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Mi hermano jugaba con un avión. Corría por la habitación lo que me ponía histérica. Así que cuando paso cerca de mí, lo tome del brazo. Él me miro confundido. Siempre jugaba de esta manera, y nunca había reaccionado así.

-Para. Ya no te soporto más.

Arrastre a mi hermano fuera de la habitación y le cerré la puerta en la cara. Volví a tumbarme en la cama y encendí la netbook.

-¡Gorda!-Grita mi hermano del otro lado de la puerta.

-Púdrete-Susurro.

Al rato, mi netbook produce el sonido típico de un mensaje entrante.

-Hola.

Me llega un mensaje de Benjamín.

-Hola. Llegas en el momento oportuno-Le respondo, sonriendo a nadie en particular.

-¿Por qué lo dices?

-Acabo de enfadarme con mi hermano pequeño. Jamás nos tratamos así. Nos llevábamos muy bien.

-Solo son peleas tontas de hermanos. Suerte que no tienes uno como el mío. Él llega a casa todas las noches alcohólico o drogado. Y discute con mi padre, porque madre no tengo.

-Me siento estúpida a tu lado. Tienes problemas serios y yo te vengo con estupideces.

-No lo eres. A cada uno le afecta de distintas maneras cada cosa. Yo termine acostumbrándome, así que no me afecta tanto. Pero a ti... a ti sí.

-Exacto. ¿Qué le sucedió a tu madre?

-No es algo de lo que me guste hablar pero ella murió durante el parto. El parto, en el cual yo nací.-Se tardo en contestar, pero cuando leí su mensaje termine sintiendo de alguna manera su dolor.

-Que triste. Mi padre me abandono de pequeña. Él golpeaba a mi madre y jamás lo supe. Ahora ella no es la misma. Los efectos colaterales de tales cosas que te marcan.

-¿Qué sentiste cuando te enteraste?

-Dolor. Dolor por ella, pero la veía como mi heroína. Porque fue tan fuerte. Aunque con el tiempo esas cosas se olvidan. ¿Para que recordar cosas que te lastiman?

-Los humanos hacemos eso, destruirnos recordando momentos muertos. ¿Cuál es el fin? Ninguno, deprimirnos. Pero nunca aprendemos. Somos tercos y egoístas. Solo pensamos en nosotros. Y queremos lo mejor en nuestra vida, pero no lo merecemos. Por eso nos va tan mal a algunos.

-¿Qué hiciste para merecerte esa vida?

-Estupideces. Lastimar a personas que quería, y tratar bien a las que no debía. Errores incorregibles. ¿Emma de que te arrepientes?

Pensé bien esa respuesta, tenía muchas cosas por las cuales arrepentirme.

errores.

Cuando ingrese al instituto, Camila, Sara y Marina, no se acercaron a mí. Estaban sentadas allá a lo lejos. No me saludaron, trataron de no mirarme tampoco, pero eso no les funcionaba. Siempre me topaba con sus miradas de reproches.

¿Pensaban que mirándome así iban a herirme o hacerme reflexionar? Pues se equivocaban, estar sin ellas era muchísimo mejor.

Cuando salí del instituto baje las escaleras y camine por las veredas del barrio. Aquí todo era muy normal. Casas en términos medios y nada que contemplar o admirar. Pero cuando me iba a doblar por la esquina estaba Lucas. Sentado en uno de los bancos de madera que se encontraban por allí. Estaba cruzado de piernas mirando fijamente el cielo.

♣Adolescentes destruidos☩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora