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Capítulo 23: Brayson

Observe como mi hermano desaparecía en el auto a una velocidad impresionante. 

Me volví hacía Gemma, con una mezcla de enojo y confusión.

— ¿Qué mierda, Gemma?— inquirí, y la chica me miró con el rostro pálido dejando salir un suspiro.

— Yo no lo sé— respondió, su voz temblaba y yo sabía que estaba nerviosa— no se mentir Brayson y algo me impulso a decirle a tu hermano todo.

Enarqué una ceja, y crucé mis brazos sobre mi pecho.

— ¿Ah, si? ¡Gemma me traicionaste!

Gemma sollozo.

— Yo nunca te traicionaría Brayson, eres mi amigo— me dijo.

Retrocedí un paso.

— No quiero saber entonces cómo es que tratas a tus enemigos, entonces. Por poco le dices que me puedes ver Gemma— le espeté.

— ¡Estoy haciendo lo mejor que puedo, Brayson!— gritó con los ojos llenos de lágrimas— ¿Okay? ¡Lo intentó!

Mi rostro se suavizó un poco y agaché la mirada.

— ¿No vas a decir nada?— preguntó, su voz era aguda y rota.

Lancé un bufido y elevé el rostro para que mi mirada conectará con la suya.

— ¿Qué quieres que te diga Gemma?— le pregunté.

— ¡No lo sé! ¡Algo! 

Sonreí sin quererlo y de su rostro cayeron dos lágrimas. 

— No sé que quieres que te diga Gemma. Todo se fue al carajo. Nunca atraparemos a Caspian y mi hermano esta en peligro y con el corazón roto, ¿y tú? tú estas hablando con alguien muerto.

Gemma respiró entre contadamente. 

— Todo estaría bien si...

— ¿Sí, qué?— inquirí avanzando hasta ella.

— Si no estuvieras muerto— contestó e inmediatamente cerró la boca de golpe y su facciones se tensaron.

Me detuve en seco.

— ¿En serio crees que morí por gusto?— cuestioné tratando de esbozar una sonrisa, pero mis ojos me traicionaban; de modo que comenzaron a picarme, amenazando con lagrimear— ¿En serio, Gemma? ¡Si fuera por mí, créeme que estaría en casa y nunca te hubiera conocido! 

Al igual que ella, cerré la boca. Y la miré con terror. Ella solo soltó unas cuantas lágrimas e hipidos.

Agaché la mirada, creando una disculpa.

— Yo tampoco pedí conocerte— murmuró y yo levanté la cabeza con dolor, yo la había obligado a decir ello.

Gemma negó y cubrió su rostro, soltando unos cuantos sollozos.

— Hazme un último favor, Gemma— le pedí, llorando en silencio con una sonrisa plasmada en mi rostro. Hace años que no lloraba enfrente de alguna persona, sin embargo, aquí estaba, cara a cara con Gemma Sawyer y estaba llorando— disfruta tu vida. No te limites. Por favor.

Era lo único que quería, al menos el sentir que Gemma era feliz. Gemma me miró a través de sus dedos y después, apartó las manos completamente de su rostro. 

Sorbí por la nariz, pero no hice ningún esfuerzo para parar mis lágrimas. Por qué quería llorar, lo necesitaba.

Yo sabía que éramos temporales en este mundo.

— ¿Qué?— logró pronunciar. 

Metí mis manos en los bolsillos y bajé la mirada, pero sorpresivamente Gemma no. 

— Ya no te molestaré más— dije, lo que fue más una promesa.

— Yo nunca, dije que me molestarás— replicó y yo rodé los ojos y elevé la barbilla— Brayson, no puedes dejarme tú también.

Alcé los hombros, sin querer causarle dolor y Gemma abrió la boca atónita.

— Brayson— pronunció mi nombre como si fuera una maldición, cosa que no se alejaba mucho de la realidad.

— Vamos, Gemma— traté de restarle importancia— no iba a durar para siempre.

Gemma rió, enojada.

— Esto no se trata de si era para siempre o no. Tenemos algo que hacer, Brayson, quieras o no, estamos conectados.

Volví a suspirar.

— No quiero continuar con esto, Gemma— dije apretando los labios, las lágrimas en mi rostro no paraban— no quiero.

— ¿Entonces qué es lo que quieres?— preguntó desesperada y con su labio inferior temblando.

Tomé una bocanada de aire y rasqué mi nuca.

— Quiero que esto termine— concluí, Gemma se quedó estática, y yo bajé de nuevo la mirada por que, no sabía con certeza si era capaz de mentirle mirándola a los ojos— me iré, y lo mejor es que tú también lo hagas. Regresa a tu vida Gemma, es lo único que te pido. 

Gemma avanzó un paso y me tomó de los brazos, obteniendo así que mis manos salieran de mis bolsillos y después las sujeto.

— No estarás hablando en serio— manifestó sonriéndome con dolor— Brayson, no me hagas esto.

Suspiré y dejé que varias lágrimas que resbalaban por mis mejillas cayeran al pavimento.

Abrí la boca y por alguna razón comencé a cantar un pedazo de la canción de Kodaline :

— But If you loved me. Why did you leave me?— susurré separándome lentamente de Gemma— Take my body. Take my body

Porque de esa manera me sentía, y de esa manera estaba haciendo sentir a Gemma en este instante.

Dejé de cantar y me obligué a esbozar una sonrisa de despedida. Giré sobre mis talones, sin verdaderamente querer hacerlo, dandole la espalda a Gemma.

— Adiós Gemma— musité por encima del hombro y con mis manos nuevamente en mis bolsillos— gracias por todo, y recuerda que esperar no significa detenerse.

Y con todo el dolor del mundo en mi pecho, con las lágrimas corriendo por mis mejillas sin cesar y con un nudo en la garganta; comencé a caminar alejándome de Gemma.

—¡Brayson!— me llamó a gritos más de una vez, pero decidí no responder a sus llamadas.

Al llegar a la esquina de la calle, giré y dejé salir todo lo que traía dentro de mi ser muerto, apoyándome en la pared de aquella casa. 

Quería ir a casa, y eso haría.