Sleeping With My Brother's Girlfriend [MiChaeng]

Lo malo siempre sabe bien

La noche anterior...

Ahí estaban ambas chicas, mirando el techo en esa cama matrimonial con una almohada separando sus cuerpos.

El clima era agradable, pero por alguna razón sentían frío por lo que sus cuerpo temblaban levemente.

– Mina...

– ¿Qué quieres?

– Hace frío, ¿no crees? – la coreana se puso de lado para ver a la japonesa en la oscuridad.

– Eh... Sí, ¿por qué no te abrigas? – sugirió y la menor la miró con el ceño fruncido.

– Claro, abrigarme... – suspiró y se sentó en la cama prendiendo la luz de la lamparita de noche.

Mina simplemente la siguió con la mirada cuando la chica caminó hacia uno de los cajones y luego hacia el balcón, la japonesa ladeó la cabeza confundida.

– ¿No se supone que tiene frío? – murmuró para sí misma y se levantó para ir junto a la pequeña.

Chaeyoung suspiró y apoyó su mano derecha en la baranda del balcón, mirando hacia el mar que estaba muy tranquilo esa noche. En su mano izquierda mantenía un cigarrillo de miel, no era muy fanática de fumar pero en momentos de frustración y lagunas mentales, era de suma importancia.

– ¿Fumando, Son? – preguntó Mina desde la puerta corrediza del balcón haciendo saltar a la menor.

– Demonios, creí que no saldrías – dijo Chaeyoung volteándose.

– ¿Pretendías pasar desapercibida? – sonrió la rubia acercándose a la menor, quien de inmediato se puso nerviosa.

Que Mina estuviera cerca era un peligro.

– No sabía que fumabas – comentó la japonesa quitándole el cigarrillo a la pelinegra para ponérselo entre los labios y tomar una calada.

– No lo hago con frecuencia – respondió desviando la mirada – Lo hago cuando tengo nerviosa o estoy frustrada.

– ¿Y ahora estás nerviosa o frustrada? – la rubia dio un paso en frente, quedando aún más cerca.

«¿Qué mierda intentas hacer, Myoui?» se preguntó la coreana.

– Ambas.

– ¿Y puedo saber por qué? – Mina sonrió sin mostrar los dientes y dio otro paso, quedando a sólo escasos centímetros de la contraria.

– P-Porque... ¿Puedes alejarte? Me incómodas – susurró.

– Mhm, no – sonrió – ¿Sabes hacer la cascada irlandesa? – preguntó dando otra calada.

– Sí, pero eso qué tiene que v... – todo se quedó en su garganta cuando Mina la tomó por los hombros y acercó su boca a la de la contraria, rozando apenas sus labios para traspasarle el humo.