Akane [Walls]

C A P I T U L O 3 5.

L E I R E.

Nos separamos y nos miramos a los ojos.

Leire: por fin estás aquí-sonreí.
Ginés: búa si-sonrió- que calor hace aquí ¿no?
Leire: pero cariño si vas en manga larga-reí.
Ginés: en Murcia hacía mucho viento cuando salí.
Leire: bueno vale-sonreí- pero quítate eso que te vas a morir de calor-me miró y se quitó la sudadera-mejor-sonreí.
Ginés: bueno ¿qué hacemos?
Leire: si quieres podemos caminar descalzos por la orilla de la playa.
Ginés: muy bien, por mi perfecto, pero ¿qué hago con esto?-dijo refiriéndose a la maleta.
Leire: mi casa está muy lejos de aquí para ir a ahora, pero...
Ginés: ¿pero...?
Leire: se donde puedes dejarla.
Ginés: ¿dónde?
Leire: confía en mi.

Caminamos hasta la casa de Cristo que vivía en la calle de al lado de la estación, llamé a la puerta y al poco abrió.

Cristo: hombre Leire y...-miró al rubio.
Leire: Ginés.
Cristo: GINÉS, que alegría conocerte por fin muchacho, adelante, pasad pasad jóvenes-entramos a su casa- Leire me ha hablado mucho de ti.
Ginés: ¿a si?-le miró.
Cristo: claro que si.
Ginés: ¿y cuando? Quiero decir ¿de que os conocéis?
Cristo: jugamos juntos.
Ginés: ¿cómo que jugáis juntos? ¿A qué exactamente?-reí ante su comentario, perecía celoso.
Leire: al baloncesto cariño-era verdad a nuestra edad no había suficientes chicas para formar un equipo femenino así que jugábamos con los chicos.
Ginés: ah-agachó la mirada.
Leire: que tonto eres-le di un beso en la mejilla.
Cristo: voy a por una vela.
Leire: este es peor que tú-reí.
Cristo: bueno, ¿por qué venís aquí?
Leire: ¿puede Ginés dejar aquí su maleta?
Cristo: ¿para?
Leire: para que vallamos a la playa a caminar.
Cristo: bueno está bien, pero no mucho eh.
Leire: no más de una hora, te lo prometemos.
Cristo: me perece correcto.
Leire: genial, gracias-sonreí.
Cristo: de nada.

Salimos de su casa y fuimos a la playa, nos quitamos los zapatos y empezamos a andar descalzos por la arena mientras el agua nos mojaba los pies y el sol se ponía, nuestras manos estaban entrelazadas, hablábamos, nos reíamos, nos besábamos y volvíamos a hablar, era todo tan perfecto que parecía de película.

Ginés: búa, nunca pensé que estaría así con nadie.
Leire: lo mismo digo-sonreí.
Ginés: ¿sabes una cosa?-negué con la cabeza- te quiero-sonreí, desde que empezamos a salir era la primera vez que me lo decía y no quería dejar de escucharlo.
Leire: ¿cómo? No te he escuchado-corrí un poco más para delante de él.
Ginés: que te quiero.
Leire: no te oigo-corrí más lejos.
Ginés: QUE TE QUIERO.
Leire: ACÉRCATE QUE NO TE ESCUCHO DESDE TAN LEJOS- me alejé más, el vino corriendo hacia mi.
Ginés: que te quiero-dijo cuando estaba a mi lado, me rodeó con sus brazos por la cintura y me acercó a él-ahora dímelo tú.
Leire: ¿el que?-me hice la tonta.
Ginés: que me quieres.
Leire: emmm no.
Ginés: va venga, que yo lo he gritado.
Leire: está bien está bien-hice una pausa-te quiero Ginés-le besé.
Ginés: estas loca-me cogió como un saco de patatas-me has hecho correr por toda la playa-rio y empezó a girar conmigo en sus espaldas.
Leire: Ginés para-reí-que me caigo.
Ginés: mentira-giró más rápido, ambos reíamos, después me soltó en el suelo y se sentó-me he mareado-reímos.
Leire: por hacer el loco-reí sentándome a su lado apoyando mi cabeza en su hombro.
Ginés: la culpa es tuya.
Leire: ¿ah si? ¿Por qué?
Ginés: porque tú me haces hacer locuras-me miró yo levanté mi cabeza y le di un pico.
Leire: ¿sabes que sería una locura?
Ginés: ¿el que?
Leire: bañarse ahora mismo.
Ginés: ¿dónde? ¿Ahí?-señaló con la cabeza al mar.
Leire: justo.
Ginés: pero si no tengo bañador.
Leire: ni yo, pero tienes ropa interior ¿no?
Ginés: si.
Leire: ¿y cuál es la diferencia?-me puse de pie.
Ginés: no Leire, no voy a hacer eso.
Leire: bueno pues tú te quedas aquí, yo voy a hacerlo-me quité la ropa y salí corriendo hasta el mar, del que con la tontería nos habíamos alejado un poco.
Ginés: ¿CÓMO ESTÁ?
Leire: BUENÍSIMA-en verdad estaba congelada pero no podía decir eso si quería que entrase.
Ginés: ¿SI?
Leire: CLARO TONTO VEN-pude apreciar cómo sonreía y se quitaba la ropa.
Ginés: VOY-corrió hacia el agua y se metió de cabeza- HOSITA QUE FRÍA-reí.
Leire: sorpresa.
Ginés: ahora te vas a enterar-se rio y me cogió por la cintura metiéndome debajo del agua.
Leire: IMBECIL QUE NO ME IBA A MOJAR EL PELO.
Ginés: tu me has dicho que estaba buena y está congelada, uno a uno-le salpiqué.
Leire: dos a uno.
Ginés: ¿por qué tú primero?
Leire: porque soy la local- salté a su espalda haciendo que se cayera- tres a uno-reí.
Ginés: vas a ver-me cogió por la cintura cara a él y me levanto, envolví mis piernas en su cintura.
Leire: si no me dejas caer te dejo ganar.
Ginés: nunca te dejaré caer-agarró mis piernas con fuerza.
Leire: pero que romántico que eres-sonreí sin dejar de mirarle.
Ginés: lo sé, ¿me das un beso? -puso morritos.
Leire: sabes que si-le besé.
Ginés: anda vamos a salirnos que tenemos que ir a casa de tu amigo a por mi maleta.
Leire: hostia es verdad-reí y bajé de su cintura, salimos del agua de la mano.
Ginés: vale amor mío ¿ahora como nos secamos?
Leire: tengo una toalla en la mochila.
Ginés: ¿para que?
Leire: para el tito Andrés.
Ginés: ¿quien?
Leire: el que viene cada mes-reí.
Ginés: pues con eso te vas a secar tú entonces-rio.
Leire: muy bien-saqué la toalla- ahí te congeles del frío-me sequé un poco por encima.
Ginés: ¿está limpia?
Leire: pues claro que si.
Ginés: anda dámela.
Leire: ¿cómo se piden las cosas?
Ginés: por favor.
Leire: está bien, toma-le di la toalla.
Ginés: wow, es enorme-dijo con ironía mientras se secaba.
Leire: claro ¿cómo te crees que es eso? ¿Una papaya? Porque es más bien un kiwi-reí.
Ginés: anda calla-me tiró la toalla a la cara riendo.
Leire: ¿me puedo poner tu camiseta?
Ginés: por supuesto que si-sonrió y me puse su camiseta-si te queda mejor que a mi.
Leire: na mentira-le di un beso en la mejilla.
Ginés: pues lo que tú digas.
Leire: vale vale-metí la toalla en la mochila, me quite el sujetador para no ir mojada y lo guardé también, el se puso el pantalón y cogió mi camiseta en la mano, me colgué la mochila y empezamos a andar juntos de nuevo hasta que sentí una voz muy conocida llamarnos.