24.

2.9K 367 236
                                    

Eran las cinco de la mañana y Rusia no podía consolar el sueño.

Mantenía la cabeza de su amado en su pecho, acariciando suavemente mientras lo observaba.

Había venido a su habitación, tuvo una pesadilla.

Y eso lo pudo notar al ver sus ojos hinchados y rojizos de tanto llorar.
Dijo que quería dormir con él, se sentía solo y necesitaba compañía, porque tenía miedo.

Claramente no le negó, dejo que se acostará con él y durmiera.

Desde ese momento, su sueño se fue y solo se ha enfocado a tranquilizar a su amor dándole acaricias en su cabeza o besitos en su frente.

Escucho el teléfono de la casa sonar, tenía que suponer que era China, siempre habla a cualquier hora como él.

Se levantó lentamente en busca de no despertar a su amado, quien mantenía un sueño profundo. Dejó su cabeza en la almohada, junto un beso en sus labios, para por fin ir a contestar aquella llamada escandalosa.

Bostezando tomo el teléfono para ponerlo cerca de su "oído".

— ¿China, que quieres?, son las cinco de la mañana, todos a esta hora están durmiendo. —

¿China?, vaya, si que son buenos amigos. — Oh, demonios.

Rusia se congelo completamente al escuchar aquella voz tan familiar. Un horrendo escalofrío se resbaló por toda su espalda, se sentía como una descarga eléctrica que en cualquier momento lo mataría.

Hubo varios segundos de silencio, hasta que se escuchó una risa desde la otra línea.

— Oh, my little Russia, ¿acaso el ratoncito te comió la lengua?. Supongo que te acuerdas de mí, ¿no es así?. —

— Me acuerdo.. perfectamente de tí, maldita escoria. —

— ¡Ew!, ¿así es como te atreves a hablarme?, ugh, ya verás Russia, te pondré un castigo por hablar así a tus mayores. — Río a carcajadas. — Wonderful times.. —

— ¿Que mierda quieres?, ¿acaso vienes a arruinarme nuevamente la vida como cuando era niño, violador de mierda?. —

— Ow.. veo que aún tienes rencor. Vamos, no tienes que ponerte así, sabemos bien los dos que nos gustaba lo que hacíamos. Oh dime, ¿no extrañas mi miembro dentro de tí?, ¿no extrañas sentir mis embestidas choca una y otra vez dentro de tí?, ¿besar y morder tu cuerpo?. Vamos, dime. —

Obvio que no, jamás extrañaría algo tan bizarro como eso.

Sus lágrimas se acumularon en sus ojos, mientras comenzaba a tomar aire a grandes bocados, en busca de no romperse en ese instante. No quería hacerlo y más estando con ese monstruo, que lo único que quería, era verlo derrotado.

— Tan solo dime.. ¿que quieres?. —

Lo único que quiero, es tenerte, my little peach.

No tardó ni en tres segundos en colgar.

Sus lágrimas comenzaron a botar como si fueran botas de lluvia, sintió un horrendo dolor en su corazón, mientras que el aire comenzaba a faltar.

¿Cómo consiguió el número de su hogar?.

Por parte de China, no lo creía.

¿Alguien más se lo habrá dado?.
¿Sabrá donde vive?.

Dios, ahora su mente estaba hundida en Miles de preguntas y preocupaciones.

— Rusia, ¿dónde estás?— ¡RUSIA!. — Bielorrusia al ver a su hermano en un estado demasiado deplorable, corrió hacia éste, tratando de calmarlo. Algo malo había pasado. — ¡Rusia, Rusia!, ¿¡que tienes!?. —

— Él.. nos va a lastimar. Él me va a lastimar, no quiero.. no quiero. —

— ¿¡Él, quien!?. — Rusia comenzó a balbucear, diciendo palabras sin sentido, hasta que cayó al suelo inconsciente. — ¡RUSIA!. —

La menor se arrodilló rápidamente, posando la cabeza de su hermano en sus piernas, dándole aire con sus manos y agitandolo.

— ¡Oh my god!, ¿Что мне делать?, ¿что я делаю?.. — Se repetía mil veces, comenzó a mirar a todos lados, desesperada, mientras seguía en lo suyo. — ¡ALEMANIA, VEN, ALE!, ¡RUSIA SE DESMAYÓ, ALE!. —. Comenzó a gritar con todas sus fuerzas, esperanzo de que el alemán escuchase los llamados de auxilio.

Comenzó a sentir un poco de alivio al verlo acercarse de manera rápida y un tanto torpe al despertar de golpe.

— ¿Q - Que sucede, Bielo?.. —

— ¡Rusia se desmayó!. —

— ¿¡Qué!?. — Se acercó lo más rápido posible, para ponerse de igual manera, posando dos dedos de su mano en el cuello de éste para tomar su pulso. — ¡Dios, tiene el pulso muy bajo!. ¿¡Porque no llamaste a una ambulancia!?. —

— ¡No sé el número de esa cosa!. —

Alemania tan solo botó un suspiro llamando a aquel número de emergencias.

Esperando a que llegase rápido.

(...)

📌 En busca de MI PAZ. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora