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Unas horas más tarde abro los ojos. La luz pego justo en mi vista, obligándome a parpadear muchas veces. Quise mover mis brazos, pero me doy cuenta que estaba sujeta a la cama. También por mis tobillos pasaba un pedazo de cuero, el mismo me impide el movimiento de mis piernas. También tenía una especie de cinturón a la altura de las caderas.

-Mamá-Grité con todas mis fuerzas.

Ninguna respuesta. Pero la voz de una anciana se escucho desde el otro lado de la habitación.

-Deja descansar a mi marido.-Cuando termina de pronunciar esas palabras, las cortinas verdes se abren y aparece aquella anciana. La del parque.

-Usted.-dije sonriendo-perdón por despertar a su marido. ¿Qué tiene?

-Esta bien. Tiene cáncer. En los pulmones y hoy lo tuve que traer de urgencias.

-¿Se va a recuperar?

-Los medicamentos y tratamientos alargan su vida. Pero no detienen el cáncer.

-Eso es triste.

-Es desgarrante. Lo conozco desde los veinte y dos  años y lo hicimos todo juntos. Tengo tantos recuerdos y momentos hermosos compartidos con él. Tantas lagrimas y sonrisas. No soportaría dejarlo ir. Quiero irme primero yo, para no sufrir tanto. Para no hundirme en soledad.

-¿Dice que va a irse? ¿Tan pronto?

-Hace muchos años que mi marido pelea con esto. Día y noche. Todo por un segundo más de vida. Todo por quedarse a mirarme una vez más. Hice de todo para que siga respirando él, y así puedo seguir viviendo gracias a él. Pero no es tan fácil. Hay cosas que no se detienen. Nosotros somos humanos, no Dios. Hacemos lo que podemos, pero a veces no es suficiente.

-Me encanta charlar con usted. Tiene la palabra justa siempre.

-¿Por qué estas aquí...?

-Emma.-Suspiro enfadada-Porque hace mucho que no como. Y mi cuerpo no es tan fuerte y se debilita cada día más.

-Pero te vas a morir.

-En realidad no importa que pase conmigo. Solo quiero abandonar todo lo que una vez fui o seré.

 -¿Sabes que lo que dices es lo más estúpido que oí? Mi marido lucha por vivir y tu luchas por morir. Eres muy egoísta. ¿Qué hay de las personas que te aman o valoran? ¿Cómo se sentirían?

-No soy tan importante en la vida de nadie. Soy sola una más en el montón.

-No es así. Cada cual te ve y te siente de diferente manera. Alguien debe de quererte.

Hago fuerzas con mis brazos y piernas, para demostrarle lo que me estaban haciendo.

-Si me querrían no me tendrían de esta manera. No soy un animal al cual duermen y experimentan con él. Tengo sentimientos y me los están destruyendo.

-Pero si hacen esto, es por tu bien, por tu salud. Para que sigas respirando.

La anciana agacha la cabeza y los rulos teñidos de colorado les caen por la cara.

-Suerte linda.

La mujer abre las cortinas y desaparece. Luego escucho la melodía de mi móvil. Tenía un mensaje. Mire a mi derecha y ahí estaba mi móvil.

-Es increíble que me estén tratando como una loca. Como si fuera a destruir a todos y todo. Aunque quiero hacerlo. No podría. Quisiera gritar con toda mi alma, para liberar este odio que no desaparece. Quiero vomitar esta comida que me están inyectando.

♣Adolescentes destruidos☩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora