19. Un plan.

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Roy volvió a leer su carta, esta vez en voz alta.


"Mi amado Roy,"


Harry gruñó amenazadoramente detrás de él. Aunque no lo vio, estaba casi seguro de que Robin había rodado los ojos.


"Te he estado esperando. Parece que mis otras cartas no te llegaron, aunque eso es imposible, ya que las entregué yo mismo. Te dejo un pequeño resumen;Desde que me mude a esta hermosa ciudad (aunque no pueda compararse con tu propia belleza)"


-Roy, ¿puedes saltarte lo que no sea necesario por favor? – Robin interrumpió.


El aludido asintió y siguió leyendo, saltando la información que no le parecía importante.


"y conseguí trabajo en esa innovadora serie que salió de tu cabeza, he estado maravillado...Es una verdadera pena que tuvieran que dejarme ir después de tan sólo un episodio..."


-Así que sí lo conoces.


-No del todo. Trabajé con muchos actores.


- ¿Y todos estaban enamorados de ti? – lo molestó Robin. -


-...-


-Rob, no seas así. Necesitamos concentrarnos, esta es la única pista que conseguimos, así que más nos vale aprovecharla. Continua.


"De cualquier manera, noté ciertas visitas frente a tu casa un día, y se repitieron a lo largo del tiempo. Nunca se atrevió a llamar a tu puerta, pero no me parecía seguro, así que lo seguí todo el camino hasta su hogar, dónde parecía tener secuestrado a tu hijo."


Los tres se quedaron callados al escuchar esto. Harry se sonrojó cuando los otros se le quedaron viendo. No era cierto. Maldito fuera sí todo esto era por su culpa. Robin siguió mirándolo, lastimado y confundido. Roy también lo veía, sin decir palabra, el ya había leído la carta, pero no se le había ocurrido qué fuera Harry.


Hubo un momento más de silencio, hasta que Harry intentó hablar y fue callado inmediatamente.-Yo...-


- ¿¡Viniste a visitarlo!?- ¡Fuiste quien lo llevó hasta él! ¿Cómo se te ocurre?- ¿Por qué no me sorprende? "Todo está bien, no pasó nada", ¡me mentiste!- ¡Dijiste que no volverías maldito! ¡Prometiste no volver a buscarme!-Pero no, tenías que venir, ¡pobre de ti si tienes que aceptar una orden, aunque sea para proteger a los otros!


Los gritos de ambos se mezclaban en el aire, ambos estaban lívidos y ninguno pensaba callarse pronto.


- ¡Y mi hijo está perdido por tú culpa! – le gritaron los dos al mismo tiempo, cada uno desde su lado de la mesa. Eso pareció calmarlos, porque dejaron de gritar.


Harry seguía allí, en silencio, sin saber que decir, sin poder defenderse porque todo era verdad. Todo esto era su culpa y no tenía ninguna disculpa. Su cara estaba roja, pero no había lágrimas esta vez.

Amor Confuso (otra vez :)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora