y ver el sol, las personas caminar, los autos por la calle, el ruido, pero ya eso desapareció, cuando fui a mi viaje fuera de la isla, realmente lo que vi fue horrible, era desolación y muerte, los que sobreviven se ocultan, son ciudades fantasmas y ahora sólo me quedan recuerdos de lo que fue... Tae tomó mi mano, me miró y de repente beso mi frente para reconfortarme.
—Te pido perdón, no debí haberte dejado, no debes lidiar con el peso del pasado tú sólo, quiero compartirlo contigo, que tú tristeza sea mi tristeza, tus dolencias las mías, por eso perdóname Kook, soy un tonto, te perdí pero al menos quiero estar en tu vida, no importa si sólo como un amigo, pero quiero estar a tu lado apoyándote. En ese instante al estarnos viendo a los ojos, el con los suyos húmedos al contener sus lágrimas y yo con los míos de la misma forma no me pude contener y lo besé, necesitaba hacerlo, mi cuerpo, mi mente, mi alma me lo pedían a gritos y al unir nuestros labios sentí esa conexión que siempre he tenido, una conexión que siento desde su primer beso, desde la primera vez que lo vi en aquella biblioteca. Nuestros labios seguían los movimientos del otro con suavidad y sincronía y con pasión y aquel amor que nos teníamos. Al separarnos sonreí y le susurré que no lo iba a ver nunca como un amigo porque lo amaba y siempre lo haría.
—Júrame que nunca me vas a dejar de nuevo. Dije con anhelo.
—Te lo juró. Nos abrazamos para finalizar ese pacto y a mi oído escuché lo que tanto deseaba. —¡Te amo Kook!
—Y yo a ti...

Mermaid (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora