♣Adolescentes destruidos☩

6

Comencé a copiar en mi carpeta lo que la profesora dicto. Marina me hablaba de su perro.

-Esta muy enfermo, tu sabes cuanto le quiero. No me gustaría que muera.

-¿No te das cuenta que me importa una mierda lo que le pase a tu perro?-Le dije mientras pongo mis manos en sus mejillas. –Perdón, perdón Marina, nose que me esta sucediendo. Lo siento, déjame morir.

Me levante de mi asiento y camine hasta el fondo del salón. Ahí deje mis cosas y me desplome sobre el pupitre. El cual estaba lleno de escrituras.

Me acomode el cabello. Y hundí mis uñas en mi mano derecha. Hasta que sentí un ardor. Abro la mano y veo una herida, de la cual fluía sangre.

Cuando llego la hora del recreo me levanto de mi asiento y se interponen en mi camino, Camila, Sara y Marina.

Pero quería escapar de ellas. No necesitaba ningún discurso, ni que traten de entenderme. Quería estar sola.

-Emma, ¿podrías parar y decirme que es lo que sucede contigo?

-Estas mucho más flaca. Estas triste.

Comienzan a decirme. Pero no las miro, mis ojos se clavaban en un árbol allá a lo lejos.

Una lagrima se me escapa.

-Solo quiero alejarme de toda esta mierda que me esta asfixiando.-Grito.-Déjenme.

Corro hacia los baños y ahí esta Adán mirándome con asco. Camino hacia él, en pasos firmes.

-Maldito pendejo.-Le pego una cachetada y le agarro de los pelos. No me interesaba si me miraban los demás o no.

-¿Qué pasa Emma? ¿Te quite la virginidad, la alegría?

-Te conozco desde hace años. Eras como mi hermano. Eres una mierda. Te mereces lo peor, nadie debe consentirte. Te matare.

Entonces toma mi cabeza entre sus manos y me besa. Me besa como si nada. Mis labios no se detienen. Me dejo llevar.

-Es increíble que sigas gustando de mi-Me deja de besar y me sonríe.

-Desgraciado. Pagaras por todo esto. Maldito infeliz.

Le escupo en la cara Adán y corro de él y de todos, hasta detenerme en los baños.

-Nooooooooooo-Grito entre sollozos. 

Comienzo a golpear a los azulejos verdes del baño, inútilmente.

¿Por qué esto me pasa a mí?

Mi móvil suena. Entonces veo un mensaje, benjamín me respondió luego de dos días.

-Hola Emma. Bueno me sentí muy extraño cuando leí tu mensaje. Pero me hace bien saber que tengo a alguien tan cerca que esta pasando por cosas horribles como yo.

También soy de Argentina. Y estoy interesado en ti. ¿Qué es lo que te sucede?

Puse el móvil en mi pecho y respire profundo.

-Tengo problemas con mi cuerpo, demasiados. Hago ayunos, dietas y salgo a correr. Me estoy alejando de mis amigas, un chico se aprovecho de mí. Y nadie me entiende. Estoy sufriendo mucho.

-Triste realidad. Pero son solo malos días, no una mala vida. Esto pasara más rápido de lo que crees. El mundo te lastima, te duele. Pero hay que ser fuertes. Tratar de salir adelante a pesar de todo y todos. Pero sabes... soy un suicida, diciéndoles a otros suicidas, que el suicidio es malo. ¿Irónico?