17.

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Había sido un viaje demasiado largo y cansado para los tres, en especial a la menor, apenas llegó a su cama y quedó tan dormida como la bella durmiente.

Los dos adultos se encontraban en el patio de la residencia de el ruso, quien se encontraba acostado, con la cabeza en las delgadas y descubiertas piernas de el alemán, fumando un cigarrillo, mirando como salían poco a poco las estrellas.

El alemán solamente miraba hacia arriba, acariciando suavemente la cabeza de éste.

— Ale, ¿te puedo hacer una pregunta?. —

— Claro, las que quieras. —

Bajo su cabeza para posar su mirada en él. Haciendo lo mismo el ruso.

— ¿Tú me amas?. —

— Te amo con todo mi corazón. —

— Entonces.. se solamente mío. Cancela tu boda. — escucho suspirar al contrario.

— Rusia, ya hablemos de esto, por favor, ya hablamos de esto. —

— Es que no entiendo nada, ¡no lo entiendo!. —

— ¿¡Y crees que yo sí!?, estoy cansado de que me recuerdes en cada jodido momento que tengo un maldito compromiso, si vine aquí, es para olvidarme de eso y estar contigo, no para que me lo recuerdes. Mis sentimientos están tan revueltos, como para que tú los revuelvas más, tengo un mes para pensar, un jodido mes, así que déjame procesar todo. Realmente si va a ser así, ¿de que carajos me sirvió venir aquí?.

Vaya, nadie se separaba todo eso, ni el alemán.

Quedaron en silencio, en un profundo silencio. El ruso sintió unas pequeñas gotas de agua salada caer en su rostro, dando señal que el alemán estaba apunto de llorar. Levantando de inmediato su torso en busca de darle un abrazo.

— Tengo dolor de cabeza. Adiós, buenas noches. —

Dijo separándose de ese abrazo, levantándose lentamente para después caminar hacia la salida de aquel hermoso jardín, dejando al ruso en soledad, junto con el sonido de los grillos.

Después de algunos minutos, se levantó para entrar de igual manera a su hogar, llendo hacia la sala, encontrándose con el alemán. Quien miraba una foto familiar de el ruso con curiosidad.

— ¿Que miras?. —

— Está foto, me llamo mucha la atención. ¿Porque tienes tachado a Urss y a Ucrania?. —

— No son importantes. —

El alemán quedó confundido ante aquello, dejando la foto en la mesita que adornaba el centro de la sala, acercándose al ruso.

— ¿Porque dices eso, en especial de tu hermano?, por cierto, ¿donde está?. —

Tardó en responder, al formarse un nudo en su garganta, pero respondió.

— Está muerto. —

— ¿Que?.. — Quedó en un pequeño shock. Dios, no podía creerlo. — ¿Que sucedió, porque murió?. —

— No lo sé.. de la nada, me enteré que estaba muerto. Me llamaron que se había suicidado en su departamento, se colgó. —

El alemán al escuchar aquello, tapo su boca en forma de asombro y preocupación.

— Me enteré después de que sufría depresión.. —

— Dios.. no puede ser. En verdad, lo siento, pero, ¿porque no estaba con ustedes?. —

— Tuvimos una muy fuerte pelea por mis otros "hermanos", me quería arrebatar a Bielo para llevarlo con esos y lo corrí al estar tan molesto con él. —

— ¿Hermanos, tienes más hermanos?. —

— Después te explicó con eso. — Dijo sintiendo como las manos de el alemán, tomaban con fuerza sus manos.

— ¿Cómo tomo esta noticia Bielo?. —

— No lo sabe. Nunca se lo he contando, ella cree que sigue vivo y lo quiere ver. —

Al escuchar eso, el alemán trato de formar palabras en su boca, pero no podía.

— ¿Cómo?, ¿hace cuánto murió?.. —

— Hace tres años. —

— ¿¡Tres años!?, ¿¡porque no le haz contado nada a tú hermana!?. —

— No sé como lo tome, me da miedo que me odie. Le he dicho que ha sido un traidor y que por eso no viene aquí. —

Soltaron un suspiro pesado, para después mirarse.

— Rusia, no puedes ocultarle esto toda la vida. Mañana mismo, quiero que le digas, te ayudó. —

— Gracias Ale. Por cierto, perdón por lo de hace rato.. —

— No te preocupes, ya hasta se me había olvidado. — Río ligeramente.


Dándole un beso esquimal, sonrojando al alemán, quien le dió un beso en la boca, siguiéndole el ruso.

📌 En busca de MI PAZ. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora