9. ¿Me Está Persiguiendo?

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Es el día siguiente por la mañana, estoy recién despierto y mis ojos poco a poco se adaptan a la luz que entra por la ventana. Me muevo para quedar boca arriba en el centro de la cama y me desperezo en ella de una forma que parezco Billie Elliot tal como bromeaba en aquel pie de foto en mi Instagram. Mi fiel amigo de color marrón se hace presente por el sonido de su cola golpeando la puerta con intensidad al entrar y sus sutiles gemidos de emoción al sentirme despierto.

- Ven aquí, anda-. Me río de su excitación y lo apretujo contra mí a pesar de su cola rozando mis piernas. -Tienes hambre, ¿sí?-. le pregunto mientras me sigue chupando. -Va, vamos a echarte pienso, y papi también come-. Me incorporo al borde de la cama y me levanto andando hacia la cocina.

Busco en el armario del jardín el saco de comida para perros y le echo dos cubiletes en el comedero. Luego cojo el bebedero y me dispongo a lavarlo y volverlo a llenar para que beba. Al agacharme lo veo sentado enfrente del pienso y sin comer.

- Terral, vamos, come-. Me acerco a él y le acaricio la espalda con intención de darle amor de ese que le da un padre a su hijo cuando el pequeño está triste, pero se cuela en mis brazos. Cojo un poco de pienso con una mano. -Mira qué tengo aquí-. Le digo extendiendo la mano y esta vez sí come.

[...]

Después de unas cuantas horas organizando el piso y demás, salgo al gimnasio que se encuentra dos calles más abajo de donde vivo. Necesito despejarme y convencerme de que mi perro está bien, que simplemente, no sé... que al menos desayunó, en mis brazos, pero desayunó.

Entro al gimnasio y, qué suerte la mía, no hay gente. Opto por la máquina de correr, ya que amo hacerlo, sobre todo si mi amigo de cuatro patas me acompaña por la orilla del mar. Creo que es buen plan para la tarde de mañana: ver el atardecer.

Siento que alguien me toca el brazo, y en buen momento, ya no sentía mis piernas de lo que estoy forzándome.

- Vaya, Ignacio, qué feliz me hace verte otra vez por acá-. Le sonrío a un buen amigo del Liceo Francés mientras la máquina va reduciendo la velocidad.

- Ni te digo yo, estás raro fuera del escenario-. Bromea y le doy un abrazo fuerte. -¿Has venido con López?-. me entristezco por dentro.

- No, he venido solo-. Le respondo.

- Ah, vale, es que lo vi en las pesas-. Me volteo y lo veo. ¿Acaso me está persiguiendo?

- ¿Qué tal vas de amores? Hablando de Pablo...-. Me excuso.

- Moreno...-. Me mira y me coge de la mano para sentarnos en un banco. -Me gustan las tías. Soy bisexual-.

- Es lo que querías, ¿no? En segundo de Bachiller te daba vergüenza que nos besáramos en públi...-. Mi boca se ve invadida por la suya, y tras tantos años logra agitarme. -Ignacio, no. Pablo y yo nos hemos distanciado, pero no quiero dejarle-. Le detengo y nos separamos.

BIENVENIDOS A MI VIDA HOMOSEXUAL [AlboLópez]Where stories live. Discover now