Amor Confuso (otra vez :)

22. Sacrificios.

Una vez que bajaron las escaleras, se dirigieron a la puerta, sin saber que un muy molesto hombre los esperaba escondido debajo de ellas.
Había escuchado la voz del niño y sospechaba que algo malo pasaba. Le cerró la puerta en las narices al entrevistador, que en estos momentos corría hacía la ventana más cercana para intentar entrar.
Roy lo había escuchado a tiempo y consiguió esconderse en uno de los gabinetes de la cocina, debajo del fregadero, desde dónde podía ver un poco de la acción a través de una rejilla.

Escuchó horrorizado los gritos de Danny, y luego pudo observar cómo Harry estaba siendo sostenido por el hombre, con una larga navaja presionada contra su cuello.

Robin consiguió entrar por una ventana, estando fuera del rango de vista de Tony, y corrió hacia el niño, que estaba temblando de miedo en la sala, sin saber que debía hacer.

-Muy bien, idiota. -Le dijo a Harry, mientras lo mantenía sometido. - ¿Primero intentabas robarte a mi Roy y ahora quieres volver a llevarte a su hijo? No lo permitiré. Nunca podrás tenerlos, porque ambos son de mi propiedad. Después de esto, podremos huir los tres juntos lejos de aquí, y podré usarlos cómo se me antoje en cualquier momento, sin que tú ni tu amiguito nos interrumpan. ¡Eso es todo por hoy, espero que hayas disfrutado de tú último acto heroico! - Se burló Tony, riendo y presionando aún más la navaja. Robin corrió hacia ellos, pero fue derribado por un golpe de Tony y no se levantó. – Lamento decirles esto, pero se acabó su tiempo.

Roy intentó pensar en algo, en cualquier cosa que pudiera detener esta horrible escena. Su hijo estaba llorando, intentando despertar a Robin, pidiendo ayuda.

No había ninguna otra opción.

-Tony, déjalo ir. - dijo Roy mientras salía de su escondite. Los ojos del hombre se iluminaron cuando lo vio, emocionado y atarantado al mismo tiempo. - Tenemos muchas cosas de las que hablar, y creo que necesitaremos...privacidad. -

Tony caminó para ayudarlo a levantarse, abrazándolo fuertemente.

Harry sintió el frío metal de la navaja separarse de su cuello y respiró, sin saber muy bien que hacer ahora. Miró detrás de sí, y vio a su amigo levantarse, con un labio hinchado y la nariz sangrando, pero sin más daño aparente.

De la mano del niño, ambos se dirigieron hacia la puerta en silencio, haciéndole señales temblorosas de que fuera con ellos. Harry miró a Roy, atrapado en un abrazo, pero señalando con la mano para que se fueran sin él. Se escuchó un chirrido agudo proveniente de la puerta. Tony intentó ir detrás de ellos, pero fue detenido.

-Amor, está bien. - dijo Roy, tomando la mejilla del otro con una mano, distrayéndolo y girándolo hacia su propia cara. - Danny estará bien con ellos. De ahora en adelante, sólo somos tú y yo. - Miró a Harry por encima del hombro del otro, gesticulando para que saliera rápidamente. Harry fue jalado repentinamente por su amigo, que lo presionó para que losiguiera en silencio.

-Estará bien- dijo Robin, tratando de convencerse a sí mismo mientras salían por la puerta y se encontraban con un niño asustado y aliviado. Roy los miraba, tratando de despedirse sin hablar.

Fue arrastrado a un beso áspero, mientras que el otro hombre se agarró las muñecas, probablemente dejando un moretón. Intentó escapar, pero en vano.

"Bueno," pensó "al menos ahora estarán a salvo".

No les podría volver a pasar nada malo. Debería encontrar una salida, pero no parecía que fuera a poder escapar. No pronto.

Curiosamente, se dio cuenta de que el otro hombre comenzaba a estar un poco mareado, tartamudeando un poco y balanceándose mientras trataba de mantener su equilibrio. Roy finalmente fue capaz de soltarse de su agarre, y vio al hombre caer al suelo justo frente a él.

Manny abrió la puerta, con los otros dos tratando de detenerlo.

- ¡Papá! - El niño gritó, corriendo hacia él y abrazándolo, casi pisando al hombre inconsciente que yacía en el suelo. Los tres adultos en la habitación guardaron silencio, todos preguntándose qué acababa de pasar, pero sintiéndose aliviados de que fueran capaces de salir, incluso si el plan había fracasado.

Los cuatro salieron, cerrando la pesada puerta detrás de ellos. Esto iba a necesitar algunas explicaciones.