Capítulo 16: Gemma

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Ambos sacamos nuestros celulares al mismo tiempo y nos dispusimos a buscar un lugar en donde nos pudieran rentar un auto.

— Encontré uno— dijo Nox, llamando mi atención.

Me tendió el teléfono y yo lo inspeccione con la mirada.

— Se ve un buen lugar— dije— y no esta tan lejos, solo 10 minutos.

Nox rió.

— En auto, caminando es una hora y media.

Apreté los labios.

— Me niego a caminar tanto— exclamó Brayson y yo reí nerviosa.

— Supongo que tendremos que pedir otro Uber — pensé en voz alta.

— ¿Irónico, no es cierto? Pedir un carro para ir por uno.

Bufé mientras asentía.

— Hay muchas cosas en la vida que son ironía— dije mientras discretamente descargaba Uber en mi teléfono. 

— ¿Ah, si?— me preguntó Brayson— ¿cómo cuales? Espera, ¿estas bajando Uber ?

Le di un codazo a Brayson incitándolo a que se callase. El chico emitió un jadeo y se cubrió el estómago, lo miré preocupada, pero no podía hacer nada.

— Ya pedí en auto— me indicó Nox— llegará en tres minutos.

— Gracias, mi celular está fallando.

Nos quedamos en silencio un buen rato.

— Maldita seas Gemma— dijo Brayson, yo le sonreí a modo de disculpa.

—Espera— hablé— ¿tenemos el dinero suficiente? 

Nox me miró asustado y al mismo tiempo, ambos nos dispusimos a buscar en nuestros bolsillos.

— Tengo cincuenta dólares— me aviso.

«Carajo» pensé y rebusqué nerviosa tratando de encontrar billetes o monedas, Brayson me miraba con una ceja alzada y su expresión burlona de siempre.

— Tengo cuarenta dólares— aseguré suspirando aliviada y sacándolos de mi bolsillos.

Nox iba a tomarlos, sin embargo, antes me miró.

— ¿Puedo tomarlos?

— Sí— dije riendo nerviosa.

Nox los tomó y sin mirarme, dijo:

— Tenemos noventa dólares, el Uber costará unos diez o quince máximo, lo cual nos deja con ochenta o setenta y cinco dólares, el auto tal vez si lo rentamos por un día nos cueste unos cincuenta lo cual, nos deja con treinta o veinticinco dólares. Si compramos en una tienda de paso alimentos de dos o tres dólares, estaremos bien.

Contemplé a Nox y sonreí mientras exhalaba. 

— ¿Qué?— preguntó también sonriendo. Y por un momento, su sonrisa me dejó estática.

— Nada, es solo que...— dije alzando los hombros— eres demasiado bueno en matemáticas por lo que pude notar y en probabilidad. A menos de que ya hayas rentado un auto y conozcas todos los precios.

Nox rió.

— Conozco la cuidad, y estudio Administración de Empresas, algo se me tenía que pegar.

—Tienes talento— reconocí— yo no soy buena en ello.

— Seguro eres buena en otra cosa— dijo, sin borrar su sonrisa.

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