C A P I T U L O 5 0.

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L E I R E.

Me desperté a la mañana siguiente más temprano de lo normal, no sé si fue por intuición o por falta de sueño pero salí de los brazos de mi novio que rodeaban por la cintura con cuidado de no despertarle, al parecer el vaso de leche de la noche anterior había funcionado porque conseguí salir de la cama sin que se moviese siquiera, me puse un pantalón corto de chándal que había encima de mi maleta y bajé sin hacer ruido y me dirigí a la cocina desde la puerta vi a la que era mi cuñada buscando cosas, sentí que era la oportunidad perfecta para acercarme a ella e intentar que nos llevásemos mejor ya que no habíamos empezado con muy buen pie que digamos, entré a la cocina hasta estar al lado de ella que al notar mi presencia me miró y suspiró sin añadir nada más siguió buscando algo en la estantería de arriba, le habría contestado mal pero vi que era mejor morderme la lengua y tragarme mis palabras, no era cuestión de tensar más la cuerda, al ver que no llegaba bien, miré lo que intentaba coger y vi que se trataba de la harina, así que se la cogí yo para ayudarla.

Leire: ¿buscabas esto?
Jimena: si...-cogió la harina de mis manos y la puso en la mesa al lado de unos cuencos vacíos.
Leire: buenos días.
Jimena: eh...si buenos días...-ella seguía buscando cosas por toda la cocina.
Leire: ¿puedo preguntarte algo?
Jimena: lo acabas de hacer-dijo sin mirarme sacando tres huevos del frigorífico.
Leire: ya-reí flojo ante su comentario, la verdad me pareció gracioso-digo otra.
Jimena: lo vas a hacer igualmente así que-era una de cal y otra de arena.
Leire: ¿qué quieres hacer?
Jimena: ¿para que lo quieres saber?
Leire: pues...no soy muy buena cocinera la verdad, pero si me dices lo que tengo que hacer y como lo tengo que hacer creo que podría ayudarte.
Jimena: ¿me harías caso en todo lo que te diga?-preguntó con tono dudoso.
Leire: por supuesto-sonreí.
Jimena: ¿por qué querrías ayudarme?
Leire: pues porque creo que tú y yo no hemos empezado con buen pie y podríamos ser muy amigas.
Jimena: ¿en que te basas para decir eso?
Leire: ambas tenemos cosas en común como que somos la chica más pequeña de la casa y tenemos un hermano mayor.
Jimena: ¿tienes un hermano mayor?-la pude ver sonreír un poco aunque trató de disimularlo.
Leire: claro, se llama Alfonso, y es también amigo del tuyo así que nuestros hermanos mayores son amigos, eso también es algo en común.
Jimena: ¿enserio?-asentí- pues si...espera-me miró de nuevo- ¿no te habrá dicho Ginés que vengas a decirme esto no?
Leire: que va, está durmiendo desde anoche.
Jimena: ¿has dormido con el?
Leire: eh...si...
Jimena: está bien-esta vez si que la vi sonreír de verdad- eso significa que le importas mucho...más de lo que pensaba...enhorabuena.
Leire: gracias-dije feliz al ver que por fin habíamos avanzado algo, era una chica dura la verdad.
Jimena: de nada-me dijo aún sonriendo- ¿sigues queriendo ayudarme?
Leire: claro, pero aún no me has dicho que intentas hacer.
Jimena: magdalenas.
Leire: ¡uh! Me encantan.
Jimena: a mi también, sobre todo si son rellenas de chocolate.
Leire: mis favoritas, sin duda.
Jimena: espera ¿qué chocolate?
Leire: ¿acaso importa? el chocolate es genial en si, da igual cual sea, pero si tengo que elegir uno elijo el blanco.
Jimena: tienes buen gusto pelirroja.
Leire: gracias, lo mismo digo.
Jimena: va, lávate las manos, que quiero que sea una sorpresa para los demás.
Leire: eso está hecho-me lavé las manos en en grifo que había en la cocina.
Jimena: vale, perfecto, ahora bate los huevos en el bol, hazlo con esto-me dio una batidora de varillas manual- se que sería más fácil con una eléctrica pero hay problemas con eso, el principal es que hace mucho ruido o que no sé usarla, dile como quieras-rio un poco y yo con ella.
