2O.

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Había sido días bastantes difíciles para Rusia.

No había pasado mucho, pero para él era bastante tiempo. Su hermana no le ha dirigido la palabra ni siquiera la mirada.

Si van a comer, desayunar, o cenar, ella se lleva su comida a su cuarto, si ve al mayor cerca de ella, se va a otro sitio o a encerrarse a su cuarto, no ha dejado ni siquiera que la lleve a su colegio, le pide el favor a China o de plano a Alemania.

Definitivamente, le había afectado demasiado la noticia de Ucrania.

El ruso se encontraba en aquel sofá que tanto amaba, frente a la chimenea con un libro en manos, botó un pequeño bostezo, estaba cansado. Lentamente sintió unas manos tapar sus ojos, haciéndolo parar su lectura.

— ¿Quién soy?. — Dijo en tono de burla el alemán, quien mantenía una amplia sonrisa en su rostro.

— No lo sé, ¿que tal si me das una pista?. —

— Pues.. es alguien que te ama y que te va a dar muchos besitos si atinas quién es. —

— Hmm.. puede ser.. ¿el hombre más perfecto de el todo el mundo?. —

— No sé si lo sea, pero sí tú crees eso, digamos que sí. ¡Atinaste!. — Dijo ahora dando la vuelta al sofá, para poder estar enfrente de éste y darle un beso rápido en la boca, sentándose lentamente en las piernas de el ruso, quien no quejo ante su acción.

El ruso dió otro beso en la boca de el alemán, comenzando a darse demasiados besos en todo su rostro, causando las risas en aquel ambiente amoroso.

— ¿Porque sigues aquí?, llevas dos horas aproximadamente en este sitio. —

— Es tranquilo y no hay molestias. —

— ¿Tratas de darme una indirecta?. — Río.

— No, no, y si fuera así, tú serías la molestia más hermosa y que todo el mundo quisiera tener presente. —

— Basta, me harás caer de tanta miel. — El ruso botó unas buenas carcajadas, quitando al alemán lentamente para después levantarse y dejar el libro a lado de la pequeña mesa que adornaba el sitio. — Por cierto, ¿ya haz resuelto lo de Bielo?. —

— No, sigue enojada conmigo, ni siquiera me mira. Si pudiera, ni respiraria el mismo aire que yo. —

— Tranquilo, ya se le pasará. No toda la vida te va a aplicar "la ley de hielo", ella también tiene que procesar todo y entenderte, además, se ve que casi no se enoja, pronto se pondrá contenta. —

El ruso solo asistió la cabeza, desviando la mirada, sintiendo los labios de su amado posar en su mejilla, dándole un beso en ese sitio.

— ¿Te gustaría salir?. —

— Claro. —

(...)

Hacia una tarde muy bonita, no se sentía tanto frío como los demás días, por fin se podía poner nuevamente ese short primaveral que tanto amaba el alemán y el ruso también.

Adoraba ver esas piernas largas y delgadas, le recordaba a esas muñecas de porcelana. No paraba de verlas, lo hipnotizaban.

Miró lentamente al alemán, quien se encontraba sentado en la banqueta, a su lado, tomando aquel café que había pedido en la cafetería más cercana. Como amaba mirarlo cuando está distraído, se ve tan tierno, pensó.

Despertó de sus pensamientos, al escuchar su celular sonar, llamando la atención de el de lentes.

— ¿Que pasa, China?. —

Preguntó, ya con el celular pegado a su rostro, sintiendo la mirada curiosa y extrañada dd su acompañante, quien escuchaba la conversación.

— Estoy ocupado, en algo muy especial, pero si dices que es importante, está bien, voy en dentro de una hora. — Colgó.

— ¿Que paso, Rusia?. —

— China quiere que conozca a su nueva pareja. —

— ¿Consiguió una pareja?, ¿en qué momento?. —

— Si, perdón por no contarte. Conoció hace unas semanas a un tipo, nunca me ha contado de él, solamente me dijo que era muy lindo y algo orgulloso, es todo. No habla mucho de su vida personal, además de que no lo he visto demasiado. Quiere conocerme el tipo, al parecer.. —

— Tranquilo, Rusia. Te acompaño si quieres. — El ruso solo asistió, mostrando una ligera sonrisa, haciendo sonreír de igual manera al alemán, quien posó su cabeza en el pecho del contrario, envolviendo lo en su brazo.

Ahora su cabeza estaba en: ¿quien sería ese tipo?.

📌 En busca de MI PAZ. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora