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Capítulo 24: Gemma

— No me dejes sola— susurré en dirección a Brayson, sin embargo, el viento se llevó mi lamento.

Alcé una mano, como si quisiera detenerlo de irse, como si solo ese movimiento pudiera hacerlo. 

Pero no lo hizo. Sentí como varias lágrimas caían por mi rostro y en ese momento, comprendí como tu mundo puede acabar en cuestión de segundos.

Solté unos hipidos combinados con unos cuantos sollozos que provenían de lo profundo de mi garganta. Me llevé ambas manos a los labios tratando de callarlos, pero esta vez no funcionó.

Di media vuelta e inicié a correr. 

Corrí como si mi vida dependiera de ello, pero no sabía de que corría, porque no había nada persiguiéndome. 

Mi celular vibró y yo ni siquiera tuve la fuerza para mirarlo. Seguí trotando, hasta que me detuve en seco. Miré a mi alrededor; las personas caminaban, otras me rodeaban y unas pocas me empujaban con el hombro para que me apartará de su camino. 

Cabizbaja, me abracé a mí misma y volví a andar, solo que esta vez con pasos lentos y sin hacer el esfuerzo de retener mi llanto.  ¿A dónde va uno cuando no quiere ir a ninguna parte? 

La imagen de Brayson llorando y de Nox enfadado parecieron de manera fugaz en mi mente, inundándola por completo. Me permití llorar con más fuerza. 

Sin darme cuenta, había caminado hasta una calle en la cual no había absolutamente nadie en ella, era como si las personas a mi alrededor hubieran desaparecido.

Miré en suelo borroso por mis lágrimas y me dejé caer sobre él, para después cubrir mi rostro con mis manos. Moví mi cuerpo hacía atrás hasta que mi espalda se topó con una superficie sólida, suspiré con un poco de alivio; ya que si alguna persona caminaba por ahí no se vería interrumpida por mi presencia.

Mi respiración se volvió cada segundo más débil, ya que mi garganta estaba a punto de cerrarse debido al nudo que tenía en ella. ¿Cómo se dejaba de llorar?

Mi sollozos dejaron de ser ello, para volverse gritos de lamento. 

Yo había echado todo a perder. 

Era mi culpa. 

Yo.

Solo yo.

De repente, ya no me encontraba sentada en la acera, sino que en un mar oscuro que se movía agresivamente. Una ola se elevó y me cubrió por completo, yo con el poco aire que había tomado nade hasta la superficie y así volver a respirar, pero otra ola mucho mas grande me volvió a empujar hasta el fondo.

Abrí los ojos y respiré, nunca me había ido de Boise. Toqué mi rostro, y lo sentí húmedo; al final resulto que el mar eran mis lágrimas y las olas era mi nudo en el pecho. 

Tomé aire y lo expulsé.

«O te vuelves fuerte o el mundo termina consumiéndote» me dijo una vez mi madre, pero el mundo ya me había consumido.

Las lágrimas pararon y yo me volví a hundirme en el infierno que era mi mente. 

Nox, Brayson. Los había perdido, debí esforzarme más. Debí contarle desde el inició a Nox. ¿Pero nuestra historia hubiera sido la misma?  

Yo.

Yo. 

«Gemma Sawyer». Repetí mi nombre varias veces y después volví a lagrimear, solo que esta vez en silencio y con el alma rota. 

El aire me fallaba, las lágrimas no. La opresión en el pecho crecía al igual que el volumen de los mis sollozos. Mi alma se separaba lentamente de mi cuerpo, y nadie lo sabía, ni siquiera Clear. Estaba rota y pérdida.

¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿A quién he herido? ¿Y dónde es que se han ido sin mí?

Mi corazón da un vuelco que hace que se revuelva el estómago.

Sé qué fue lo que hice mal, pero estaba tratando de hacerlo bien.

— ¿Gemma?

Guardé silencio, y el mundo se detuvo. Tuve miedo, pero aún así elevé mi rostro conectándome con la otra persona.

— ¿April?