Leire: está bien.
Jimena: hazlo dando vueltas rápidas hasta que se quede batido del todo sin ningún grumo ni nada.
Leire: a sus órdenes-empecé a mover los huevos como me dijo,ella añadió azúcar poco a poco mientras yo seguía batiendo, también añadí aceite y ella lo batía todo despacio,después añadimos la leche, la harina un poco de sal y la levadura, metí la masa en el frigorífico para que se enfriase mientras ella sacaba las bandejas del horno y los moldes.
Jimena: Leire-me llamó haciendo que me girase para ver qué quería, entonces me di cuenta de que tenía harina en la mano.
Leire: te estoy viendo ve...-antes de acabar la frase me la tiró a la cara- oye-reí.
Jimena: oigo-se rio.
Leire: eso no vale, ahora mi pelo parece...no sé cualquier cosa que sea naranja y tenga algo blanco por encima-reí porque no se me ocurría nada.
Jimena: wow-se rio también- pereces Nemo.
Leire: ¿qué? ¿Por qué?
Jimena: no se, es naranja con rayas blancas.
Leire: pero yo no tengo rayas ¿no?
Jimena: no-rio, no se había dado cuenta de mientras hablábamos había cogido harina que quedaba encima la mesa.
Leire: bueno, no me gusta hacer esto pero visto que me has llenado el pelo de harina y ahora tendré que lavármelo otra vez...-le tiré la harina por la cabeza.
Jimena: traidora-rio limpiándose la que tenía en la cara.
Leire: ahora estamos en paz.
Jimena: está bien, lo acepto, ahora mejor vamos a terminar las magdalenas que al final despertamos a mis padres y a mis hermanos.
Leire: y recogemos esto.
Jimena: claro-sonrío, colocamos los moldes sobre la bandeja y sacamos la masa, tras rellenar los moldes los metimos en el horno y después de eso nos pusimos a limpiar todo lo que habíamos desordenado mientras tanto hablábamos-oye, ¿como conociste a Ginés? es decir, eres de Andalucía ¿no?-asentí.
Leire: si, de Málaga.
Jimena: ¡ala! qué guay, siempre he querido ir.
Leire: pues un día que venga tu hermano a verme le dices que te quieres venir y te enseño aquello, hacemos lo que tú quieras, ir a la playa, al centro, a puerto Banus y alquilar un Ferrari...-se rio-no te rías, es verdad, podemos.
Jimena: ¿alquilar un Ferrari?-asentí-¿y quien conduce? ¿Tú o mi hermano?
Leire: mi hermano, que tiene el carnet.
Jimena: ¿hay un carnet para Ferraris?
Leire: no...-empezó a reírse.
Jimena: ya lo sabía-reí ante la broma.
Leire: vale, eres graciosa, eso me gusta.
Jimena: gracias-sonrió orgullosa- ¿y podemos montar en barco? Me encantaría montarme en uno.
Leire: ¿no te da miedo el mar?
Jimena: no ¿por qué me tendría que dar miedo?
Leire: no por nada, como a tu hermano le da miedo pues pensaba que a ti también.
Jimena: ¿a Ginés le da miedo el mar?-se rio.
Leire: si ¿no lo sabías?-negó con la cabeza-pues dice que le da miedo que un tiburón se lo coma.
Jimena: uno ¿que haría un tiburón en la orilla? Y dos, en el Mediterráneo se supone que no hay tiburones.
Leire: yo nunca he visto uno, y cuando lo dijo no estábamos en la orilla.
Jimena: ¿entonces?
Leire: estaba haciendo surf.
Jimena: ¿sabes surfear?
Leire: si-sonreí.
Jimena: joder que buen partido se ha buscado Ginés, si señor, y parecía tonto-ambas reímos-¡oye! ¡al final no me has dicho como os conocisteis!
Leire: ah, si, cierto, pues fue en un aeropuerto, yo iba con mi hermano y con un amigo a una competición que tenía mi hermano, que también hace batallas por eso es amigo del tuyo, y entonces decidí subirme en mi maleta para hacer el tonto como siempre, aquello se empezó a mover y yo a reírme, claro las risas se acabaron cuando me choqué con algo y me caí, resultó que ese algo era tu hermano.
