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Capítulo 1: Gemma

—¡Gemma Sawyer! ¿cómo es posible que te quedes dormida a las cinco de la tarde? Anda, ve a cambiarte o llegaremos tarde y es tu primer día, dudó que quieras ello.— la voz de Clear irrumpiendo en mi departamento me hizo abrir mis ojos de golpe. Musité un quejido en voz baja; al parecer me había quedado dormida en el sofá.

Unos cuantos minutos más tarde ya me encontraba a la par de Clear terminando de abotonar mi atuendo.

—¿Lista?— me preguntó campante Clear, meneando su cabeza de un lado a otro.

Asentí ausente mientras trataba de desaparecer cualquier arruga en mi ropa. Clear lanzó un suspiro al aire  y después me regalo una de sonrisa muy suya.

—Descuida, juntas saldremos de esto.     

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Al llegar a las instalaciones eran las 10:37 pm; turno nocturno. Genial. Simplemente genial. Y es que no podía quejarme, Clear había hecho hasta lo imposible para que me contrataran; incluso me había hecho tomar el curso de capacitación que duró por lo menos unos tres meses y medio, sin embargo, no me sentía preparada en lo absoluto, es decir, este era un empleo real en la Sede de Centro de Emergencias 911 y siendo completamente sincera, no encuentro el suficiente valor en mí misma para lograr participar en algo de tal magnitud.

Clear estacionó el choque en su lugar asignado y después nos dirigimos a paso corto a la entrada principal del Cuartel.

Jackson; el novio de Clear y otro hombre de traje nos estaba esperando en la entrada. A pocos metros de ellos a Clear se le ocurrió soltar:

—Él es el Señor James Blair, nuestro jefe de área.

Madre. Santa.

Me detuve en seco; ese hombre era mi jefe y hasta unos pocos pasos de él me entero. Clear se dió cuenta de mi parálisis momentánea y tiró de mi brazo derecho para que retomará el paso.

—Señorita Lopéz— saludó James a Clear; quién le devolvió el saludo inclinando su cabeza brevemente, posteriormente el hombre me miró de pies a cabeza y continuó.— Usted debe ser la Señorita Sawyer.

Asentí varias veces con gran fuerza y rápidamente extendí mi mano en forma de presentación. Se le quedó mirando unos tres segundos y después la estrechó.

—Un gusto tenerla como una nueva recluta en nuestro sistema de emergencias Señorita Sawyer.

—El gusto es mío, Señor Blair.— le respondí ferozmente— Daré lo mejor de mí.

¿Dar lo mejor de mí? ¿Cómo es que a mi cerebro se le ocurrió decir tal cosa? 

James esbozó una sonrisa maliciosa.

—Eso es lo mínimo que espero Señorita Sawyer, por que a veces lo mejor de nosotros no es suficiente— dijo lentamente mientras soltaba mi mano. Traté de volver a sonreír, no obstante, estoy segura de que esta se asemejaba más a una mueca— Sígame, por favor.

Escuche como Clear se despedía a lejos, olvidé por completo que tanto ella y Jackson habían visto aquella presentación incómoda. Blanqueé los ojos divertida y seguí los pasos de mi nuevo jefe.

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Luego de un largo recorrido por las instalaciones y repetir más de quince veces en mi mente las ordenes que James me daba, por fin logré establecerme en mi área de trabajo.

Eran exactamente las 12:07 am cuando el teléfono timbró, los nervios que intentaba desparecer desde que Clear llegó a mi departamento comenzaron nuevamente a brotar sin control, pero, a mi mano no pareció importarle esto y por sí sola tomó el teléfono. Al abrir la boca dije:

—Servicio de emergencias 911 ¿cuál es su emergencia?— no era capaz de reconocer mi propia voz; era demasiado calmada y arrogante. Muy asemejada a la de Clear.

—Estoy herido; me han apuñalado y me están persiguiendo, estoy en la Calle 75 cerca de Garden City.

Al escuchar aquello mi respiración se agitó, mis músculos se tensaron y mi mente no encontraba la forma correcta de reaccionar. 

—¿Hola? Necesito ayuda.— insistió la persona al otro lado de la línea. Con suma dificultad apenas logré pronunciar las siguientes palabras.

—Su...¿su dirección?

—Calle 75 cerca de Garden City.

Mis manos temblaban al momento de querer presionar el botón para comunicarme con la policía, haciendo que el auricular se resbalará de mi oído y cayera a la alfombra provocando una fricción entre ellos, y no fue hasta ese momento cuando pude reaccionar y observe como todos giraban su cabeza a mirarme. Lo levanté torpemente y lo puse rápidamente devuelta en mi oído.

—Cálmate— pronuncie con dificultad, aunque creo que aquello era más para mí que para la otra persona— En un momento irá la policía, sólo no se mueva de dónde está.

Silencio en la línea. Volvía repetir la instrucción mientras enviaba a la policía, por si el chico no me había escuchado. Esta vez sí obtuve una respuesta; pero no era la que yo esperaba. Eran unos gritos desgarradores que hicieron que me sobresaltará. Intenté decir algo, sin embargo, otro grito me interrumpió:

—¡Nox, corre!

En ambas partes de la línea guardamos silencio, después alguien tomó el teléfono de nuevo.

—Él ya esta muerto, es mejor que cuelgues.— dijo una voz completamente distinta a la anterior; esta era mucho más aguda por lo que deduje que debía pertenecerle a una mujer. Colgué inmediatamente, y me llevé las manos a mi boca tratando de suprimir mis sollozos mientras mis ojos por poco se salían de sus órbitas.

Una persona había muerto.

Él estaba muerto por mi culpa.