Capítulo 11: Gemma

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— ¿Quieres descansar? — le susurré a Nox, con mis ojos apunto de cerrarse.

Nox me respondió con un gruñido.

— Quiero dormir— me dijo. 

Bostecé y tallé con mis puños mis ojos. Me levanté y le hice unas señas a Nox para que me siguiera, lo llevé al cuarto extra que había en mi departamento.

— Puedes dormir aquí— le indiqué.

Nox me dió las gracias y se tiró sin cuidado alguno en la cama. Sin siquiera quitarse los zapatos. Negué con la cabeza y cerré la puerta. 

Caminé hasta mi cuarto arrastrando los pies, Brayson me seguía por detrás como si nada.

Entré y giré mi cabeza; mi cuello dolía horrores. Habíamos pasado toda la noche recolectando pistas acerca del paradero de Caspian y sentía como mi cuerpo exigía un descanso. 

— Sal de mi habitación, Brayson. Voy a cambiarme.

Brayson salió y yo me vestí al cabo de unos tres minutos, recogí mi cabello y me asomé afuera de la habitación. Brayson me miró y yo lo invité a pasar.

— Buenas noches— se despidió.

Le sonreí.

— Buenas noches.

— No voy a dormir— me dijo— no lo necesito Gemma, estoy muerto.

Sentí cómo mi garganta se secaba y mis ojos comenzaban a picar.

— Lo siento— hablé como pude.

Brayson avanzó unos pasos y me abrazó. No supe cómo reaccionar.

— No— declaró, tratando de tranquilizarme— no lo sientas, estas ayudándome, es más de lo que pudiera pedir. Eres grandiosa Gemma, gracias.

Me separé lentamente del abrazo y retuve un sollozo en mi garganta.

— No lo soy Brayson, cometí un grave error y tu vida fue el precio por ello. Soy una persona de mierda— aseveré, depositando toda mí sinceridad en esas palabras. 

— Solo equivocándote vas a aprender— dijo, y después sonrió.

Sorbí por la nariz y desvíe la mirada.

— Mierda, así no Brayson. No dejando morir a alguien— bramé respirando entrecortadamente— Te arrebaté tu vida.

Brayson me tomó de los hombros y me obligó a mirarlo.

— Gemma, quiero que entiendas una cosa. Tú no eres la asesina, tú no eres Caspian. 

Tragué la saliva acumulada.

— Tienes que dejar de ser tan dura contigo misma, porque la única persona que se esta culpando por mi muerte, eres tú. 

Se separó de mí, y me sonrió de lado.

— Deja de pensar tanto, estas rompiendo tu propio corazón— reveló. 

Ante aquella afirmación, mi cuerpo se relajo y solté un suspiro.

— Es difícil hacerlo, sobre todo sabiendo que tu autoestima no existe— dije.

Brayson se encogió de hombros.

— Hay gente demasiado buena y que no tiene autoestima. Y hay gente mierda que tiene el ego por los cielos, la cosa es aquí que comiences a creer en ti— se inclinó sobre sus talones y se salió de la habitación.— Que descanses, veré que más puedo encontrar que nos ayude con Caspian.

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