Capítulo 9: Gemma

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En cuanto los tres llegamos a mi departamento, revisé mi celular.

3:43 pm. Clima soleado. Y mi panel de notificaciones, se encontraba vacío como siempre, a excepción de los mensajes de mi madre, Clear y su novio Jackson. 

Suspiré y guardé mi celular en mi bolsillo, para de él sacar las llaves y abrir mi departamento. Los dos hermanos entraron en este cómo rayos y se tumbaron en el sillón. Sonreí como una madre mientras me despojaba de mi chamarra, poco después, mi sonrisa desapareció.

Uno de ellos esta muerto; Brayson. Y en parte, es mi culpa.

Un dolor me invadió en el pecho, muy asemejado a una presión en este. Era la culpa, la culpa que seguirá hasta que el asesino de Brayson pagué por lo que ha hecho. Coloqué una mano en mi pecho, tratando así de alguna forma disminuir el dolor mientras cerraba los ojos y los apretaba con fuerza p.

Al parecer los hermanos West se dieron cuenta de ello, ya que ambos preguntaron al unísono:

— ¿Estás bien?

Aún con los ojos cerrados, pude lograr distinguir que los dos se habían levantado de su asiento. Hice un ademán con las manos, restándole importancia, deje mi culpa de lado y esbocé una sonrisa falsa.

Tomé una gran bocana de aire y me senté justo enfrente de Nox.

— Esta es una pregunta muy importante— le dije— ¿quieres comer algo antes de que toda esta locura comience?

Nox al principio parecía algo desconcertado, sin embargo, después de unos segundos soltó una risa.

— Claro, seguro que será un trabajo pesado y sin alimento alguno, mi cuerpo querrá pegarse un tiro.

Solté un si satisfactorio al aire, porque Nox tiene razón. Mi cuerpo no podrá con tanto. 

— ¿Qué quisieras comer?— le pregunté al mismo tiempo que levantaba para dirigirme a la cocina y abrir el refrigerador, analizando el alimento que había en él.

Brayson me siguió hasta la cocina y se recargó en la estufa.

— ¿Y yo?— cuestionó cruzándose de brazos.

Lo miré y después negué con la cabeza. 

— Lo siento— murmuré, procurando que Nox no me escuchará.

Brayson abrió la boca para argumentar, no obstante Nox lo interrumpió.

— No quiero ser aprovechado, lo que sea que tengas en mente estará bien. Exceptuando el pescado— expuso caminando hacía mi.

— Carajo— susurré entre dientes para mí misma, pero al parecer lo había dicho algo alto, ya que Brayson logró escucharme y lanzó una carcajada.

— Es casi lo único que hay en tu refrigerador— dijo.

Pasé saliva.

— ¿Seguro que no te gusta ningún tipo de pescado?— pregunté nerviosa.

Nox ladeó la cabeza y me miró, después alzó los hombros.

— No, al menos de qué sea salmón— declaró.

Esbocé una sonrisa. «Bingo» me dije, estaba salvada de pasar una enorme vergüenza. 

Dí media vuelta y dandole la espalda a Nox miré a Brayson y le saqué mi lengua en señal de victoria. Brayson rodó los ojos y también sacó su lengua; algo fastidiado.

Saqué unas hamburguesas de salmón que había comprado hace dos días. Se las mostré a Nox y las miró asombrado.

— No tenía idea de que estas cosas existían— me dijo, a lo que yo reí y después tomé el paquete y comenzar a cocinarlas.

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