Sleeping With My Brother's Girlfriend [MiChaeng]

Primer Encuentro: "El Encierro"

Nota para recordar: Las frases entre comillas que estén en negrita representarán los pensamientos de Mina.

Las que estén entre comillas pero sólo en cursiva, representarán los pensamientos de Chaeyoung.

Mientras que las que estén entre comillas y sean cursivas y a la vez negritas, son pensamientos que tienen al unísono. ¿Me expliqué?

El viaje para Mina y Chaeyoung no fue el mejor.

Jungkook se fue todo el camino durmiendo mientras que Taehyung se quedó absorto en una película.

La coreana había estado escuchando música mientras dibujaba, pero la mano se le había cansado y la música la estaba aburriendo. Lo peor es que no había una serie o una película que le llamada la atención porque todas las de contenido interesante para ella, ya las había visto.

El panorama de la japonesa no era diferente, se había pasado las últimas tres horas leyendo un libro el cual ya había leído por lo menos unas seis veces antes. A pesar de ser su libro favorito, algo no la dejaba concentrarse... No sabía si era el viaje, los ronquidos de su hermano a unos asientos más lejos o el chillido del bebé de los asientos de atrás.

Ambas chicas suspiraron y como si estuvieran conectadas, se levantaron al mismo tiempo para ir al baño. Lamentablemente sólo había uno disponible.

– Yo llegué primero – gruñó Chaeyoung empujando a la, ahora rubia, japonesa.

– No me jodas, idiota – reprochó la mayor.

Amabas intentaban entrar al cubículo entre empujones, tratando en vano de ganarle a la otra.

Pero entre forcejeos, un mal movimiento hizo que ambas cayeran dentro del pequeño espacio que conformaba el baño.

– Genial – suspiró la menor – Tu ganas, espero afuera – dijo e intentó salir, pero como si el universo estuviera en su contra... La puerta estaba trancada.

– ¿Por qué sigues aquí? ¡Sal de una vez! – exclamó Mina irritada.

– No puedo...

– ¿Eh? ¿Cómo que no puedes? – preguntó nerviosa.

– Verás... La puerta no abre – sonrió un poco angustiada – Estamos encerradas.

– Maldita sea – maldijo por lo bajo la rubia – ¿Qué haremos?

– Llama a tus padres – dijo la coreana.

– Ehh... ¿Qué hacemos? – sonrió la mayor más nerviosa que antes.

– No tienes tu celular, ¿verdad? – Chaeyoung enarcó una ceja y giró los ojos al ver a la contraria negar – Estamos perdidas – lloriqueó.

La japonesa intentó mantenerse lo más alejada posible de la pequeña que se encontraba de espaldas a ella, pero el espacio era tan reducido que el trasero de la menor rozaba con su entrepierna con cada movimiento.