Jimena: ostia-dijo sorprendida- ¿yo estaba allí?
Leire: si, creo que si.
Jimena: joder me acuerdo de eso perfectamente, pensé que ibas borracha o algo, jamas habría pensado que seguía tendiendo contacto con esa chica y menos tanto-reí.
Leire: ¿enserio te acuerdas?
Jimena: claro, no todos los días una loca borracha en una maleta trata de matar a tu hermano mayor.
Leire: no estaba borracha, aunque sinceramente, yo también lo habría pensado de cualquier persona que se pusiese a hacer el ganso de esa manera en un aeropuerto la vedad-reí- va, ya te he contado yo algo, ahora te toca a ti.
Jimena: antes de nada, no, no tengo novio, pero me gusta alguien, ¿qué más quieres saber?
Leire: pues no se, pero estate tranquila que no voy a preguntarte quien es, porque tampoco sabría quién es y porque una persona no se define por quien le mola o con quien sale.
Jimena: me gusta tu manera de pensar.
Leire: es el cumplido más bonito que me podrías hacer, va venga ¿cuantos años te llevas con Ginés?
Jimena: dos y medio.
Leire: ¿tan poco?-asintió- entonces habéis crecido juntos prácticamente.
Jimena: pues si, ¿quieres que te cuente como era de pequeño?
Leire: por favor-sonreí.
Jimena: pues de pequeño Ginés era mucho más inquieto que ahora y aún más payaso si cabe, cuando íbamos al súper siempre salía corriendo, se iba por debajo de las piernas de la gente y le metía cosas en los carritos de lo demás y se iba corriendo-reí-por no hablar del día que a mis padres les dio por pintar la pared de su habitación, mira, yo no sé para qué dijeron de pintarla porque cuando vio el cubo de pintura no tuvo otra cosa que hacer que meterse de dentro, claro después no podía salir y cuando mis padres lo sacaron se puso a correr por toda la casa dejando por todo el suelo huellas de pintura azul-reímos- tiene que haber fotos de eso en algún álbum pero no se donde los guarda mi madre-iba a contestar pero el olor de las magdalenas hizo que la chica se levantase de la silla en la estaba sentada delante de mi corriendo- rápido dame el guante de horno que hay en el tercer cajón.
Leire: voy-abrí rápido el cajón y saqué el guante se lo di para que sacase las magdalenas, una vez fuera, las dejamos en la mesa y calentamos el chocolate para poder ponérselo dentro con una jeringuilla, después las sacamos y las pusimos en una bandeja todas juntas,mientras que esperábamos a que llegase el seguimos hablando un poco.
Jimena: ¿y como te pidió salir Ginés? ¿Fue romántico?
Leire: fue muy romántico, mira, fue en una fiesta en casa de un amigo...
Jimena: eso no es romántico.
Leire: no me has dejado terminar, estábamos en la casa de un amigo de fiesta, después de un evento ya que nos invitó a cenar a su casa, en la cena no parábamos de mirarnos, osea, ya nos mirábamos mucho, pero aquella cena fue más, bueno que después de comer empezaron a poner música, sacar bebidas y tal, entonces yo estaba bailando con él y al terminar la canción me dijo que si le podía acompañar, que había compuesto una canción y quería que la escuchase, en ese momento me pareció un poco raro que tuviese que ser en ese preciso instante pero yo ya sabía que me gustaba y claro, no iba a decirle que no al tío que le molaba cuando me estaba diciendo qué quería estar conmigo a solas, así que le dije que si, me cogió de la mano y me llevó a una sala a solas y me cantó la canción, era una canción para mi, yo me morí del amor en ese momento, estaba llorando de emoción, así que después de eso y de que nos besáramos me dijo que si quería salir con el, le dije que si obviamente-la chica sonrió con ternura entonces escuchamos una voz masculina detrás de nosotras que nos daba los buenos días, era Ginés, podría reconocer esa voz en cualquier lugar.


Akane [Walls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora