Tomé el primer tren hacia la capital. Este estaba casi vacío. No había mucha gente. Así que estaba sentada sobre los asientos rotos del tren. Miraba por la ventanilla. Aunque mi cabeza estaba en otro lado. Fuera de mí.
Cuando el tren termina su recorrido camino por las calles correctas para encontrarme con la plaza. Camino ligero y nerviosa. Tenía demasiada ansiedad. Entonces me freno en una de las esquinas y miro la plaza. La cual estaba llena de árboles y juegos para niños. Había muy poca gente y alguno que otro perro vagabundo.
Crucé la calle. El corazón estaba apunto de pararse. Recibo un mensaje de Benjamín.
-Estoy en el mástil de la bandera de Argentina.
Entonces alcé la vista y allí me encontré con la bandera flamante. Camine hasta allí, pero esta vez muy lentamente. No tendría idea de lo que pasaría.
Y ahí había una sola persona. Un único chico sentado en el pie del mástil. Estaba dándome la espalda. Lo único que se veía de él era lo que había descrito anteriormente. Ahora sé que su cabello es ondulado y castaño clarísimo.
-¿Benjamín?-Dije casi tartamudeando.
Él se dio la vuelta y me sonrió. Tenía ojos celestes, casi grises. Una nariz perfecta y varios lunares por su cuello y algunos por su rostro. Los labios pálidos y carnosos. Era más que perfecto. ¡Por Dios que hermoso!
-No lo puedo creer que te tenga aquí-Me dijo él. Se puso de pie y en su mano vi un cigarrillo casi acabado. Me abrazo. Era muy flaco y un poco más alto que yo.
Le abracé como si fuese un viejo amigo. Lo rodee con mis brazos y lo estruje contra mí.
-Tenía miedo de que fuese mentira o algo así.
-No podría mentirte. Sería estúpido.
-Bueno la verdad tenía miedo de llevarme alguna decepción o que termines siendo un loco.
-Soy un loco. Un demente.
-Pero eres del bueno. No del psicópata asesino.
-Nunca terminas de conocer a una persona. Así que jamás te fíes por completo de ellas.
-Pero en ti confío. ¿Esta bien?
-Tu deberías saber si esta bien o mal. Pero... -Río. Tenía una bellísima sonrisa.
Arrojo el cigarrillo lejos de nosotros dos.
-¿Caminamos?-Dijo él. Asentí y caminamos lentamente. No era mi estilo caminar despacio. Pero estando con él...
Saca de uno de los bolsillos de su pantalón un paquete de cigarrillos.
-¿Quieres?
-Claro.
Coloque la muerte entre mis labios y él lo enciende. Aspire y exhale una bocanada de humo, el cual él aspiro. Ese aire intoxicante, por sus fosas nasales y me sonrió.
No había ni viento, tampoco estaba el sol. El día estaba nublado y hacía algo de frío.
-¿Cómo empezó la pelea de hoy?
-Te seré sincera... tuve algo con mi mejor amigo. El día anterior. Y mi madre lo descubrió también noto que no comí y eso... No pienses que soy una puta o algo así. Lo conozco desde hace años y siempre hubo atracción y ayer se dio. Pero la verdad fue solo por ese día porque apenas nos hablamos. No me gusta y tampoco quiero algo con él. Fue solo un error.
-Oyé puedo pensar lo que quiera pero eso no te definirá. Tú eres lo que quieres que seas. Lo que piensen los demás no interesa.
-¿Qué piensas de mí?
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♣Adolescentes destruidos☩
Teen FictionDespertó... Pero estaba viviendo una pesadilla. Esta acorralada en su propia mente. Su reflejo es el enemigo. Vomita. No come. Intenta ser perfecta. Pero ahí está el... ¿Empeorando o mejorando su vida? Un amor no del todo sano. Un amor que i...